Por Ángel J. Harman –
La existencia de cuerpos militares integrados por esclavos y “castas” (negros, pardos e indios) fue común a partir de las invasiones inglesas, aunque toda la oficialidad debía ser blanca.
Al poco tiempo de que José de San Martín se hizo cargo del Ejército de los Andes, salieron de Buenos Aires rumbo a Mendoza, 300 negros integrantes del regimiento Nº 8 de libertos, a cargo del comandante Matías Balbastro.
Se estima que el general San Martín reclutó a dos tercios de los negros de Cuyo, para ser incorporados al Ejército de Los Andes. En carta a Tomás Godoy Cruz, San Martín sostenía que “sólo nos puede salvar el poner a todo esclavo sobre las armas”, pues así como los americanos son lo mejor para la caballería, no lo son para la infantería, y que “sólo los negros son verdaderamente útiles para esta última arma…”
En otra oportunidad, el general propició la habilitación de los esclavos para los cargos militares:
«Entre los esclavos hay muchos de más que regular educación para su esfera, que saben escribir, y poseen un genio capaz de las mejores instrucciones. Abriéndose la puerta a sus ascensos, se empeñarán eficazmente a adquirirlos, cumpliendo mejor los deberes de su clase. Razones políticas y muy fuertes influyeron acaso para esta prohibición; pero, o no las distingo, o a lo menos ha cesado su influjo. Si he de hablar francamente, no puedo concebir que la Nación se perjudique porque la esclavatura pueda ascender más allá del destino del soldado. (…) Yo espero que el supremo gobierno se digne habilitar los esclavos para la opción a los empleos, sirviéndose vuestra señoría elevar mi solicitud, la que se contrae a sólo cabos y sargentos. Dios guarde a vuestra señoría muchos años.»
Cuartel general de Mendoza, octubre 14 de 1816. Gral. José de San Martín.
Su solicitud fue respondida a fines de mes, permitiéndole únicamente habilitar negros para los cargos de cabos y sargentos de segunda, aunque nunca de primera.
Según las investigadoras del Instituto de Historia Regional y Argentina Héctor Domingo Arias, la orden de San Martín mereció protestas por parte de los propietarios de los esclavos pero finalmente fue cumplida. Fue así como Mendoza aportó 270 negros, valuados en 62.875 pesos y San Juan 230, valuados en 72.600. San Luis argumentó “escasez de negros y que la mayoría eran artesanos” y sólo entregó 42 esclavos.
Así y a pesar de la antipatía manifiesta hacia el decreto de reclutamiento, la orden se cumplió y los esclavos conformaron el Regimiento número 8, al mando del general Soler.
Las bandas más famosas del ejército de San Martín fueron las del batallón N° 8, que dirigía Matías Sarmiento, y la del batallón N° 11, que había obsequiado a San Martín el señor Rafael Vargas, acaudalado hacendado mendocino.
El General Jerónimo Espejo, en su libro El paso de los Andes, expresa:
“Cuando en 1816 San Martín realizó la expropiación de los esclavos, el señor Vargas le obsequió la banda completa con su vestuario, instrumental y repertorio”.
Hoy se sabe que el Ejército de loa Andes tuvo más de las 2/3 partes de sus efectivos de origen africano y afrodescendiente. Por eso un historiador ha podido decir que “con sangre de negros se edificó nuestra independencia”.
Fuentes:
BROGONI, Beatriz, «Esclavos, libertos y soldados: la cultura política plebeya en Cuyo durante la revolución», pp. 122, 123, 125, 126. En Fradkin, Raúl (Editor) ¿Y el pueblo dónde está? Contribuciones para la historia popular de la Revolución de Independencia en el Río de la Plata.
FREIXA, Omer, San Martín y el aporte afro a la emancipación argentina, Infobae, 19 de febrero de 2017
MASINI, José Luis, La esclavitud negra en Mendoza. Época independiente. alleres Gráficos D’Accurzio ,1962
Imagen: La revista de Rancagua, 1820 (Cuadro de Juan Manuel Blanes)
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 20/8/2021