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24 de junio Ramírez vence a Artigas: Aniversario de la Batalla de Las Tunas

por Rodolfo Oscar Negri     –    

Entre las efemérides que destaca el Archivo de Entre Rios en el día 24 de junio, figura la de 1820. En esa oportunidad, Ramírez derrota a Artigas en «Las Tunas».

Para ser mas explícito, luego agrega:

El primer encuentro entre los caudillos se produce en «Las Guachas», sobre el río Gualeguay, el 13 del mismo mes y año, el combate fue intenso , con ataques y contraataques  que cesaron solo al caer la noche, el resultado final sería un triunfo de Artigas o un combate sin resultado claro según  quien sea el que escriba sobre el mismo.

Lo cierto es que oficiales como Apolinario Almada tuvieron un notable desempeño lo que el permitió al Supremo Entrerriano, retirarse  con buena parte de su tropa hacia Paraná.

Allí recibiría el auxilio del gobierno de Buenos Aires que había convenido con su gobernador Manuel de  Sarratea, que consistía en tropas y armas. El núcleo del refuerzo eran 220 cívicos, al mando del comandante Mayor Lucio Norberto Mansilla. Ramírez reunió 700 hombres de caballería y tres piezas de artillería y aguardó la llegada de Artigas en una posición favorable en las afueras de Paraná.

José Artigas que ignoraba esta situación persiguió a Ramírez y creyó oportuno atacarlo en La Tunas, al intentar vadear el arroyo se encontró con un embudo formado por las tropas del Mayor  Lucio Masilla y el coronel Francisco Pereyra que con nutrido fuego le produjeron numerosas bajas y  eso se le agrega el ataque de los coroneles López Jordán, Gregorio Piriz, Pedro Barrenechea y Juan León Solas, propinándole una dura derrota.

La batalla se realiza a la vista del vecindario, apostado en las alturas y cuchillas vecinas, resultando Artigas completamente derrotado. No pudiendo rehacerse se retira siendo tenazmente perseguido hasta que se interna en el Paraguay. Es el final de la presencia de Artigas en el escenario político, y permanece en el exilio hasta su muerte en 1850.

Pero hagamos un poco de historia para ver como y porque sucede este trágico acontecimiento.

Derrota de Artigas frente a los portugueses

Después de la derrota de Tacuarembó (22 de enero de 1820), Artigas abandonó la lucha con los portugueses y cruzó el Uruguay –a mediados de febrero- concentrando su atención sobre el problema de las relaciones con la provincia  de Buenos Aires, luego de que el ejército nacional había sido derrotado en la batalla de Cepeda el 1º de febrero de 1820.  Mientras esperaba el resultado de las negociaciones que habían entablado Ramírez y López con el gobierno porteño, Artigas se dirigió a las Provincias del otro lado del Paraná invitándolas a entrar en la Liga Federal que ha de sellar el pacto con la capital. (1)

No descuidó sin embargo la vigilancia de la costa occidental desde Mandisoví en donde se encontraba el 22 de febrero hasta Yeruá.  Encargó al comandante José López (López Chico) patrullara esa zona amenazada por los portugueses desde la costa oriental. (2)  En Avalos instaló su campamento donde comenzó a reorganizar sus fuerzas con los elementos de Misiones y milicia correntina de los alrededores. (3)  Gorgonio Aguiar es encargado, como Comandante en Jefe, de esas fuerzas (Memorias de Cáceres).

Tratado del Pilar

Sus aliados, López y Ramírez, enterados el 17 de febrero de la catástrofe sufrida, fueron  seducidos por un Sarratea (a la sazón designado gobernador de Buenos Aires, ante la derrota de Rondeau y la caída del directorio)  que, sabedor de la pobreza a que el autoritarismo porteño ha sumido dichas provincias,  sacaría provecho de ello ofreciéndoles el oro y el moro para que consolidasen su poder en sus territorios. Con promesas de respeto y no agresión recíprocas se firmó el Tratado el 23 de ese mes, apenas un día después de iniciadas las deliberaciones, dejando de lado la cláusula que más importaba a don Gervasio (la declaración de guerra a los portugueses invasores de la Banda Oriental) y a tono con los deseos de Buenos Aires.

Ello despertó la indignación del caudillo oriental, quien escribiría a Ramírez: «El objeto y los finales de la Convención del Pilar celebrada por V.S. sin mi autorización ni conocimiento, no han sido otros que confabularse con los enemigos de los Pueblos Libres para destruir su obra y atacar al Jefe Supremo que ellos han se han dado para que los protegiese. (…) Y no es menor crimen haber hecho ese vil tratado sin haber obligado a Buenos Aires a que declarase la guerra a Portugal, y entregase fuerzas suficientes y recursos bastantes para que el Jefe Supremo y Protector de los Pueblos Libres (es decir él mismo) pudiese llevar a cabo esta guerra y arrojar del país al enemigo aborrecible que trata de conquistarlo. Esta es la peor y más horrorosa de las traiciones de V.S.»

