Se inauguró ayer el mural a Pocho y Celeste Lepratti, en la Avenida que los recuerda, hacia Sarmiento y el bulevar Montoneras.
Asistieron autoridades municipales, concejales y representantes de diferentes fuerzas partidarias y sindicatos como también familiares y allegados, integrantes de la Asociación ‘Pocho’ Lepratti y de la Comisión Memoria, Verdad y Justicia de nuestra ciudad como también vecinos y medios.

Solidario, humilde y trabajador
El primer orador fue el intendente Martín Oliva, quien, durante su alocución, se refirió a cómo se empezó a delinear esta idea junto a las áreas de Cultura y de Derechos Humanos. “Agradezco que nos hayan permitido hacer esta obra aquí, el mejor lugar, y a los vecinos por haber cedido este espacio, que nos lleva a un sector popular e histórico de la ciudad”, dijo, en el comienzo, el Jefe comunal para acotar que “hace muchos años que este libro (el impreso para abordar en las aulas) me conmovió” y procedió a compartir algunos fragmentos del texto: “El Ángel de la Bicicleta. Hoy vamos a hablar de una hormiga. Pero de una hormiga especial. Se llamaba Claudio Lepratti. Le decían ‘Pocho’. Y a todos lados iba pedaleando en su bici. Como buena hormiga, era solidaria, trabajadora, humilde y buscaba que todos y todas tuvieran lo necesario. En diciembre de 2001 la Argentina atravesó una crisis económica tremenda, que provocó que miles de trabajadores y trabajadores perdieran su empleo. No había ni para comer. Los bancos se rebaban el dinero de la gente, hubo protestas, muertes y detenidos. En ese entonces, Claudio trabajaba de cocinero en una escuela y, cuando la Policía comenzó a reprimir y tirar contra los manifestantes, trepó al techo del colegio y, a los gritos, le pidió que no dispararan contra los pibes, que ellos solos querían comer. En ese momento, una bala, injusta como todas, le pegó en la garganta, creyendo así silenciar su voz para siempre. Y es ahí en donde me quiero detener, pues debemos tomar ese momento y tratar de ser la voz de ese ejemplo de vida”, subrayó.
El titular del Ejecutivo manifestó: “Pocho Hormiga, como le decían, comprendió desde muy chico, el significado de esa estrofa de nuestro Himno que propone ver en el trono a la noble igualdad. Es decir que nos gobierne un igual, un ciudadano o un compañero que busca el bien común y no alguien que se crea superior. Aunque pasaron muchos años, Claudio Lepratti está presente y sigue pedaleando en cada lucha y en cada hormiguita que sepa que la construcción de un mundo mejor, donde quepan todos los mundos, es lenta pero se viene. Él se rebelaba contra la jerarquías y órdenes de llegar al barrio, cada 10 días, a llevar el alimento para las familias pobres e irse. Él entendía que no era suficiente. Era necesario instalarse ahí. Era el ejemplo que debían tomar de Jesús, recordaba su hermana, Celeste”. “Este mural tratará de que muchos sepan la enorme figura de una persona a la que solo quería estar al lado de los que menos tienen”, enfatizó.

“Una salida colectiva”
A su turno, Laura –hermana de Claudio y Celeste- agradeció a “todos por estar”. “Desde ya tengo mucha emoción. Todos saben de su trayectoria como militante, ayudante de cocina y compañero en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Por lo que en cada instancia pudo dar una mano y es lo que uno pretende conservar y multiplicar. Necesitamos más Pochos. Y con Celeste nos pasó algo muy parecido, pues se fue para Rosario, acompañando a familiares y víctimas del diciembre de 2001. Necesitamos de hacer presente al otro y que éste sea valorado. No nos salvamos solos sino con el otro”. “Necesitamos una salida colectiva, multiplicadores del compromiso, la coherencia y los valores que ambos tenían. A seguir manteniendo esta luz que irradiaban”, instó a los presentes.
La inauguración finalizó con una toma fotográfica en conjunto delante del mural con el acompañamiento musical de ‘El Ángel de la Bicicleta’, de León Gieco.
(fuente: La Calle)