Por Susy Quinteros. –
A partir de la idea de que el quehacer literario forma parte de la creación artística del ser humano, y como tal es un medio privilegiado para la expresión de la subjetividad, el espacio de un taller se propone lograr un contacto placentero y creativo con la literatura. La lectura y la producción de textos posibilitan el desarrollo del sentido estético y el interés por la utilización de la palabra como herramienta para llevar a cabo un trabajo grupal de participación y compromiso.
Los ejes organizadores del taller son el análisis de obras literarias, la investigación y la producción. La lectura actúa como disparador de las actividades; la investigación complementa y amplia los datos aportados, y la producción posibilita el intercambio expresivo con los demás integrantes y la concreción de un proyecto personal o grupal.
Un taller se enriquece a partir de propuestas y lecturas paralelas. La verdad está en la realidad y la belleza, en la imaginación. No hay un sistema ni una estética única.
Sus propósitos apuntan a la formación de lectores que adquieran una postura ética frente a la obra literaria brindando oportunidades para llevar a cabo múltiples recorridos con interpretacionespropias de las obras que leen, y estén dispuestos a compartirlas con las producciones de otros.
Desarrolla la potencialidad del lenguaje ensayando nuevas formas de escritura a partir de consignas que estimulan la imaginación.
Se adquiere un juicio crítico personal para una eficiente autoevaluación y perfeccionamiento de los propios intentos literarios.
Establece situaciones comunicativas, creando un clima que promueva el análisis de las producciones individuales y grupales.
Determina las normas de la correcta expresión. Corrige sin cambiar el sentido del propio trabajo respetando la subjetividad y el buen juicio del que escribe.
Es muy importante el intento de elevar el nivel de escritura de los talleristas y acompañarlos en sus primeras publicaciones y el primer libro. Un taller también habrá de fortalecer lazos de compañerismo y de camaradería, de responsabilidad y de respeto hacia quienes dan a conocer sus producciones en encuentros literarios y participaciones en congresos. El paso largo o corto por un taller habrá de acompañar a los talleristas a través del tiempo.
