Fue un destacado cantante y actor argentino de tango . Nació con el nombre de Alberto Salvador De Lucca en el distrito de Mataderos de Buenos Aires , hijo de inmigrantes italianos Salvatore De Luca y Lucia De Paola (de Teggiano, cerca de Salerno ).
Castillo hizo su debut profesional en la década de 1930 y comenzó una exitosa carrera discográfica en 1941; su primer éxito fue su versión del tema “Recuerdo” de Alfredo Pelala. Castillo cantó con las orquestas de Julio De Caro (1934), Augusto Berto (1935) y Mariano Rodas (1937) y Ricardo Tanturi (1939).
Con su agudo sentido del ritmo y su tendencia a volverse ronco, Castillo se hizo un nombre como el principal intérprete de los géneros de candombe y milonga de orientación negra .
Una de sus grabaciones más exitosas fue «Cien Barrios Porteños» (Los cien barrios de Buenos Aires ), hasta el punto de que los presentadores le anunciaban como «el cantante de los 100 barrios».
Castillo mostró su capacidad de interpretar temas de lo más diversos merced a una voz con afinación perfecta, magistral en el uso de los matices y la media voz, que podía imprimir a su canto tanto la ternura o dramatismo que requerían algunos como el tono evocador o humorístico para otros.
Se posesionaba del escenario desde que llegaba mostrando su pañuelo cayendo del bolsillo derecho del saco cruzado, el cuello de su camisa desabrochado, la corbata floja, su modo de tomar el micrófono e inclinarlo hacia uno y otro lado, su derecha junto a la boca como si estuviera en la calle, sus ademanes y un modo muy especial de cantar proyectado las vocales.
Su particular fraseo era lo que los bailarines necesitaban y apreciaban; con su voz le ponía ritmo a los pies y él hacía con su garganta lo que otros con el piano o los bandoneones. Se desvinculó de Tanturi en 1943 y comenzó como solista acompañado por excelentes músicos dirigidos sucesivamente por Emilio Balcarce, Eduardo Rovira, Enrique Alessio y Jorge Dragone.
Más adelante incorporó a su repertorio el candombe, que en sus espectáculos matizó con bailarines negros. El primero fue “Charol”,de Osvaldo Sosa Cordero, que tuvo gran éxito, seguido por “Siga el baile”, de Carlos Warren y Edgardo Donato, “Baile de los morenos”, “El cachivachero” y “Candonga”, que le pertenece. Como letrista le pertenecen los tangos “Yo soy de la vieja ola”, “Muchachos escuchen”, “Cucusita”, “Así canta Buenos Aires”, “Un regalo del cielo”, “A Chirolita”, “Dónde me quieren llevar”, “Castañuelas” y “Cada día canta más”; y las marchas “La perinola” y “Año nuevo”.
A partir de 1946, Castillo apareció en varias películas argentinas.
Médico ginecólogo de profesión, dejó de ejercerla para dedicarse a su carrera artística.
Este hecho convenció a los padres de su prometida para que la dejaran casarse con Alberto, porque él era «más que un cantante de tango», y fue utilizado como un recurso argumental en la película argentina Luna de Avellaneda (Sp: «Luna de Avellaneda»), donde Castillo es convocado para dar a luz a un bebé justo después de terminar su set en una feria de carnaval (la historia es ficticia).
Castillo tuvo un breve período como médico deportivo . En diciembre de 1951, el equipo de fútbol Vélez Sársfield , al que apoyó, estaba de gira por Brasil , y varios jugadores sufrieron un golpe de calor en Pernambuco., donde estaba previsto que actuara Castillo. Un miembro de la delegación de Vélez contactó a Castillo, quien atendió a los jugadores y se quedó con el equipo por el resto de la gira, reprogramando algunos de sus shows para adecuarlos a la agenda del equipo.
Entre sus últimos lanzamientos se encuentra una versión de su éxito de candombe “Siga el Baile”, grabado con la banda argentina Los Auténticos Decadentes .
Publicado en Pensamiento Discepoleano Bis
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 11/12/2023