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Onésimo Leguizamón, hijo de Gualeguay y destacado entrerriano

Onésimo Leguizamón nació en Gualeguay, el 15 de febrero de 1839 y falleció el 20 de agosto de 1886.

Era hijo del coronel Martiniano Leguizamón; y por parte de madre estaba emparentado con Francisco Ramírez y con López Jordán. Tuvo una destacada actuación política en la Provincia y en la Nación. Llegó a presidir la Corte Suprema de Justicia.

Nació en Gualeguay, el 15 de febrero de 1839, hijo del coronel Martiniano Leguizamón; y por parte de madre estaba emparentado con Francisco Ramírez y con López Jordán y hermano de Honorio Leguizamón y Martiniano Leguizamón.

Comenzó por destacarse como alumno del famoso Colegio del Uruguay de Concepción del Uruguay, la gran contribución educacional de Urquiza, que fue una pieza fundamental en la formación de futuros gobernantes de gran valía.

El general Urquiza –se cuenta- hizo bolear su caballo cuando el jovencito recién ingresaba y huía del establecimiento, porque no le agradaba asistir a clases.

Leguizamón se ganó honores por su dedicación, lo que lo hizo acreedor a una beca para estudiar en Europa (con una beca concedida por el presidente Urquiza), adonde partió en 1858 en carácter de adjunto de la misión diplomática presidida por el doctor Del Campillo, a la Santa Sede. A poco de regresar al país, obtuvo el título de doctor en jurisprudencia en la Universidad de Buenos Aires, grado que alcanzó con su tesis sobre los derechos hereditarios de los hijos extramatrimoniales.

Ejerció como periodista en el diario El Uruguay, de su ciudad natal, y en 1862 se doctoró en leyes en la Universidad de Buenos Aires.

Fue ministro de educación de su provincia y – entre 1864 y 1868 – diputado provincial en Entre Ríos. Desde 1865 a 1870 enseñó filosofía en el Colegio de Concepción del Uruguay. Tras el asesinato de Urquiza, se opuso a la elección de Ricardo López Jordán como gobernador y se exilió en Buenos Aires.

En 1870, interviene ante el general Emilio Mitre (militar) —invasor de Entre Ríos— para tratar de hallar una solución entre el gobierno nacional y el de la provincia. Un decreto de Sarmiento declaraba reos de rebelión contra la Nación a Ricardo López Jordán. Onésimo Leguizamón quien no era jordanista, junto con Clodomiro Cordero, presentan una propuesta que incluía la renuncia de López Jordán, el retiro de las fuerzas nacionales del territorio provincial, la no injerencia del gobierno nacional en la elección del nuevo gobernador provisorio; y la intervención y garantía de una nación amiga de la República Argentina para la efectividad del convenio… Esta propuesta fue rechazada por Domingo Faustino Sarmiento y Dalmacio Vélez Sarsfield, en una nota redactada así: “No puedo concebir cómo personas de la ilustración de los señores Leguizamón y Cordero, hayan creído que el gobierno Nacional aceptaría por evitar males relativamente pequeños, la absurda teoría cuyas funestas consecuencias saltan a los ojos de cualquiera, que una provincia pueda exigir en ningún casi que se retiren de su territorio las fuerzas de la Nación que en él se hallan establecidas”

Radicado en Buenos Aires trabajó como jefe de redacción del diario La Prensa, y enseñó derecho internacional en la Universidad de Buenos Aires.

Fue electo diputado nacional por el partido liberal de su provincia. De 1874 a 1877 fue ministro de justicia e instrucción pública del presidente Nicolás Avellaneda. Desde ese cargo fundó las primeras escuelas normales para señoritas, reformó el currículum de los colegios nacionales, reguló el establecimiento de escuelas agropecuarias –fundó varias– y se destacó en su puesto al punto de generar celos en el expresidente Sarmiento.

Renunció a su función judicial para presidir el Congreso Pedagógico Sudamericano en Buenos Aires. Al poco tiempo fue nombrado senador nacional, y fue uno de los autores y el gran defensor de la Ley 1420, de educación universal, gratuita, laica y obligatoria.

Desde 1877 hasta 1882 alcanzó el máximo galardón al que puede aspirar un jurista argentino: fue juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación; cargo al que renunció por considerar que ese alto sitial podía ser ocupado por alguien dotado de mayor seriedad. Es obvio que poseía un gran sentido del humor, que daba ribetes de alta humanidad a un luchador munido de las más firmes convicciones. Por algo habrá sido que tanto confiaran en Onésimo Leguizamón estadistas de la talla de Sarmiento, Avellaneda, Roca y el Ministro Eduardo Wilde.

También fue interventor federal en la provincia de Catamarca, en el año 1884; sin perjuicio de su previo regreso en 1882 a la Cámara de Diputados de la Nación, donde continúa desempeñando la Vicepresidencia del cuerpo, y su reelección en 1886, año de su tan prematuro fallecimiento.

En 1884 fue interventor nacional en la provincia de Catamarca. Ese mismo año fundó el diario La Razón en Buenos Aires, del que fue director y redactor hasta su muerte. Era uno de los líderes más respetados del Partido Autonomista Nacional, y promotor de las candidaturas de la mayor parte de los diputados nacionales de su provincia.

Eduardo Wilde ante su tumba, lo describió así: “Ha llevado su tarea en la tierra con honradez, con brillo y con talento. Apenas cabe en la extensión de su corta vida la abundancia de su trabajo. Fue el ardiente propagandista de las ideas avanzadas, el temible campeón de la libertad de conciencia y de los luminosos principios que abren las puertas de la Nación al progreso del mundo”.

Entre sus escritos, muchos de ellos de carácter legal, merecen citarse «Las leyes de la guerra internacional», «La cuestión de límites entre San Luis y Córdoba», e «Instituto del Código Civil Argentino». También editó el registro nacional desde 1810 y todos los informes producidos hasta entonces por el Procurador General de la Nación.

En 1886 fue candidato al cargo de gobernador de Entre Ríos, pero no llegó a las elecciones: falleció en Buenos Aires en agosto de ese año.

Biblografía: 

– Aníbal S. Vásquez, Periódicos y periodistas de Entre Ríos, Dirección de Cultura. 1970.-

– Dos exponentes de ideario liberal en la “Generación del ochenta”, comunicación del académico Jorge Reinaldo Vanossi en sesión privada de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, el 23 de mayo de 2007.

(fuentes: http://genoma.cfi.org.ar, wikipedia y otros)

Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 19/2/2019

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