Las elecciones presidenciales de Argentina de 1916 se llevaron a cabo para elegir al presidente de la República Argentina, que debía suceder a Victorino de la Plaza. Resultó elegido Hipólito Yrigoyen, líder de la Unión Cívica Radical. Estos comicios tuvieron la particularidad de ser las primeras elecciones presidenciales de la historia argentina en las que se aplicó la Ley Sáenz Peña que estableció el sufragio secreto y obligatorio para varones mayores de 18 años, eliminando el hasta entonces vigente sistema de «voto cantado», que se había caracterizado por el fraude electoral masivo, la violencia en los comicios, el voto venal (pago) y la baja participación,2 que permitió al Partido Autonomista Nacional (PAN) controlar el poder sin alternancia durante 42 años (1876-1916), como virtual partido único. La participación electoral aumentó de 1-2% de la población promedio, para el período 1854-1910, al 8,8% de la población,1 aunque el derecho a votar y ser elegidas siguió estando prohibido para las mujeres, y para los habitantes de los diez territorios nacionales entonces existentes.
Como padrón electoral se empleó el padrón del servicio militar obligatorio instaurado en 1901. La Constitución establecía el sufragio indirecto, que delegaba la elección presidencial en el Colegio Electoral que se reunía en cada distrito, por el sistema de lista incompleta, correspondiendo dos tercios al ganador y un tercio a la segunda fuerza, en cada distrito electoral.
En 1916 la República Argentina estaba constituida por quince distritos electorales (14 provincias y la Ciudad de Buenos Aires), en los que la población tenía derecho a voto. La participación fue del 62,85% del electorado registrado. Yrigoyen obtuvo una victoria holgada con el 47,25% del voto popular, pero sin alcanzar la mayoría absoluta exigida en el Colegio Electoral. Ganó seis distritos (Capital Federal, Entre Ríos, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán y Mendoza) y perdió en los nueve restantes (provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja, San Juan y San Luis).
Las negociaciones en el Colegio Electoral fueron arduas y se consideraba factible que los demócratas progresistas, los conservadores y los radicales disidentes formaran un bloque unificado que pudiera alcanzar la mayoría absoluta. Finalmente, los diecinueve radicales disidentes de Santa Fe, aceptaron votar por Yrigoyen, quién así obtuvo una mayoría de 152 sobre 300.
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(Extraído del muro de Facebook efemérides políticas, históricas, sociales y culturales)