El «Supremo Entrerriano» no demora su desaprensiva réplica: «La Provincia de Entrerríos no necesita su defensa ni corre riesgo de ser invadida por los portugueses, desde que ellos tienen el mayor interés en dejarla intacta para acabar la ocupación de la Provincia Oriental a la que debió V.S. dirigir sus esfuerzos (…) ¿Por qué extraña que no se declarase la guerra a Portugal? ¿Qué interés hay en hacer esta guerra ahora mismo y en hacerla abiertamente? ¿Cuáles son los fondos de los Pueblos, cuáles sus recursos?”.

No se le ocultaba a los firmantes que Artigas reaccionaría militarmente contra lo convenido en Pilar, un indudable logro de los porteños que con sus “fondos” y sus “recursos” a los que se refirió el entrerriano cambiaron la derrota militar por el triunfo diplomático pues lograron introducir la discordia y la división en la imbatible alianza de caudillos populares. Nuevamente habían primado los ingresos de la aduana y del puerto que servirían para equipar -en las cláusulas secretas del tratado del Pilar- a López y especialmente a Ramírez para enfrentar la reacción de quien acababa de cruzar vencido el Uruguay con sólo 16 compañeros de infortunio, pero cuyo prestigio entre las masas litorales seguía indisputable. Su grito de guerra contra los traidores vendidos a los porteños sería escuchado por la mayor parte de los entrerrianos, correntinos y misioneros que correrían a formar bajo la vieja y gloriosa bandera que tantas derrotas había infringido  a españoles y portugueses.

Fue tanta la preocupación de los firmantes del Tratado por la ira del oriental que en un «convenio secreto» o «solemne compromiso» (que no se llevó a la ratificación de la Junta porteña) dispusieron la entrega de tropas, armas y la escuadrilla fluvial al entrerriano. Vicente López habla de 1.500 fusiles, otros tantos sables, tercerolas, y además municiones, artillería, cuerpos estables y 200.000 duros; entre los destacados oficiales porteños que pasaron a servir a las órdenes de Ramírez estuvo Lucio N. Mansilla, años mas tarde héroe de la Vuelta de Obligado. La cifra de los suministros, o del soborno, según otros autores fue mayor: el 4 de marzo Sarratea habría ordenado la entrega a Ramírez de 25 quintales de pólvora, otros tantos de plomo, 800 fusiles y 800 sables; el 13  el insaciable Ramírez pidió por nota a Sarratea en virtud «de lo acordado secretamente por separado» se completase el armamento «teniendo en consideración para este suplemento el interés propio de esta ciudad, como de todas las demás provincias de la Federación en mantener la libertad de Entre Ríos (…) debemos abrir una campaña en el rigor del invierno contra enemigos comunes (Artigas) que a todos nos interesa destruir (…) Yo quedaría satisfecho en que se doblase el número de armas y municiones”.

Reacción de Artigas

El 16 de marzo, Artigas, enterado del contenido del tratado del Pilar suscrito por Ramírez y López, con el gobernador de Buenos Aires, Manuel Sarratea, el 23 de febrero, manifestó su desconfianza al Cabildo de Santa Fe en los siguientes términos: “Jamás pudo presentarse unos resultados más desventajosos al mérito de nuestros afanes, y tan disconforme a las ventajas que nos ha brindado la suerte.  Yo esperaba que por esta vez se pusiese término a la guerra civil, que cesasen las complicaciones con el Brasil y que librado el interés de la Nación a las resoluciones de los pueblos, se creyese ésta garantía en sus propios esfuerzos.  Ninguno de estos principios se ha mencionado en la estipulación indicada.  Todos se hallan paliados y por lo mismo es para mi juicio inconcebible como pueden esperarse felices resultados.  Por mi parte hago las recriminaciones precisas a aquellos jefes, sobre la responsabilidad de los tratados.  Omito las reflexiones odiosas que aparecen, pero por mi parte no perderé sacrificio, cuando media la pública felicidad.  Van 10 años en que se redoblan los afanes y es lastimoso dejarlos escapar en unos momentos en que debíamos sellarlos con honor”. (4)

