Por Aida “Marisa” Toscani (*) –
El 9 de septiembre de 1947 fue aprobada por el Congreso la ley 13.010 del sufragio femenino.
El debate en el Congreso en 1947, sobre el proyecto del voto femenino, fue reñido entre peronistas, radicales, socialistas y conservadores y mostró el papel que la sociedad le asignaba a la mujer.
Los radicales con Balbín, como uno de sus representantes principales, si bien estaban de acuerdo en el derecho de las mujeres de ser reconocidas como ciudadanas consideraban que debía darse de manera paulatina, en tanto las protagonistas fueran adquiriendo las dotes necesarias para ejercer la ciudadanía con calidad. Además justificaban el reclamo de esperar pues planteaban las dificultades en la elaboración del padrón femenino. El gran miedo era la manipulación, que según ellos, el peronismo ejercía sobre las mujeres.
El socialismo apoyó el proyecto de Ley del voto femenino reconociendo la igualdad de géneros y enfatizó la importancia del papel de la mujer, pues sería una defensora de los derechos de mujeres y niños.
Los conservadores se opusieron tenazmente al derecho al voto femenino, pues consideraban que no estaba capacitada por las diferencias biológicas con el hombre que la hacían inferior. El senador Antille, consideraba que el derecho al voto no era individual sino representativo, por lo cual al votar el hombre, representaba a la mujer y a la sociedad toda. Otra argumentación era que el hogar y la familia se verían afectados por el nuevo papel que querían asignarle a la mujer.
Evita, al regresar de Europa, se lanza a una campaña de movilización de las mujeres que se mostrarán en actos multitudinarios para ejercer presión a los legisladores.
El peronismo opuso al arquetipo de ciudadano como individuo racional consagrado por la Ley Sáenz Peña del reformismo liberal y reivindicado por radicales, otro modelo de estructura política, donde aparece lo social en el espacio político. La otra gran ruptura fue resaltar el valor de las mujeres trabajadoras pues eran las más capacitadas para votar, al conocer de cerca el sufrimiento, para agregar que las mujeres de pueblo son las que, al defender sus hogares, defienden el interés de la Patria. Evita lo explica al decir: “La nación necesita de una ciudadana…La “descamisada” que llevó un cartel político, puede llevar también la bandera de la nación” (Eva Perón, 19 de marzo de 1947)
Frente a esos argumentos, los legisladores radicales, esgrimieron la necesidad de modificar la educación para las mujeres para prepararlas en su nuevo rol de ciudadanas y denostaron contra la educación implementada en el peronismo, que incluía la enseñanza religiosa. Así exponía Sobral: “La mujer se verá liberada de la influencia del cura, del marido, del demagogo, inclusive de aquella que engaña a las mujeres crédulas del pueblo” (Ajmechet, 2014: pág. 444)
El peronismo fundó sus argumentaciones en las teorías del maternalismo que exaltaba las cualidades propias de la mujer, como la de ser madre, cuidar del hogar. Sin embargo al requerir de la participación de la mujer en la actividad política, puso en tensión el mundo privado (el hogar) con el espacio público (la actividad partidaria). La manera de resolverlo fue presentando todas las cualidades propias de la mujer, ejercitadas en el hogar, volcadas al ámbito político, mejorándolo al insuflarle sus virtudes de generosidad, sensibilidad y la capacidad de entender las necesidades del otro.
Decía Evita: “Tu hogar y el mío, amiga, son la caja de resonancia del país y todo aquello que no pueda ser discutido, criticado, aceptado o rechazado, en el intermedio de la mesa familiar no pertenece al sin número de preocupaciones de tu país” (Eva Perón discursos completos)
Aprobada la Ley 13.010 por unanimidad en Diputados el 9 de septiembre de 1947, fue conocida como Ley Eva Perón, se comienza con el trabajo de empadronar a las mujeres, y se les entrega por primera vez la libreta cívica. Se forman los Centros Cívicos Femeninos donde se comienza con la tarea de afiliación. En 1949 Evita organiza el Partido Peronista Femenino.
