La crisis económica y la caída del consumo en Argentina están provocando un efecto dominó en el sector empresarial: cada vez más compañías internacionales deciden abandonar el país. El último caso es el de Burger King, que tras 36 años de presencia ininterrumpida anunció la venta de su operación local, lo que pone en riesgo 4.500 puestos de trabajo.
La decisión de la cadena de hamburguesas se suma a la de Carrefour, que meses atrás confirmó su salida para concentrarse en otros mercados más rentables, y a la de la automotriz Mercedes-Benz, que también resolvió reducir o cesar sus operaciones en el país tras décadas de presencia.
Burger King: 36 años de historia en duda
La empresa, que cuenta con más de 110 locales en todo el país, informó que el banco BBVA está negociando con posibles compradores para garantizar la continuidad de la marca y de los empleos. Entre los interesados aparece Inverlat, fondo que ya controla KFC y Wendy’s en Argentina.
Sin embargo, el futuro sigue siendo incierto. Si no se concreta la venta, la salida definitiva de la cadena abriría un escenario de despidos masivos.
Razones detrás de la retirada
Aunque el grupo mexicano Alsea —operador de Burger King en Argentina— explicó que la venta forma parte de una reestructuración regional, en el caso argentino existen factores específicos que aceleraron la decisión:
- Caída del consumo masivo por la recesión y la pérdida del poder adquisitivo.
- Inflación y suba de tarifas, que golpearon especialmente a los sectores medios y populares, principales clientes de las cadenas de comida rápida.
- Competencia creciente, tanto de Mostaza —que desplazó a Burger King del segundo lugar en el mercado— como de hamburgueserías gourmet y artesanales que captaron al público joven.
Un patrón que preocupa
El retiro de Burger King no es un hecho aislado. La salida de Carrefour y el repliegue de Mercedes-Benz confirman un escenario complejo para las multinacionales en Argentina, donde la inestabilidad macroeconómica, la inflación crónica y la recesión desalientan la inversión de largo plazo.
El impacto no solo es económico, sino también laboral y social, ya que miles de trabajadores y sus familias ven comprometido su futuro ante la retirada de estas compañías.
(fuente: https://primereando.com.ar/)