Por Marianela Marclay –
En el día de ayer La Ciudad replica una nota de Página 12 que refleja que el 70 % de los niños y adolescentes de nuestro país son pobres y el 34% llegarían a la indigencia (ver
Por lo que es importante contextualizar que estamos ante un estado nacional que celebra el déficit cero, sin pensar en las victimas que genera el ajuste, un gobierno provincial que se presenta en sintonía actuando como ente auditor, que sigue sin esclarecer su plan de gestión de gobierno; en este contexto, el futuro de una sociedad que reclamaba cambios, es oscuro.
De allí el artículo, que nos hace concientes de algo que es muy importante y es el saber que el 70 % de niños, representa a miles y miles de niños que no tienen acceso a bienes y servicios, escolaridad y capacidad económica. Y el 34 % de ellos no tienen para comer.
La pobreza genera un contexto discapacitante donde las personas tienen que enfrentar desafíos adicionales que pueden amplificar las dificultades asociadas a la falta de condiciones de una vida de desarrollo en plenitud. Entonces, ¿hay discapacitados o el contexto social de pobreza nos discapacita? Vivir en condiciones de hacinamiento, falta de acceso a agua potable, saneamiento adecuado y alimentación suficiente, lo cual puede -sin dudas- exacerbar las condiciones de salud.
En una sociedad donde se festeja cuando se cierran organismo sin pensar en las personas que quedan sin trabajo, sin cuestionarse de como vivirán esas familias de acá para delante, nadie se pregunta, como viven los discapacitados con sus pensiones congeladas desde el mes de diciembre. La pregunta es ¿esta sociedad queremos?, ¿de verdad festejo cuando alguien se queda sin empleo?, ¿como podemos abrazar a nuestros hijos, sentir amarlos y ser indiferente ante la pobreza que alcanza a otros niños?.
Por lo que golpear la puerta de lo local, es lo que hace un ciudadano, cuando no tiene trabajo, cuando no puede comprar comida, el techo se le llueve o necesita pedir abrigo o por que no puede pagar el alquiler y esta durmiendo en la calle. Es injusto que los gobiernos municipales deban hacerse cargo en soledad del destino de una sociedad que demanda una serie de necesidades a las cuales no puede afrontar.
Y acá volvemos a la centralidad de la cuestión, el contexto social de una comunidad nunca podría ser un medio discapacitante. Que el lugar donde nacemos nunca debería ser un accidente, si no, una oportunidad de vivir la vida en plenitud, pero en este orden: país, provincia, municipio y que el amor, la empatía y la solidaridad para con los semejantes debe ser una parte integrante de nuestro ser nacional. Es la única manera de construir un país con futuro y una sociedad mejor.
La autora de la nota es la Secretaria de Desarrollo Social y Educación de la Municipalidad de Concepción del Uruguay