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El senegalés que cumplió el sueño de cualquier argentino

Senegales

Por Jorge Héctor Bonvin     –     

La debilidad de los argentinos es el fútbol, se cree que si se le pregunta a los niños de este país que quieren ser cuando sean grande, la mayoría apostaría por ser futbolista. Seguramente encandilados por el éxito de jugadores como Messi, Riquelme y compañía, sin ver que detrás hay toda una serie de sacrificios de muchos que aspiran a llegar y de la gran cantidad que queda en el camino.

Ya más grande los argentinos cuando ven que no van a poder cumplir su deseo de ser jugadores profesionales, sueñan con por lo menos entrar alguna vez a una cancha de fútbol, repleta de gente, pensando que esa sensación es increible.

 

Ese sueño también lo tenía un futbolista senegales, totalmente limitado, llamado Alí Dia quien consiguió engañar a un mítico técnico de la Premier League y jugar 53 minutos en un importante partido. Al final estas noticias, que suenan a sueños mágicos, son las más atractivas, porque decir que Messi hoy hizo tres goles o que ganó Rafael Nadal o Lewis Hamilton, es demasiado aburrido.

Sin embargo que un senegalés de  31 años logre engañar a la dirección de un club inglés de primera división y que además logre jugar 53 minutos en la Premier League, asegurando ser primo de George Weah, ya es increíble.

Alí Dia nació en Dakar el 20 de agosto de 1965 y luego se mudó a Francia donde siempre quiso probar suerte en el fútbol. Al parecer, cuestión difícil de comprobar, allí jugó durante muchos años en las categorías más bajas. Según se informa jugó en el Digione, en La Rochelle y el Olympique Saint-Quentin, sin tenerse información cierta sobre su actuación, goles, etc. Parece que Dia también pasó por Alemania y Finlandia.

Sin embargo, con 30 años dio su paso fundamental, llegando a lo que consideraba la meca del fútbol, Inglaterra y  jugar su última carta para ser futbolista conocido. Allí tuvo una idea genial para alcanzar el éxito. En 1995, Ali Dia estaba en Blyt Spartans y consiguió contactar al entrenador del West  Ham United, Harry Redknapp a quien le explicó que era George Weah  (en los 90 Weah era considerado uno de los mejores delanteros del mundo, y actualmente es el presidente de su país, Liberia) y que tenía un primo que “era todo técnica y velocidad”. El mismo. Lamentablemente Redknapp no picó.

Dia no se desanimó, siguió intentando hasta que pudo contactar con Graeme Souness, que era una antigua leyenda del Liverpool y entrenador del Southampton, quien estaba encantado de contar con un primo de Weah quien además, según le contaron, había jugado trece veces con la selección de Senegal y que estaba sin equipo tras una buena temporada en el Paris Saint-Germain.

Souness era escocés y ese día parece que se había tomado bastante del producto que los escoceses fabrican con tanta calidad porque no se hizo tantas preguntas, entre ellas porque el liberiano Weah iba a tener un primo en Senegal, además de muchas otras cosas.

El Southampton pasaba por un mal momento futbolístico y tenía una larga lista de lesionados y entonces Souness, buscando alternativas para solucionar sus problemas, le ofreció a Dia un contrato (en Inglaterra fichan los entrenadores) de un mes, habitual en el fútbol inglés.

La suerte jugó a favor de Dia, porque su prueba estaba prevista en un partido de reserva con el Arsenal, pero debido a la lluvia el partido se suspendió. Entonces el técnico frente a las bajas del plantel lo convocó para el siguiente partido por la Premier League contra el Leeds. El partido fue el 23 de noviembre de 1996  en The Dell, estadio de Southampton y en el minuto 34 del partido la estrella del equipo Matthew Le Tissier se lesiona. En ese momento Souness se da vuelta y señala a Alí Dia.

Es extraordinario pensar en lo que debe haber pasado por la cabeza de ese limitado jugador, que seguramente lo que quería era un contrato de un mes para hacerse de algunos pesos, estar sentado tranquilamente en el banco y de pronto tener que ingresar al campo de juego con el número 33.-

Cuando ingresó a la cancha comenzó a evaporarse su sueño. Quedó demostrado que nunca había sido profesional: no sabía ubicarse dentro de la cancha, no tenía idea de táctica, casi no sabía ni golpear la pelota. Solamente al minuto de entrar, tuvo una oportunidad de gol que fue atajado por el portero del Leeds, pero luego de eso no demostró más, sino que corría sin casi tener la pelota. No terminó el partido, el técnico lo cambió después de 53 minutos por Ken Monkou. El encuentro terminó con una derrota del Southampton por 2 a 0.

Terminado el encuentro, Souness telefoneó a Weah para pedirle explicaciones encontrándose con el desconocimiento del futbolista que aseguró que él nunca había llamado, que no tenía un primo llamado Ali Dia y que no sabía nada de lo que le estaba hablando. Al tiempo se supo que quien había realizado la llamada había sido un compañero de Dia.

Por su parte, Dia no apareció al siguiente entrenamiento argumentando una lesión y desde entonces nadie más lo volvió a ver por allí.

Tras su corto paso por el Southampton, quedó catalogado como «el peor futbolista de la historia». Hasta el propio Mattheuw Le Tissier en  una entrevista recordó que «corría por la cancha como Bambi sobre hielo; fue muy vergonzoso verlo».

Ali Dia se licenció en 2001 en la Universidad de Northumbria, pero nunca más volvió a jugar profesionalmente al fútbol. Su sueño se había cumplido.

La gran duda de esta historia es si se trató de un tipo que con sus grandes limitaciones realmente creía que podía jugar en la primera división y para ello usó una estrategia de mentira o Ali Dia era un “vivo” que solamente tenía un sueño de jugar en la Premier Legue

En cualquier caso, lo único que me hubiera gustado ver es la cara de Alía Dia en el vestuario al término de este memorable partido.

Otra cosa que me hubiera gustado que sobre este hecho, los grandes escritores Roberto Fontanarrosa u Osvaldo Soriano hubieran escrito un cuento con la genialidad que solo ello podían hacerlo.