“Estas fechas de simbolización colectiva son un desafío para personas que padecen depresión, ya que para ellos son momentos de duelos reales o simbólicos, de compromisos sociales e incomodidad”, señala el Dr. Patricio Rey del Departamento de Salud Mental del Hospital de Clínicas y agrega: “La vivencia de estas épocas es mucho más traumática y tiende a empeorar en pacientes con depresión por su sensibilidad”.
Si bien el arco de factores determinantes para que una persona con depresión sufra estos momentos del año es amplio, “siempre suelen estar asociados a la edad, las enfermedades físicas o pérdida de un ser querido, la discapacidad, las dificultades económicas y los problemas de aislamiento e inserción social. Aquellas personas que hayan sufrido pérdidas se encuentran especialmente vulnerables, nosotros hablamos de la presencia de la ausencia en estos casos”, resalta el especialista.
La virtualidad entendida como las redes sociales y los medios de comunicación son factores de amplificación de estímulos negativos para este tipo de pacientes. Las comparaciones entre personas y los logros alcanzados están a la orden del día, al tiempo que es un espacio donde se recuerdan las pérdidas y se fomenta el individualismo. Todo esto alimenta la sensación de inconformidad del paciente.
“Se suele asociar erróneamente la tristeza como principal síntoma de la depresión. Es muy común en pacientes depresivos no saber de su condición y que recién logran identificarla una vez en tratamiento con un profesional de la salud mental. Los principales síntomas en el paciente depresivo están relacionados a la sensación de irritabilidad, apatía, disconformidad, fatiga, dolor crónico y somatizaciones. Es muy común que lleguen al consultorio por estas consecuencias y no por una ‘sensación de tristeza’. Todos estos síntomas los vemos más exacerbados en el periodo de fin de año”, advierte el profesional.
“Históricamente la depresión ha sido más fácil de identificar en mujeres que en hombres. Esto se debe a factores hormonales y a roles sociales impuestos, además de que las mujeres son más proclives a la exteriorización de sus sentimientos en momentos de crisis de angustia, lo que hace que consulten a un especialista”, precisa Rey.
En nuestro país las consecuencias que trae aparejada la depresión se ha incrementado mucho, sobre todo en los problemas con el sueño en la población adulta tanto como insomnio, conciliación y mantenimiento relacionada a esta afección a la que posteriormente se suma la ansiedad. “Los trastornos por ansiedad han aumentado. Quienes los padecen vieron empeorar sus cuadros y mucha gente los experimentó por primera vez. También se están viendo más casos de adicciones en nuestro país, en especial el alcoholismo, tabaquismo, cannabis, cocaína y drogas en general”, indica el experto.
“Aún existe un porcentaje muy alto de la población que sufre depresión pero que no acude por ayuda profesional y que desconoce su situación. Las consecuencias son inmediatas y se pueden ver de forma clínica en el cuerpo, se puede ir notando un desmejoramiento en sus funciones afectivas y laborales o que termine con otras afecciones asociadas al cuadro de depresión ansiosa. Los pacientes suelen llegar cuando tienen la sensación de ‘no dar más’, ya que la depresión se presenta de muchas formas en el cuerpo”, concluye.
Fuente: docsalud.com
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 27/12/2022