Por Ángel J. Harman –
El reconocimiento a la Junta de Buenos Aires
En los primeros días de junio de 1810 comenzó a llegar a las villas entrerrianas la comunicación de que en Buenos Aires se había instalado una Junta provisional en reemplazo del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros.
Desde Santa Fe, la noticia se difundió a Paraná, aunque no la Circular del día27 de mayo por la cual se solicitaba el reconocimiento del nuevo gobierno y el envío de diputados a Buenos Aires. Esto era así porque sólo se remitió la circular a los cabildos de las villas (Paraná aún carecía de Cabildo) y correspondía a Santa Fe efectuar el reconocimiento en nombre propio y de su jurisdicción (que abarcaba a Paraná y Nogoyá).
De todos modos, un grupo de 15 vecinos de La Bajada, resolvió manifestar su adhesión y fidelidad mediante un oficio fechado el 3 de julio. El alcalde de hermandad de Paraná, Juan Garrigó fue uno de los más fervorosos adherentes a la flamante Junta gubernativa recientemente instalada en Buenos Aires.
La primera villa entrerriana que prestó su reconocimiento a la Junta fue Concepción del Uruguay, que lo hizo el 8 de junio por intermedio de su cabildo. El de Gualeguaychú hizo su acatamiento el 22 y del de Gualeguay, si bien no se conoce la fecha exacta, por una nota del 7 de setiembre consta que lo hubo.
En el caso de Concepción del Uruguay, en el oficio elevado el 8 de junio se comunicaba “el más pronto envío del diputado de esta villa y el puntual cumplimiento a las presentes y sucesivas órdenes de V.E. acreditarán el celo y patriotismo de este vecindario a cuyo nombre tenemos el honor de felicitar a V.E.”
El 30 de julio habiéndose reunido cuarenta y cuatro vecinos en un cabildo abierto presidido por el alcalde de primer voto, doctor José Miguel Díaz Vélez, se procedió a la elección del diputado. El voto de los concurrentes fue para el cura vicario, doctor José Bonifacio Redruello. En la misma sesión, los presentes “juraron a Dios y a una señal de Cruz, no reconocer otro soberano que al mismo Señor Fernando VII y sus legítimos sucesores según el orden establecido por las leyes y estar subordinados al gobierno que legítimamente represente…”
Cabe mencionar que por esa época, la villa y su jurisdicción sumaban unos 2.000 habitantes, de los cuales, al menos un millar serían adultos, pero participaron en la elección menos de medio centenar, pues sólo votaban los vecinos propietarios. De modo que cuando se dice que el “pueblo” eligió, hay que tomarlo con mucha cautela: la gran mayoría de la población carecía de voz y voto en el gobierno de las villas y además, vivía dispersa en la campaña.
La reacción
Aunque en principio las autoridades de las villas entrerrianas habían expresado su acatamiento a la Junta de Buenos Aires, poco a poco fueron llegando informaciones más precisas sobre la orientación de las nuevas autoridades de la capital y en particular, la firme oposición de las autoridades españolas de Montevideo. La reacción contra las autoridades de Buenos Aires se hizo sentir en las villas ubicadas en la costa del Uruguay, mientras que en la costa del Paraná predominaban los partidarios del nuevo orden.
Esa fue la razón por la cual el diputado Redruello de Concepción del Uruguay no se presentó ante la Junta de Buenos Aires, sino que renunció para luego emigrar a Montevideo. Otro tanto hizo el comandante general de los partidos de Entre Ríos, José de Urquiza, quien renunció a su cargo el 13 de setiembre de 1810.
Mientras en las villas del oriente entrerriano se desarrollaban estos acontecimientos, había llegado el 9 de octubre a la Bajada del Paraná el vocal Manuel Belgrano, quien fuera designado por la Junta al frente de una expedición militar destinada a someter a las autoridades paraguayas. En esta localidad logró reunir voluntarios y provisiones para la expedición y expidió diversas instrucciones referidas a la delineación del pueblo del Paraná, la creación de las “Milicias Patrióticas”, entre otras. Por último, tras lograr concentrar 750 hombres –de los cuales 290 eran entrerrianos- a principios de noviembre emprendió su marcha hacia el Paraguay.
José Miguel Día Vélez, el nuevo comandante de Entre Ríos designado por el general Belgrano, recibió en octubre una orden de la Junta para que tomara las providencias necesarias a fin de desbaratar la acción de los opositores al nuevo gobierno; pero apenas pudo reunir unas pocas armas para defender la villa.
Mientras esto ocurría, desde Montevideo se despachó una fuerza naval comandada por Juan Ángel Michelena, quien operó desde Paysandú y el 6 de noviembre de 1810 ocupó la villa de Concepción del Uruguay, mientras Díaz Vélez se vio obligado a retirarse con sus tropas hacia las costas del Paraná. 1
Con el auxilio de sus partidarios en Entre Ríos, los invasores avanzaron hacia el suroeste, cruzaron el río Gualeguay el 20 de noviembre y el día 22 ocuparon la villa de Gualeguay.
En Concepción del Uruguay, Michelena depuso al cabildo e hizo elegir otro compuesto por adictos al Gobierno de Montevideo. Lo integraron: Ignacio Sagastume (alcalde de 1er. Voto), Mariano Romero (alcalde de 2º voto), Juan Anca y Puente (regidor decano), Francisco Cortina (alguacil mayor), Juan Bautista Gomensoro (fiel ejecutor y juez de policía), Juan José Walton (defensor de pobres y menores) y Miguel Dumont (síndico procurador). Además, el 7 de noviembre convocó al vecindario de la villa, para que en reunión general, prestase juramento de obediencia al gobierno de Montevideo. 2
1 Poco antes de este suceso, Díaz Vélez había recibido el auxilio de una Compañía de caballería enviada por el general Manuel Belgrano, que estaba al mando del capitán Diego González Balcarce; además contaba con el apoyo de un grupo de milicianos cuyo capitán era Joaquín
Vilches.
2 Después de la liberación de la villa, en marzo de 1811 dichos cabildantes fueron depuestos por el comandante Díaz Vélez. Algunos, como Mariano Romero y Juan José Walton, abjuraron de la causa realista y prestaron obediencia al nuevo comandante.
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 25/5/2024
