Así se lo confirmaron tanto fabricantes como comerciantes. Los aumentos llegarán desde el próximo fin de semana. Le echan la culpa al nuevo valor del dólar.
Los fabricantes de productos de consumo masivo retienen aumentos hasta mayo, cuando prevén hacer nuevos intentos para llegar hasta los canales comerciales con listas más caras que las últimas.
En rigor, todos los días llegan ajustes de algún producto de la canasta básica, especialmente a los comercios chicos, almacenes y autoservicios de barrio, con menos capacidad para resistir los aumentos. Pero esas subas no tienen el tenor al que aspiran los proveedores.
Comerciantes consultados notaron que a partir de la tercera semana del mes los precios mayoristas se estabilizaron después de las subas del inicio de mes.
En sintonía, las mediciones privadas semanales de precios minoristas confirmaron la tendencia al reposo.
Los analistas interpretan el fenómeno en parte por la evolución del dólar, que esta semana subió 3%, por debajo del nivel de la semana anterior (5,3%). También tiene consenso la idea de que la brutal caída del salario y del consumo operó para desalentar los incrementos más fuertes.
Empresas proveedoras con las que dialogó este medio dieron cuenta de esa caracterización, pero confiaron que en los últimos días se dedicaron a analizar dos movimientos, el del dólar y el de las empresas que intervienen en la cadena de valor, con la intención de avanzar con nuevas subas a partir del mes que viene.
Al cierre de esta nota, el aumento promedio no tenía un número cerrado, porque “todavía no se sabe cuánto va a impactar en la estructura de costos” lo que sucede tras la renovación de la política cambiaria, consignó una de las fuentes.
Antes y después del anuncio del cambio de régimen cambiario por parte del ministro de Economía, Luis Caputo, un grupo importante de los fabricantes de alimentos y otros productos de consumo masivo subieron sus precios; primero, para cubrirse; después, en función de la devaluación propiamente dicha.
Las fábricas reconocieron haber dispuesto un alza del 5% promedio antes del anuncio. Esas subas llegaron en estampida a los comercios de todo tamaño.
Los proveedores las definieron como actualizaciones que estaban pendientes por cuestiones de costos y se despegaron de las acusaciones de especulación.
También son conocidas las condiciones del mercado local, controlado en su mayoría por un grupo de empresas con espaldas para pesar en la formación de precios.
Después del anuncio de Caputo hubo otra tanda de aumentos, de entre el 9% y el 12%, que motivó el rechazo de las grandes cadenas de hipermercados, supermercados y mayoristas, por primera vez después de un largo período de incrementos de precios y caída del consumo en el que no hicieron manifestaciones sobre el poder adquisitivo de los clientes.
En los comercios de cercanía, donde la crisis pega más fuerte, llevan varios días esperando una estocada mayúscula de las alimenticias y de los fabricantes de productos de limpieza y tocador.
Ese sector informa sobre aumentos puntuales en forma cotidiana, pero presiente la llegada de listas de otra envergadura en el corto plazo, si no las tiene confirmadas por los proveedores y los mayoristas, con los que dialoga periódicamente cara a cara.
Por ahora, en los locales comerciales faltan clientes y crece la preocupación. En circunstancias relativamente normales, a esta altura del año los negocios deberían estar a toda máquina, pero en 2025 la historia es distinta y se resume en una simple declaración: “Abril es malo, no es lo que esperamos. Si la mercadería se mantiene sin subas vamos a recuperar algo el mes que viene, pero hoy no pasa nada”.
(fuente: https://www.tiempoar.com.ar/)