A Ramírez comunicó también su desaprobación por las negociaciones del Pilar y desaprobó su conducta en aquel acto, surgiendo así la desinteligencia que bien pronto los lleva a la lucha armada.  A fines de abril regresó Ramírez con las fuerzas que habían actuado en la campaña contra Buenos Aires, a la villa de Paraná al tiempo que lo hacía también la escuadrilla entrerriana al mando de Monteverde.  La presencia de partidas artiguistas en la costa entrerriana del Uruguay como así mismo el envío por parte de Artigas de fuerzas de caballería al mando del comandante Pablo Castro en auxilio de López Jordán que asediaba en Concepción, a Gervasio Correa, del partido de Buenos Aires, y las reuniones de Avalos alarmaron a Ramírez quien consideró sospechosos esos movimientos y atentatorios de la soberanía de la provincia de Entre Ríos.  Los auxilios artiguistas fueron rechazados por López Jordán.  Ramírez envió a Lucio Norberto Mansilla con instrucciones de, en unión con López Jordán, un entendimiento con Correa a fin de comprometerlo con sus tropas a la lucha contra Artigas.

Artigas por su parte estrechó sus relaciones con Corrientes y Misiones.  El 24 de abril suscribió en Avalos, con representantes de aquellas provincias, un pacto mediante el cual se comprometían a sostener con todos sus recursos una guerra ofensiva y defensiva por la Libertad e Independencia.  Artigas era reconocido Protector de la Libertad de la Liga y se le autorizaba a decidir de la guerra o de la paz contra los enemigos exteriores o interiores pero no podía celebrar convenios en los que no se asegurara la libertad e independencia de aquellas provincias cuya autonomía quedaba a salvo desde que ellas elegirían libremente sus gobiernos.  Finalmente se estipulaba que admitirían cualquier otra provincia que quisiera integrar la Liga, bajo estos principios.  El 7 de mayo siguiente Artigas impartía las órdenes para iniciar hostilidades contra Ramírez. (5)  Circuló también la orden de detener todo buque que subiese por el Paraná y embargar todo lo proveniente de Buenos Aires. (6)

El comienzo de una guerra fraticida

A principios de junio comenzaron las operaciones.  El comandante G. Correa, Jefe de la vanguardia entrerriana es vencido por el Comandante General de Misiones Javier Siti en Arroyo Grande entrando luego en Concepción.  Artigas por el centro de la provincia se dirigió a Gualeguay.  Ramírez salió de Paraná en la misma dirección.  El 13 de junio se produjo el encuentro en el arroyo Las Guachas debiendo retirarse Ramírez derrotado a Paraná hacia donde se dirigió Artigas, pero el 24 de junio Ramírez lo vence en Las Tunas, cerca de Paraná.  El 25 de junio entró en Paraná donde reorganizó sus fuerzas.  El 6 de julio publicó una proclama llamando a las armas contra Artigas a todos los entrerrianos y apoyado por el mayor Lucio Norberto Mansilla salió en persecución de Artigas.  Se dirigió al Gualeguay y el 17 de julio en el distrito de Sauce Luna derrotaron a las fuerzas de López Chico que cubría la retirada de Artigas.  Días después, el 22, Ramírez derrotó fuerzas misioneras al mando de Peru Cuti en Yuquerí y el 23 llegó a Mandisoví.  Este punto estaba ocupado por el comandante Pablo Aramembí con 25 hombres y una pieza de artillería.  En la madrugada de ese día, ante el avance de Ramírez, Aramembí reforzado por los comandantes Pedro Guti y Matías Abacú habían evacuado la villa.  Poco después entró en ella Ramírez quien siguió en persecución de los fugitivos alanzándolos en la tarde de ese día 23 de julio en el paso del río Mocoretá donde los derrotó completamente.  Siti en esos momentos defecciona de la causa artiguista enviando a Ramírez que se había detenido en Mocoretá, al cura de Asunción de Cambay ofreciendo el sometimiento de Misiones.  Se llegó a la firma de un acuerdo en ese sentido.  López Chico fue derrotado nuevamente en Las Tunas, costa del Mocoretá.  El 26 de julio Ramírez continuó la marcha.  Considerando la lucha casi finalizada después de la derrota del 23, Ramírez se separó de sus fuerzas en las puntas del Mocoretá, dirigiéndose a la Esquina a donde debía llegar la escuadrilla de Monteverde.  Gregorio Píriz quedó al frente del resto de las fuerzas que debían perseguir a Artigas.

