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UNA METÁFORA INCOMPLETA: ¿LAS SOCIEDADES NO SE SUICIDAN?

por Ricardo Monetta  –   

El problema es que no nos gusta mucho indagar con sinceridad las razones del suicidio y mandamos al exilio de la memoria lo que nos ha sucedido recientemente. Quizá el 19 de Noviembre exista la posibilidad de un suicidio colectivo descomunal si la irracionalidad triunfara. En ese caso, sería por azar, por una contingencia fortuita o por una maldición bíblica.

Por supuesto que no, hay una historia detrás, y va de suyo que no todos tenemos la misma responsabilidad en el entramado de esta historia. Pero al mismo tiempo, todos formamos parte de ella.

Y mejor que nos pongamos a pensar qué es lo que esa historia ha hecho con y de nosotros. Y más aún, qué es lo que somos capaces de hacer con “eso” que nos han hecho y que hemos hecho o dejado de hacer. Porque también hemos dejado de hacer, entre otras cosas, hemos dejado de ejercer, en el campo de lo político, una imaginación, una audacia, una resolución crítica que nos permita construir una alternativa popular autónoma que nos sustraiga de la dependencia respecto de las variantes repetitivas que el sistema se digna a ofrecernos. Porque todas las variantes posibles, ninguna de las cuales pudo o quiso sustraerse a ser rehén de los “poderes fácticos”, como se usa ahora a llamar a la nueva y vieja clase dominante. O sea, con el viejo truco del “chivo emisario”, para salvar a la democracia, y es cierto, todos los racionales, cerrando los ojos, iremos a votar a la única opción frente a la nada misma. Pero ¿cómo llegamos a esta situación? ¿Por qué en los últimos ocho años, los dos gobiernos siguientes fueron cómplices, uno por vaciador del país, sometimiento de la justicia y depredador del sistema social, y el otro por pusilánime en tomar decisiones cruciales por cobardía política, que terminaron de hacer posible la aparición del “monstruo” y del “enojado” hartazgo de la gente, que es su alimento? Y estamos en la posibilidad del mayor triunfo que el “sistema podría pedir, que ante la inoperancia de los unos, retornaran Menem y Macri en una sola persona disfrazados de lo nuevo. Porque cuidado, una auténtica repetición siempre aparece como una novedad.

Y sin embargo, la cosa tiene lógica, ya que no es solo culpa de los gobiernos a lo largo de los últimos tiempos. Donde el poder del capital mundializado, con la inestimable ayuda y las redes antisociales, que son el nuevo sostén ideológico para la mayoría de la sociedad colonizada por el fascismo cognitivo, produjo un proceso de despolitización y la desconfianza de la política, esa que sigue siendo la de “arriba”, puesto que no supimos imponer “la de abajo”, en la que pescan a sus anchas las neo derechas que fingen ser “no casta”. Que esas neo derechas sean o no fascistas es una discusión que habrá que dar. Tendremos que hacernos la idea de que la política, como la conocimos en los últimos 40 años, no existe más. La motosierra es un síntoma y un símbolo de contornos siniestros que demuestra que el sistema de partidos, la lógica representativa, la idea misma de representación han volado por los aires. El Estado como árbitro más o menos “bonapartista” tiene debilitado su prestigio. El mercado ese que desde los 90 se dice que “vota todos los días”, organiza lo que podemos concebir en nuestras cabezas, con el comando a distancia del Imperio y su lenguaje a través del capital. Y nuestro lenguaje político, que es lo que nos hace propiamente humano, se ha degradado tanto en que ya no se sabe cómo hablar, ni qué decir.

Estamos en un problema: “cuando una sociedad no sabe qué hacer, la Filosofía no sabe qué pensar”. Por eso, mucho cuidado, las sociedades a veces sí se suicidan. Espero que el 20 de Noviembre, cuando amanezcamos, estemos todos vivos.

Fuente: Diario Junio