Por Alfredo Guillermo Bevacqua –
El 17 de octubre (RN.: que fecha ¿no?) de 2016, nuestra revista le hacía un reportaje a este personaje excepcional que fue el Dr. Miguel Angel Marsiglia, que nos abandonara para siempre poco tiempo después. Hoy quisimos traer de entonces aquel reportaje que realizara nuestro compañero Alfredo Guillermo Bevacqua y ponerlo -nuevamente- a disposición de los lectores de La Ciudad.
Abogado laboralista, muy ligado a los gremios, fue detenido a la caída del General Perón. Fue el primer Rector que tuvo la Universidad Nacional de Entre Ríos. En 1983 fue designado por el gobierno radical para formar parte del Superior Tribunal de Justicia. Integró el gabinete del Intendente Carlos María Scelzi en 1987. En 2007, a instancias del entonces diputado de la Nación, José Eduardo Lauritto, fue nominado como Anciano Notable de la Argentina por la Cámara de Diputados de la Nación.
Lo habíamos cruzado en un consultorio médico y le planteamos la posibilidad de una visita para conversar. La visita se concretó en un día soleado, pero por la persiana apenas abierta, solo tímidamente se colaba algún rayo de sol.
Le decimos que estamos en octubre y que en pocos días mas será 17, y que tal vez es uno de los pocos uruguayenses que puedan hablar de aquella histórica jornada que dividió en dos la historia argentina.
Y allí se muestra una de las facetas que lo distinguió en su larga y riquísima vida: su humildad y esta actualidad que lo abate. Con voz, achacada por los años, relató –emocionándose muchas veces- esos aislados recuerdos de una vida bien vivida. Mas de ocho décadas han encorvado y quitado agilidad a su figura. Parece agobiado por la soledad. Dice que los hijos lo visitan todos los días, pero que comprende que tienen sus obligaciones.
Disparábamos una palabra, una frase y lo escuchábamos. Sin levantar la voz, emocionándose, haciendo esfuerzos por recordar nombres que fueron valiosos porque les entregó y le entregaron su amistad. Lo que sigue es lo que recuerda de una vida muy rica, don Miguel Marsiglia, uno de los Ancianos Notables de la Argentina, según el testimonio de la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, del 17 de agosto de 2007).
* Mire, Don, usted sabe que estoy atravesando un momento muy difícil de mi vida. Discúlpeme que no recuerde, pero no me ha tratado bien la vejez. Si, yo era muy muchacho, había participado, como ayudante, en la formación del Centro Civico “Coronel Perón” en el mes de noviembre de 1944. Los que encabezaban eran otros vecinos del barrio del Puerto Viejo, yo naci y me crié,viví y tuve siempre un gran cariño por ese barrio. Eran los compañeros Tachella y Troncoso, trabajadores del Ministerio. Funcionaba en la esquina de Malvar y Pinto y Artigas. Yo recuerdo muy poco de ese día. Nos enteramos por lo que decían las radios, pero –disculpe-, usted vino para que yo le cuente y yo me acuerdo muy poco de ese día.
* Me acuerdo si que mi padre, que tenía un taller de herrería, hizo unas chapas rectangulares y las agujereó escribiendo los nombres de la fórmula para las elecciones: Vote Perón-Quijano , Vote Maya-Chaile. Chaile era un señor de acá de la ciudad que lo acompañó en la fórmula al Dr. Maya que fue el primer gobernador peronista y era un hombre de elevada jerarquía. Y mi tarea era salir con esas chapas a pintar paredes, tapiales, los cordones de la vereda.
* Yo les tengo que agradecer a mis padres por la enseñanza y la vida que me dieron. Mi padre fue un trabajador que estuvo siempre en el Puerto Viejo, y mi madre ama de casa; pero me dieron la posibilidad de estudiar. Los llevo en el corazón y tengo el honor de haber sido hijo de gente de trabajo, llena de humildad.
(Habla de sus amistades del Puerto Viejo y se emociona. Recuerda con la voz quebrada cada nombre)
* Eran todos gente de bien, era muy amigo del “Nene” Castromán, el futbolista, que se fue a jugar al fútbol profesional de Bolivia, después a Perú, Colombia y Venezuela. No me di cuenta de buscar el diario que me mandó estando en Colombia: “Gol de Pelé y empató Castromán” titulaba el diario. Habían jugado contra el equipo de Pelé y le empataron con un gol que hizo él. Cuando se retiró se fue a vivir a Miami y estando aquí, de visita, murió inesperadamente. Era hermano del boxeador, de “Chito” Castroman. Yo cultivé con ellos una gran amistad. Eran grandes personas.
* Yo recuerdo el día que vino el General Perón. Tenía una presencia, una prestancia hermosa. La gente estaba en la vereda viéndolo pasar y le tiraba flores. Una señora le tiró un ramo de flores, y él riéndose lo abarajó, y ceremoniosamente, se lo entregó con gran simpatía. No tuve oportunidad de hablar con él, pero si participé activamente en los sectores de la juventud que trabajaban para el peronismo.
* Cuando lo derrocaron a Perón yo era un joven abogado, que colaboraba con los gremios y los ayudaba en lo que me consultaban. Por ser peronista –solo por eso- me tuvieron detenido e incomunicado durante 9 días. No pudimos hablar ni con un abogado, ni con nuestros familiares. Es cierto que no nos pegaron, ni nos torturaron físicamente, pero si nos decían que tenían órdenes de fusilarnos y que lo iban a hacer. Pero un día nos liberaron.
