Por Susy Quinteros –
Actualmente, los niños ingresan al preescolar o a primer grado con una experiencia previa en jardines maternales o guarderías. Sin embargo, hay casos en los que los primeros años se acompañan de llantos, miedo y hasta odio hacia todo lo que signifique escolaridad. No es una tarea fácil para los padres y los docentes revertir esta situación. Sin embargo, una de las claves fundamentales es sin lugar a dudas, el diálogo con los pequeños escolares. Se trata de una conducta de temor, de rechazo a concurrir a la escuela. Es un síndrome infantil que se caracteriza por la negativa a asistir o por las frecuentes ausencias, y obedece al miedo que le produce la separación del hogar.
El cuadro es diferente según la edad. En los primeros años es muy común que esa situación aparezca. Este miedo y la ambivalencia con respecto a la separación son compartidos con los padres. El buen trato de la maestra y la palabra tranquilizadora de los responsables, son suficientes para solucionar el problema. En los niños pequeños, la negativa se acompaña con somatizaciones (fiebre, diarrea, resistencia a las tareas). Si bien no pueden decir qué es lo que temen, dan explicaciones acerca de un maestro retador o una maestra malhumorada.
Hay muchos factores que pueden determinar este problema y situaciones que lo precipitan, como tensiones en la familia, (reciente enfermedad o muerte de algunos de sus miembros, separaciones), o algún hecho ocurrido en la escuela que a los ojos del niño resulte atemorizante. Los padres de estos niños suelen presentar disturbios en la afectividad, y excesivo control. Los hijos sienten una gran preocupación por lo que pudiera pasarles cuando se encuentran fuera de la casa.
En algunos casos, la actitud docente favorece la instalación de estas fobias, y no es menos cierto que es la disfunción familiar lo que impide la solución de las mismas. Si no hay intervención directa en el problema, la situación puede agravarse dando como resultado el aumento de dificultades en el aprendizaje y la evolución hacia una enfermedad más severa.
Sq. 2024