Según relatos de mujeres, que fueran por mi entrevistadas, Evita elegía una mujer representativa en cada ciudad y esta persona debía organizar grupos de mujeres comprometidas con su barrio. Cada una de ellas recorría casa por casa de las más humildes de ese territorio y relevaba las condiciones de la vivienda y las necesidades de cada familia. Según Barry esos pedidos eran elevados a la Fundación Eva Perón quien se encargaba de darle una respuesta. (Barry, 2009: pág.655). La tarea fundamental fue afiliar y constatar que cada mujer hubiese recibido su libreta cívica. El trabajo social era acompañado de charlas sobre la doctrina peronista, como también talleres donde se enseñaba a las mujeres labores propias de lo femenino. Además Eva prohibió la asistencia de hombres a las Unidades Básicas Femeninas para que no influyesen sobre las mujeres.
Eva pudo trastocar el orden establecido porque su matriz cultural le permitió mirar las problemáticas sociales desde un lugar atravesado por el enfrentamiento no sólo económico sino cultural
Esta mujer con enorme fuerza y convicción quebró o puso en duda todos los mandatos establecidos por los sectores oligárquicos dominantes. Quienes estaban abajo y humillados fueron por primera vez enaltecidos y quienes estaban arriba perdieron parte de la certeza del poder.
Una de las herramientas fue movilizar y concientizar a las mujeres, del lugar importante que ocupaban en la sociedad argentina. La consecuencia de esa poderosa maquinaria política como fue el Partido Peronista Femenino, se vio en los resultados de las elecciones de 1951, cuando por primera vez votó la mujer. Sobre el total de votantes al peronismo la media nacional del voto femenino representó el 63,97%.
Las lecciones de participación política dejadas por Eva, hoy se recuperan en cada joven que asiste a la Unidades Básicas y se repiten por millones en toda nuestra América Latina, que lucha contra el avance de las oligarquías opresoras, que imponen un modelo neoliberal que excluye a las mayorías, del reparto de la riqueza.
(*)· Profesora de Historia egresada de la Universidad de La Plata
- Licenciada en Historia en la Universidad de La Plata
- Docente investigadora categoría 5
- Ha sido profesora titular de en el profesorado de Historia del ISFD y T N° 122 de Pergamino en:
- Historia Americana III (Siglo XX y XXI)
- Técnicas de Investigación Histórica I
- Es prof titular en Investigación Histórica II
- Ha sido profesora en el ISFD N° 5 de Pergamino en:
- Historia Argentina y Latinoamericana en la carrera de Trabajo Social.
- En la Universidad Nacional del Noroeste de la provincia de Buenos Aires
- Ha sido Ayudante con dedicación simple en la cátedra Realidad Contemporánea
- Ha sido Ayudante con dedicación Simple interino de la cátedra Historia Económica y Social.
- Ha dictado cursos para el Nivel Secundario y Primario referidos a Investigación en Historia.
- Recientemente enfocados a la Historia Local y su enseñanza en el nivel secundario.
- Ha participado en Congresos y Jornadas sobre Historia.
- Ha publicado trabajos en revistas especializadas, congresos y eventos científicos en el país y en el exterior.
- Ha publicado tres libros sobre temas de Historia:
- Pergamino. Una Historia de la Frontera bonaerense (1780-1825)
- Historia de campesinos enlazando llanuras. Historia de la inmigración italiana de Emilia Romagna en el Partido de Pergamino. (1880-1950).
- Diálogo Político entre la Tradición y la Modernidad. Diario de las invasiones inglesas, un aporte documental para el trabajo escolar.
- Dirigió la publicación: Pensar Pergamino con los trabajos seleccionados de investigación de los alumnos del profesorado del ISFD y T N° 122.
- Integrante del Proyecto Interinstitucional de Defensa y Puesta en Valor del Patrimonio Histórico de la Casa Rural Fortificada de Pergamino.
- Presidente del Consejo Escolar de Pergamino (1999-2001)
- Asesora en el área de Cultura y Educación del Bloque del FpV..
Este artículo fue publicado por La Ciudad el 30 de julio de 2016.