Desde que asumió, Milei suspendió obras clave que permitirían transportar ese gas a los centros de consumo. Esto no solo redujo la disponibilidad interna, sino que obligó al Estado a importar combustibles a precios tres veces superiores y en dólares, en un contexto de escasez de divisas.
Con temperaturas bajo cero en gran parte del país y una demanda energética en alza, la Argentina quedó esta semana sin gas. Industrias paralizadas, estaciones de GNC cerradas y hogares con suministro limitado. Pero lo más grave no es la emergencia actual, sino la causa estructural: el freno a obras de infraestructura fundamentales que el gobierno de Javier Milei paralizó deliberadamente al asumir.
Gas de sobra, infraestructura abandonada
En Vaca Muerta hay gas para más de 30 años de autoabastecimiento, con un excedente que podría generar saldos exportables millonarios. Sin embargo, la crisis de abastecimiento revela el profundo desacople entre una producción hidrocarburífera en niveles récord y una infraestructura inconclusa. El motivo es claro: el ajuste libertario y el freno total a la obra pública.
Desde que asumió, Milei suspendió obras clave que permitirían transportar ese gas a los centros de consumo. Esto no solo redujo la disponibilidad interna, sino que obligó al Estado a importar combustibles a precios tres veces superiores y en dólares, justo en un contexto de escasez de divisas.
Las obras paralizadas por Milei que agravaron la crisis
- Finalización de las Plantas Compresoras del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK)
Estas instalaciones permitirían duplicar la capacidad de transporte del gasoducto desde Vaca Muerta. Con un avance del 80% al final del gobierno anterior, fueron abandonadas por Milei pese a que su finalización costaba unos 50 millones de dólares. Hoy, por no terminarlas, el Estado deberá gastar más de 500 millones en importaciones de GNL. - Segundo Tramo del GPNK hasta San Jerónimo, Santa Fe
La obra ampliaría significativamente el alcance del gas patagónico al centro y norte del país. Su paralización impide expandir la red nacional de gas natural y restringe tanto el consumo interno como las exportaciones. - Reversión del Gasoducto Norte
Esta obra permitiría llevar gas de Vaca Muerta al noroeste argentino, reemplazando el suministro boliviano, que hoy cubre apenas una sexta parte del consumo de esa región. Aunque el gobierno anunció su reactivación, las obras avanzan con extrema lentitud. El proyecto contempla:- 123 km de nuevo tendido entre Tío Pujio y La Carlota
- 62 km de ampliación del Gasoducto Norte
- Adaptación de plantas compresoras en Córdoba, Santiago del Estero y Salta
A pesar de su urgencia, nada de esto estará operativo en el invierno de 2025.
¿Privados al rescate? Un modelo inviable
El modelo libertario que propone Milei —obra pública financiada 100% por privados— no tiene sustento real. Ni siquiera en Chile, país que el presidente usa como ejemplo, esto ocurre: solo el 15% de la obra pública es financiada por el sector privado. En Argentina, intentos anteriores como los PPP impulsados por Mauricio Macri fracasaron. Recién con intervención estatal, y gracias a fondos como el impuesto a las grandes fortunas de 2021, se avanzó con el GPNK.
Hoy, ningún actor privado quiere asumir el riesgo de financiar obras de semejante envergadura, menos aún con tarifas congeladas o inciertas y una economía en recesión.
El costo del ajuste: frío, parálisis y dependencia
Mientras se proclama un ajuste “heroico”, el freno a estas obras estratégicas no solo paraliza la economía, sino que incrementa la dependencia energética externa, desperdicia el potencial exportador de Vaca Muerta y deja sin gas a miles de argentinos. La pregunta es inevitable: ¿a dónde va la plata del ajuste y de la motosierra libertaria, si no se invierte en lo esencial?
(fuente: https://primereando.com.ar/)