Se cumple un nuevo aniversario del éxodo del pueblo oriental y su llegada al Ayuí.
El gobierno revolucionario de Buenos Aires, bajo la influencia del desastre de Huaqui, en el Alto Perú, y procurando consagrar la atención guerrera a un solo frente, firma con el virrey Elío, el 20 de octubre de 1811, un armisticio por el cual se levanta el estado de sitio de Montevideo y se entregan las bandas oriental y occidental del Uruguay, al dominio español. Inmediatamente se produce una impresionante migración del pueblo oriental que prefiere abandonar la tierra patria antes de someterse de nuevo al dominio español.
El jefe de los orientales, general José Artigas, con sus 3.000 soldados y una multitud de pueblo calculada en 16.000 personas, forman parte de esa solemne columna cívica conocida como la “redota”. «Y los héroes, dice Zorrilla de San Martín en su Epopeya de Artigas, eran mujeres, y eran niños, y eran viejos, muy viejos algunos. Y eran soldados y eran familias, la misma familia de Artigas, sus ancianos padres, su hermana primogénita doña Martina.
“Y eran indios salvajes, y eran próceres, Suárez, Barreiro, Bauza, Monterroso. Y eran los curas de las parroquias, y los franciscanos expulsados de Montevideo por amigos de los matreros… y era Artigas.
«La población del Uruguay quedó reducida a la tercera parte; a menos de la quinta parte de sus moradores, decía el gobernador español».
Esa multitud llega hasta el Salto Oriental cruzando el río Uruguay, frente a Concordia, para acampar en sus proximidades sobre las márgenes del arroyo Ayuí, viviendo a la intemperie, bajo las carretas, en condiciones sufrientes y miserables.
El día de la llegada del pueblo oriental a Concordia no ha sido establecido con exactitud ni lo ha sido declarado oficialmente. Se toma como fecha el primer documento datado en el Ayuí. Es un oficio de Artigas dirigido a la Junta del Paraguay, informándole de todo lo acontecido; pero es indudable que esa llegada comienza a principios de noviembre.
En el Ayuí, continúa Zorrilla de San Martín, «se permaneció todo el verano de 1811, el crudo invierno de 1812 y el nuevo verano que precedió a 1813», para agregar, refiriéndose a las condiciones de vida que se hizo en ese lugar: «El campamento, colonia, colmena, o como queráis llamarle, ocupaba una extensión de varias leguas; bajo los árboles en las carretas, en chozas de paja y barro, vivía el pueblo oriental. Una choza mayor que las demás era el templo (…).
La vida fue de labor, de angustia, de miserias; faltaba abrigo en invierno; escaseaban los alimentos; hubo hambre, desnudez, desamparo. Pero un principio ordenador circulaba por aquel organismo de nueva especie, y le conservó, sin el más mínimo quebranto, su cohesión vital y el carácter de sociedad civilizada. Allí se protegía el derecho, se administraba justicia; se hacía caridad». El pueblo oriental permanece en el Ayuí 14 meses.
NR: Desde La Ciudad este es un dato que -entendemos- es importante conocer: «Entre Ríos se dispuso a cobijar a miles y miles de orientales. Artigas, con buen conocimiento del territorio, eligió las orillas del Arroyo de la China para instalar el multitudinario campamento. El sitio era sumamente adecuado por la cercanía de la villa de Concepción del Uruguay y por ser un lugar fértil, con abundancia de agua y otras características convenientes.
Pero no pudo ser. Buenos Aires no permitió a los orientales acampar en el lugar elegido porque, se hallaba situado dentro de los límites españoles estipulados por el tratado de octubre. La búsqueda entonces se emprendió hacia el norte, hasta las acogedoras tierras del Ayuí.» (Historia de Concepción del Uruguay, Tomo I, del prof. Oscar Urquiza Almandoz)
(fuente: Archivo General de Entre Ríos – Ministerio de Cultura y Comunicación)
Imagen: – Éxodo Oriental según Diógenes Hequet
Esta nota fue publicada por La Ciudad el 7/12/18