* Compartí mis ideales con gremialistas, por ejemplo el ferroviario Ricchini, Cruz, Yoshitake, que eran dirigentes de gremios del Estado; compartí la militancia con Carlos Granillo Posse, fui colaborador de Scelzi en la intendencia y tuve por compañero al Dr. Rómulo Tófalo, un gran médico, sensible, dedicado a la gente humilde. Con todos ellos luché y trabajé por defender las figuras de Perón y Evita.
* Al que conocí y fui amigo fue al General Juan José Valle, al que fusilaron junto a un muchacho de acá de apellido Videla (sargentino lº de banda). Yo también lo conocí a ese muchacho; él no estaba en el regimiento de Valle, pero le pidió que lo acompañara en el levantamiento. Fue una lucha para que le entregaran el cuerpo a los familiares, finalmente una noche en la guardia del regimiento se lo entregaron.
* Yo me hice muy amigo de la hija del General Valle; conservo una foto de él que me regaló la hija.
* Por favor, que no se interprete mal, pero yo tengo el gran orgullo que el General Perón firmara el decreto designándome Rector de la Universidad Nacional de Entre Ríos; fui el primer rector, y gracias al General Perón y al ministro de Educación Taiana, la sede del rectorado está en Uruguay, porque Paraná y Concordia lo querían. El día que se iba a definir llegamos al Ministerio y salió a recibirnos un militar, que creo era edecán o de la custodia del General Perón, que me conocía porque había estado destinado en Uruguay, y me dijo: “Dr. Está todo preparado para que se lleven el rectorado Paraná o Concordia; no aflojen, si no pueden, pidan hablar con el General”. Por suerte luego de discutir, el ministro dispuso que estuviera en Uruguay. Es una lástima, pero no me acuerdo en este momento del apellido de este señor que tan gentilmente nos avisó. Aquí en Entre Ríos la gente de Gualeguaychú fue la que nos brindó todo el apoyo. Fue una etapa de lucha, de ideales. Yo conservo ese orgullo que haya sido el General Perón el que me designó.
* Después llegó el golpe del 76. Yo me dediqué a trabajar en las instituciones en las que tenía muchos amigos. Trabajé en la ley de discapacidad, porque tenía grandes amigos en esas instituciones y yo en lo que podía los ayudaba.
* Siempre estuve ligado a las instituciones sociales, a los gremios, a las entidades deportivas. Yo fui presidente del Club División (posteriormente fusionado con el Club Pescadores para dar vida a lo que hoy es Parque Sur. Precisamente la sede y cancha de basquetbol de División, son las actuales instalaciones de Parque Sur). Hacíamos bailes que eran famosos por la cantidad de gente que concurría. Traíamos a las grandes orquestas. Lo trajimos a Alberto Castillo, el cantor de tangos, cuando era famoso. Y otras orquestas, que Uds. perdonarán, pero no puedo acordarme los nombres. Pero si recuerdo una anécdota que viví siendo presidente de División, (y es el único momento de la charla que abandona su rostro mustio y su tono apagado; recuerda y ríe). Habíamos traído una orquesta, estaba lleno el club y yo salgo un momento, y encuentro a un muchacho llorando en la puerta. Le pregunté que le pasaba, entre sollozos me dijo que no tenía plata para pagar la entrada y que se asomó y vio que la novia estaba adentro bailando con otro. Lo tomé del brazo y le dije a los que controlaban la puerta que lo dejaran pasar; al rato, lo vi contento, bailando con la novia.
* Para mi fue un honor que me designaran para integrar el máximo órgano de la justicia entrerriana. Yo no era amigo de Montiel, tenía de él un conocimiento profesional, de haberlo visto en algún congreso de abogados o por algún caso en particular. A mi me propuso el Partido Justicialista y el radicalismo aceptó; fue una gran satisfacción esa designación, y si bien fue durante un gobierno radical yo nunca abandoné ni dejé de reconocer mi posición justicialista. Siempre, para las fiestas, recibo el saludo de quienes compartieron conmigo la tarea en ese momento.
* Creo que no estoy en condiciones de dar una opinión sobre la actualidad. Hay una gran incertidumbre. Habrá que esperar. Yo creo que, posiblemente, el peronismo no estaba preparado para una derrota.
(Ponemos punto final a la charla. Se levanta, trabajosamente, para despedirnos, ese tímido rayo de sol, mencionado al comienzo, se posa sobre su delgada y pequeña figura. Y recordamos a Enrique Pavón Pereyra, en el reportaje al General Perón, y sin ánimo de comparación alguna, la memoria no nos traiciona y nos animamos a repetir en silencio, para nuestros adentros, el texto: “Sentado en el living el General, ingresa por la ventana un rayo de sol que tiñe de bronce su figura…”)
Nota de la Redacción: El sábado 22 de julio de 2017, a los 86 años, nos abandonó para siempre el Dr. Miguel Angel Marsiglia; perdiendo el peronismo, Concepción del Uruguay, Entre Rios y la Argentina, a uno de sus hombres mas notables.
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 28/6/2023
