Son las que producen y venden el 80% de los alimentos que llegan (o no) a las mesas argentinas. Quiénes son y su responsabilidad sobre los precios. La disparada de la inflación en el primer trimestre del año, que acumuló 15,3% y alcanzó casi un tercio de todas las remarcaciones de 2021, impactó de lleno en los bolsillos enflaquecidos de los hogares argentinos, en tanto los índices de 37,1% de pobreza y 8,2% de indigencia registrados en el segundo semestre pasado serán aún peores que en el primer semestre de 2022.
La inflación pone en jaque a toda la economía y les quita recursos a todos los sectores, pero la fuerte suba de precios en los alimentos de primera necesidad tendrá un efecto devastador en la pobreza, porque las personas sin empleo formal y con deficiencias de base estructurales sufrieron, en el inicio de este año, un golpe a los ingresos inédito en las últimas tres décadas: hay que remontarse a 1991 para encontrar un primer trimestre con índices tan altos en materia de remarcaciones.
Según el informe del INDEC, la suba del 7,2% en el rubro Alimentos y Bebidas no alcohólicas ocurrida durante marzo fue “la de mayor incidencia en todas las regiones”: “Dentro de la división, se destacó el aumento de pan y cereales; leche, productos lácteos y huevos; carnes y derivados y azúcar, dulces, chocolate, golosinas, etc.”, señala la medición oficial. El número estuvo apenas por debajo del 7,5% registrado en febrero, cuando se dispararon los productos frescos por cuestiones de estacionalidad, aunque leche, productos lácteos y huevos, pan y cereales y carnes y derivados hicieron también su aporte. Ya en enero, el alza había sido un potente 4,9%.
Al momento de negociar programas de precios, el Gobierno sienta en la mesa a productores industriales y supermercadistas. Allí, sólo necesita tener representantes de 20 empresas, entre fabricantes y comerciantes, para armar el tablero de los alimentos que deberían llegar a las mesas argentinas.
El 74% de la facturación de las góndolas de los supermercados está en manos de apenas esa cantidad de compañías. A eso se agrega que apenas seis cadenas comerciales de grandes superficies congregan el poder de venta; una concentración que da cuenta de quiénes son los dueños de la comida en el país.
Las grandes cadenas concentran alrededor del 80% de las ventas totales del sector supermercadista. Carrefour, Cencosud (Disco, Jumbo y Vea) y Coto representan a las tres cadenas principales, que se llevan la mitad de las ventas del sector. “En cuanto a la presencia a nivel nacional, Carrefour, Cencosud y Walmart (Changomás) operan en la mayoría de las provincias del país. Coto, por su parte, cuenta con una importante presencia en la ciudad de Buenos Aires, donde mantiene más de la mitad de sus sucursales”, señala un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
Según el “informe sobre las condiciones de competencia en la relación entre los supermercados y sus proveedores” que mandó a confeccionar el Poder Ejecutivo en 2019, la cadena Walmart, que reúne a los supermercados Walmart y Changomás, contaba con 91 bocas de expendio y estaba presente en 22 provincias. En febrero del año pasado, el empresario exdiputado Francisco De Narváez se quedó con ese negocio, que desde septiembre de 2021 se denomina Híper Changomás.
Carrefour y Censosud son empresas transnacionales. La sede principal de negocios de la primera firma está en Francia, mientras que la segunda es una empresa multinacional que opera en América latina, con sede principal en Santiago de Chile. Coto es una cadena de capitales nacionales con presencia sólo en Argentina, al igual que La Anónima, empresa líder de la región patagónica, con tres cuartas partes de sus bocas de expendio en las provincias de Chubut, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego, aunque también se ha extendido a otras provincias como Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.
Un informe de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys) realizado en 2011 muestra el reparto del resto del mercado. “Con una participación del 7% le sigue la cadena francesa Casino (Libertad) y, también con un 7%, la cadena argentina La Anónima. Finalmente, Walmart aparece con el 5% del mercado”, señala.
Ese mismo trabajo reveló que las “unibocas” explican el 67,7% del total de autoservicios en el país. Sólo el 20,2% corresponden a empresas argentinas, mientras que “el 79,8% corresponden a propietarios de origen chino, donde casi la totalidad se encuentra asociada a la Cámara de Autoservicios y supermercados propiedad de residentes chinos de Argentina (CASRECH) y/o a la Cámara empresarial de desarrollo argentino y países del sudeste asiático (CEDEAPSA). Las bocas chinas representan el 54% del total de bocas de autoservicios de la Argentina. Las mismas se encuentran distribuidas en un 11% en CABA (517 bocas), un 56,9% en GBA (2669 bocas) y un 32,1% en el interior (1502 bocas)”.
Según el informe del Poder Ejecutivo de 2019, en la Argentina el público consumidor utiliza más de un formato para satisfacer sus necesidades de aprovisionamiento de alimentos y productos para el hogar: sólo el 7% de los hogares compra exclusivamente en supermercados o hipermercados y el 13% lo hace exclusivamente en autoservicios y almacenes. Queda ver cómo cambió esto durante y después de la pandemia por COVID-19.
El encarecimiento de los productos vendidos por las empresas alimenticias, que no tienen control de precios y pueden remarcar sin necesidad de pedir autorizaciones al Gobierno, hizo que los supermercados chinos perdieran competitividad ante los híper y supermercados, según denunciaron las entidades que los agrupan.
En el inicio de la denominada “guerra contra la inflación”, el Gobierno intimó a industriales y comerciantes a volver atrás el precio de 1.700 productos que habían aumentado por encima de lo correspondiente a mayores costos. Una de las cadenas que más remarcó fue Cencosud. La compañía de capitales chilenos había mostrado números positivos en sus resultados en 2021 en la Argentina, con una facturación de 2.239,94 millones de dólares, que en pesos argentinos le significó duplicar sus ingresos en relación a 2020. En esa ganancia influyeron las mejoras rentables de los supermercados, como la reapertura de shoppings pertenecientes a la cadena.
Fuente: Diario Junio