Teniendo en cuenta dicho déficit, lo más probable es que estos recursos se vuelquen hacia el comercio bilateral. De esta manera, la autoridad monetaria podría utilizar el resto de sus reservas netas para contener las pujas devaluatorias en el mercado de cambios.
El contrato firmado por el BCRA y el Banco Popular de China, si bien es de carácter reservado, contempla que la tasa de interés que se debe pagar por el uso efectivo del Swap no sea la nominal, sino que a través de operaciones financieras asociadas puedan reducirse en casi un 50%. Según fuentes oficiales, ésta podría ubicarse cerca del 3%.
Las importaciones de 2022 llegaron a los USD81.500 millones, un incremento del 29% en relación al 2021. Y si bien en diciembre se registró una fuerte baja en las compras de bienes en el exterior, desde el Gobierno indican que este año los sectores productivos tendrán los dólares necesarios para continuar en la senda del crecimiento. “El swap de libre disponibilidad con China es para garantizar otro año de crecimiento”, explican desde el equipo económico.
¿Cómo llegan a este guarismo? Según la consultora de Miguel Kiguel, en 2023 las exportaciones llegarían, apenas, a los 80.000 millones cuando el año pasado estuvieron por encima de los 90.000 millones. Esto se explicaría por menores cantidades exportadas como consecuencia de la sequía pero también por una reducción del valor de intercambio de las materias primas. A su vez, la cuenta servicios podría registrar un déficit de 10.000 millones.
Sin embargo, lo más complejo tiene que ver con los pagos al FMI. En 2022, cada desembolso le permitió al Gobierno sumar algo de reservas netas. Este año la situación será diferente, ya que los pagos de capital serán mayores a los desembolsos por un total de USD1700 millones.
Fuente: baenegocios.com