NacionalesPolíticaSociedad

Estado de excepción: el terror como herramienta de gobierno

Cómo se construyó el relato falso del mileismo sobre los «terroristas» que quisieron dar «un golpe de Estado». Se prepara el terreno para el proyecto de seguridad de Bullrich.

Dieciséis personas continúan privadas de su libertad en penales de alta seguridad y otras diecisiete fueron excarceladas después de más de 48 horas de detención ilegal. Todas tienen una causa abierta por “incitar la violencia colectiva en contra de las instituciones, imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor, infundiendo un temor público y suscitando tumultos o desórdenes, a la vez de erigirse en un posible alzamiento contra el orden constitucional y la vida democrática”, de acuerdo al pedido de prisión preventiva que firmó para el fiscal Carlos Stornelli. En menos palabras, para el Gobierno los treinta y cuatro son “terroristas” que “intentaron perpetrar un golpe de Estado”.

Ninguno de ellos se encontraba, en el momento en el que fueron detenidos por la policía, en la zona aledaña al Congreso de la Nación donde se cometieron actos de vandalismo. No figura en la causa, ni es de conocimiento público, ningún elemento probatorio que los asocie a los autos quemados o a otros hechos de violencia. En su escrito, Stornelli solamente los imputó porque fueron arrestados en la marcha. Adoptó, de forma acrítica, tanto el criterio policial como la calificación política de los hechos que hizo, desde un primer momento, el Poder Ejecutivo, aunque para cuando se conoció esa resolución del fiscal ya circulaban en redes y medios videos y testimonios que demostraban que los treinta y cuatro fueron levantados al voleo.

Al mismo tiempo, entre los detenidos no figura ninguno de los individuos encapuchados que protagonizaron los hechos más violentos de la jornada del miércoles, como los que se ensañaron, durante cinco minutos, con un auto de la señal de noticias cordobesa Cadena 3, hasta prenderlo fuego, una postal con el Congreso de fondo que parecía diseñada para viralizarse. Quizás porque fue así. Orlando Morales, histórico cronista de Cadena 3, que estaba en el auto cuando fue atacado, identificó perfectamente que los autores del ataque fueron “gente inflitrada, preparada” y no manifestantes. “Cuando me vieron llegar se vinieron y lo dieron vuelta” al auto. “Para mí, estuvo preparado”, dijo en la radio.

Abundantes registros fotográficos y audiovisuales dan cuenta de cómo los atacantes tuvieron la zona liberada para la faena y huyeron sin problemas en un auto que tenía la patente al revés. De acuerdo a fuentes oficiales, 1500 efectivos uniformados formaban parte del operativo en las inmediaciones del Congreso, pero ninguno intervino mientras duró la escena. El fotógrafo del diario La Nación, Hernan Zenteno, capturó el momento en el que un encapuchado era recibido detrás de la valla por policías de uniforme que lo reciben de forma familiar. Su colega Santiago Sombra observó que otro de los asaltantes utilizaba en su pierna derecha un bolsillo táctico, accesorio habitual de las fuerzas de seguridad. 

(fuente: www.eldestapeweb.com)