Más temprano, unos 200 productores ganaderos y puesteros de la zona de las islas del delta se manifestaron del lado entrerriano del puente, con sus caballos para exponer que ellos no son los culpables de los incendios. La justicia federal de Paraná citó a declarar a los dueños de las tierras donde el fuego provocó serios daños a la flora y la fauna, luego de varias denuncias, entre ellas la del intendente de Rosario, Pablo Javkin, que se presentó como querellante.
La multitudinaria manifestación no fue solo de ambientalistas que reclamaron la sanción de la ley de humedales, sino de ciudadanos de distintas partes de Rosario que expresaron su malestar por los trastornos que genera el humo de los incendios, que cuando sopla el viento noreste y este deja a Rosario envuelta en una nube de humo, que llega a medir más de 60 kilómetros.
Los incendios en las islas del delta tienen epicentro en Rosario, pero también impactan en otras regiones más al norte, como la ciudad de Santa Fe, y al sur, hasta San Fernando, en Buenos Aires. Desde febrero hasta ahora se detectaron más de 8000 focos que destruyeron una superficie mayor a los 530 kilómetros cuadrados.
Sobrevuelo
A la misma hora que se realizaba la protesta en el puente Rosario-Victoria, el ministro de Medio Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, sobrevoló la zona afectada por los incendios, junto con funcionarios del área de Seguridad. Desde la semana pasada se sumaron a los brigadistas que trabajan para apagar las llamas un escuadrón del grupo Albatros de Prefectura Naval, con el objetivo de encontrar a los responsables que inician el fuego.
Se detectaron varios lugares en la isla donde el fuego fue iniciado con montículos de ramas secas y vegetación, que -según los brigadistas- se notaba que habían sido preparados. «Hay una intencionalidad en las quemas de los humedales», afirmó el viernes el intendente de Rosario.
Desde las 14 comenzaron a llegar a la cabecera del puente miles de ciclistas que, con un protocolo preventivo para el Covid-19, empezaron a acomodarse dentro de círculos pintados en el asfalto, donde cada uno debía ubicarse para respetar el distanciamiento de más de un metro. Cada manifestante debía ingresar por un control sanitario, dispuesto por la Multisectorial por la Ley de Humedales, donde se sanitizaba con alcohol y controlaba que cada persona llevara puesta el barbijo.
«Es imposible vivir con este humo de todos los días en medio de una pandemia. Y que el fuego arrase con un humedal que tenemos que cuidar», aseguró Gladis Parrulla, una docente jubilada que marchó con su pareja a pie. A su lado, Sofía, una estudiante secundaria portaba un cartel con la leyenda: «Que no me falte el aire».
Es la primera vez que esta protesta tiene tanta convocatoria. Los dos fines de semana anteriores se congregaron entre 500 y 1000 manifestantes, pero como la situación de los incendios y el humo persiste ahora la manifestación se transformó en multitudinaria.
Ivo Peruggino, integrante de la Multisectorial por la Ley de Humedales, dijo a los medios de prensa que en «esta tercera concentración hubo una adhesión multitudinaria. Sabemos que ambientalistas de Victoria están cortando el puente desde el otro lado del río», agregó.
Ley de humedales
«Estamos pidiendo el cese inmediato de las quemas, castigo efectivo a los responsables y la sanción urgente de una ley nacional de humedales que no solo proteja a nuestro delta del Paraná sino a todos los humedales del país», sumó.
Durante la mañana, unos 200 productores ganaderos y puesteros de las islas entrerrianas se congregaron en la cabecera del puente Rosario-Victoria, cerca del peaje del lado de Entre Ríos, para rechazar las acusaciones que apuntan a que ellos son los causantes de los incendios.
Enzo Vignale, uno de los propietarios de campos que fue citado por la justicia federal por su presunta responsabilidad en los incendios, rechazó que los ganaderos sean quienes provocan la quema de pastizales. «Estamos acá por la quema intencional en las islas. No sabemos quiénes son los responsables y encima nos acusan a nosotros», señaló al diario La Capital.
Los incendios se dan en un contexto particular, la escasez de lluvias y la bajante más aguda de los últimos 60 años del río Paraná, por lo que la vegetación está seca, lo mismo que las lagunas y bañados que con agua hubieran servido de contención de las llamas.
La situación llevó a un conflicto entre las provincias de Entre Ríos, que tiene bajo su jurisdicción el 80 por ciento de la superficie del delta, y Santa Fe, sobre todo Rosario, cuya población sufre la incidencia casi permanente del humo.
Fuente: elonce.com