Entre enero y junio el gasto público se desplomó 32% respecto de 2023. Las prestaciones sociales, la inversión y los subsidios, las erogaciones más golpeadas.
Esta semana Economía informó que en junio hubo un superávit fiscal primario de $488.569 millones, mientras que el financiero (descontando pagos de deuda) alcanzó los $238.189 millones.
El presidente Javier Milei había anticipado a fines de mayo que en junio podría llegar a observarse el primer déficit primario de 2024 por los pagos del aguinaldo. En ese marco, algunos analistas consideraron que, para poder sostener el superávit financiero, el Gobierno retrasó pagos, específicamente a las generadoras de energía eléctrica.
Las caídas en el gasto más significativas, por su peso en la estructura general, se vieron en subsidios a la energía (-81,2% real interanual), inversión real directa (-65,5%) y programas sociales (-47,2%).
(fuente: ambito.com/)