El Gobierno se ha comprometido ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) a llegar a diciembre de este año con 2 puntos del PBI de superávit fiscal primario y le ha dicho a Kristalina Georgieva, la directora gerente de la entidad, que la gestión de Alberto Fernández le dejó un quebranto equivalente a 3 puntos. Por ello, se estima que la corrección que habría que hacer es de 5 puntos del producto.
Hay dos ejemplos de cómo la oposición dialoguista puede alterar los planes del ministro. Uno es el caso de las jubilaciones, que contempla una rebaja de 0,4 puntos del PBI. El Congreso no lo permitiría, introduciendo fórmulas de recomposición automática al proyecto oficial. Del mismo modo, el Gobierno podría perder 0,5 puntos de recaudación por la eliminación de la generalización de los derechos de exportación. Si el punto de arranque del 2023 es inferior al previsto, tal vez estos ajustes propuestos inicialmente no sean necesarios.
Desde el Gobierno están cambiando su discurso. Pasaron de rechazar cualquier tipo de cambio al paquete fiscal (que daría como resultado un superávit de 2 puntos) a decir que “el déficit cero no se negocia”. Es decir, que tal vez, al final del todo Milei estaría conforme con llegar a diciembre con las cuentas equilibradas.
Al respecto, el economista Sergio Chouza, que dirige la consultora Sarandí, plantea en su informe de la última semana de diciembre que el déficit había cerrado en 2,5% del PBI, mientras que el director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher, también cree que el año cerró con ese nivel de quebranto.
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) estimó hasta noviembre de 2023 que el acumulado del déficit primario era de 1,71 puntos del PBI, medio punto más bajo que el de 2022. Para llegar al 3% que dice el Gobierno, Milei debería haber gastado en diciembre el equivalente a 1,3 puntos del PBI, algo que evidentemente no ocurrió.
El economista Eugenio Mari, de la Fundación Libertad y Progreso, plantea en cambio y es que para esa entidad “el déficit primario de 2023 es de 2,9% del PBI”. “Claramente a contramano de lo que se necesitaba para empezar a bajar la inflación. En cambio, se siguió apostando al financiamiento monetario, directo e indirecto, lo que llevó la suba del IPC al 200% anual”, señaló al referirse a la gestión de Alberto Fernández. Recordó que todo ello fue “en contra del compromiso con el FMI, que era de reducir el déficit respecto al año anterior y en cambio, se incrementó en más de 1 punto del PBI”.


