El farmacéutico José Antonio Brancato, propietario de una farmacia que estaba ubicada en Florida al 600, comenzó en 1914 a elaborar y vender un producto que servía para mantener asentado el cabello, hecho en base a goma tragacanto, y cuyo nombre de marca era «gomina». Uno se aplicaba el producto, y se formaba un verdadero casco de cabello. Había que ponerse un poco en las manos, desparramársela sobre el cabello húmedo y peinarse.