El 28 de julio el comandante Píriz sorprendió a Artigas y su escolta en Las Osamentas y entró seguidamente en el campamento de Avalos dispersándolo enteramente.  El parque y demás efectos habían sido evacuados la noche anterior.  Píriz marchó en su seguimiento alcanzándolo en el paraje denominado María Grande.  Allí dispersó una fuerza de más de 200 hombres de caballería a los que acababa de incorporarse el propio Artigas quien logró alejarse.  Píriz marchó en su persecución apoderándose de un cañón, 40 prisioneros, 20 carretas de bagajes, parque y armería, ganado, caballada y familias.  A la noche se le incorporó una partida correntina comandada por Severino Casco con dos prisioneros familiares de Artigas, Monterroso y Ventura Martínez.  Píriz consideró terminada la lucha y contramarchó a la Esquina donde estaba Ramírez.

Artigas se dirigió al norte hasta Yaguaretá Corá donde reorganizó un cuerpo de 600 hombres.  Contramarchó hasta San Roque donde se reunió con Méndez el 6 de agosto dirigiéndose ambos hacia Curuzú-Cuatiá.  Ramírez llegó a San Roque el 8 de agosto, avanzó hasta Saladas desde donde envió a Corrientes al capitán Manuel Antonio Ledesma.  En Corrientes se había realizado un pronunciamiento contra Artigas.  El Cabildo había entregado el mando militar a J. José Fernández Blanco quien tomó prisioneros a Campbell, Mariano Vera y J. Antonio Esteche.

Ramírez de Saladas se dirigió hacia San Miguel dispersando el 18 de agosto a más de 400 indios y 30 desertores.  Mientras Artigas y Méndez se dirigieron a Curuzú-Cuatiá, Siti envió en auxilio de aquel pueblo un destacamento que se pasó a Artigas y le ayudó en el ataque a Curuzú-Cuatiá desde donde siguieron hasta las proximidades de Goya encontrándose en sus proximidades el 12 de agosto.

La huida al Paraguay

En Goya Artigas fue resistido y desde allí se dirigió a Misiones.  Siti estaba en Asunción de Cambay y ante la aproximación de Artigas salió en busca de la incorporación de las fuerzas de Ramírez.  El 14 de agosto se unió a las fuerzas del comandante Píriz en Ibabiyú, quien había contramarchado en su auxilio y juntos se dirigieron a Cambay.  También se incorporaron el Comandante de Curuzú-Cuatiá y el capitán Casco.  El 15 de agosto se encontraron nuevamente sobre Cambay, sitiada por Artigas y defendida por el comandante Dionisio Alarcón y 200 hombres.  Artigas es nuevamente derrotado y obligado a abandonar el sitio de Cambay.  Se retiró a las puntas de Mocoretá perseguido por las fuerzas entrerrianas.  Siti y Píriz avanzaron hasta el Miriñay.  Artigas costeó la laguna de Iberá eludiendo la persecución de las partidas de Siti.  El 5 de setiembre llegó a Candelaria, cruzó el Paraná y se presentó a la guardia paraguaya de Itapuá. (7)

Así ingresa al ostracismo en su vida uno de los mas grandes caudillos de la América Latina; pero ingresa -definitivamente y por la puerta grande- a la enorme historia  de los de los pioneros del federalismo, del republicanismo, la democracia, de la igualdad, y del rescate de lo propio con una visión soberana de nuestra América Hispana como la Patria Grande.

Referencias

(1) Oficio de Artigas al Cabildo de Tucumán.  Costa del Uruguay, 18 de febrero de 1820.  Oficio al Cabildo de Corrientes.  Mandisoví, febrero 22 de 1820.

(2) Oficio de Artigas a Ricardo López Jordán.  Mandisoví, 22 de febrero de 1820.  En Hernán F. Gómez, “Artigas y los Hombres de Corrientes”, página 211.

(3) Hernán F. Gómez, “De la Revolución de Mayo al Tratado del Cuadrilátero”, página 286.

(4) Manuel M. Cervera. “Historia de Santa Fe”, T. II, página 509.

(5) Oficio de Artigas a Ramírez.  Cuartel General de los Libres, mayo 8 de 1820.  Hernán F. Gómez, “Artigas y los Hombres de Corrientes”, página 218.

(6) Hernán F. Gómez, “De la Revolución de Mayo al Tratado del Cuadrilátero”, páginas 289-290.

(7) Hernán F. Gómez, “Desde la revolución de Mayo al Tratado del Cuadrilátero”, páginas 296 y siguientes.  Elisa A. Menéndez, “Artigas, Defensor de la Democracia Americana”, página 211.

Fuente

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.

Lucha entre Artigas y Ramírez, Febrero-Setiembre de 1820 – Revista Histórica, Tomo LV, Año LXXXIV, Nº 163 – Montevideo (1991).

Fuentes: Portal www.revisionistas.com.ar y http://pachoodonnell.com.ar y otros

Esta nota fue publicada el 24/6/18 por La Ciudad

 

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