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Millones de nacimientos prematuros por la contaminación

La contaminación del aire, tanto en espacios abiertos como en el interior de las viviendas (en especial en las cocinas), es la causa probable de casi seis millones de nacimientos prematuros y del nacimiento de casi tres millones de bebés con bajo peso cada año en el mundo, según un nuevo estudio y revisión de datos a gran escala llevado a cabo por expertos de la Universidad de California en San Francisco (Ucsf) y de la Universidad de Washington. El estudio ha tomado como referencia los datos sobre contaminación por partículas de menos de 2,5 micras de diámetro (PM-2,5) el año 2019.

No es el primer estudio en que se relaciona la exposición a la contaminación de mujeres embarazadas y un mayor riesgo de parto prematuro (ver por ejemplo el publicado en 2016 por expertos del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati) pero sí que es una de las investigaciones más amplias y detalladas sobre este tipo de efectos en la salud.

Los resultados del nuevo estudio se han publicado (ed. on line 28 de septiembre) en la revista Plos Medicine, y según la Universidad de California «es la mirada más profunda realizada hasta ahora sobre cómo la contaminación del aire afecta varios indicadores clave del embarazo, incluida la edad gestacional al nacer, la reducción del peso al nacer, el bajo peso al nacer y el nacimiento prematuro».

Además, destaca esta universidad, «es el primer estudio mundial sobre la carga de morbilidad de estos indicadores que incluye los efectos de la contaminación del aire interior, principalmente de las cocinas, que representaron dos tercios de los efectos medidos».

El parto prematuro es la principal causa de mortalidad neonatal en todo el mundo y afecta a más de 15 millones de lactantes cada año, recuerdan los autores del nuevo estudio. Los niños con bajo peso al nacer o que nacen prematuros, por otra parte, tienen tasas más altas de enfermedades graves a lo largo de su vida. Por estas y muchas otras causas, los expertos consideran muy importante analizar las posibles causas de este tipo de alteraciones, y la calidad del aire que respiran las mujeres durante el embarazo es una de ellas.

La Organización Mundial de la Salud estima que más del 90 por ciento de habitantes de núcleos urbanos y ciudades están sometidos a niveles de contaminado que pueden dañar su salud, y la mitad de la población mundial también está expuesta a la contaminación del aire en el interior de las viviendas, en especial en lugares donde todavía se utilizan sistemas de cocina o calefacción con combustibles como el carbón, la madera o los residuos.

Un riesgo que debe reducirse

«La carga atribuible a la contaminación del aire es enorme, pero con el esfuerzo suficiente, podría mitigarse en gran medida», destaca el autor principal del nuevo estudio, Rakesh Ghosh, especialista en prevención y salud pública del Instituto de Ciencias de la Salud Global de la Ucsf.

El análisis que ahora se publica cuantificó los riesgos de parto prematuro y bajo peso al nacer en función de la exposición total a la contaminación interior y exterior, al tiempo que contabiliza la probabilidad de que el resultado negativo los efectos disminuyen gradualmente a niveles más altos.

El estudio concluyó que la incidencia global de parto prematuro y bajo peso al nacer podría reducirse en casi un 78 por ciento si se minimizara la contaminación del aire en el sudeste asiático y África subsahariana, donde la contaminación en interiores es común y las tasas de nacimientos prematuros son las más altas del mundo.

Los datos analizados también muestran un incremento significativo del riesgo de la contaminación del aire ambiental en las partes más desarrolladas del mundo. En los Estados Unidos, por ejemplo, se estima que la contaminación del aire exterior contribuyó a casi 12.000 nacimientos prematuros en 2019.

Un estudio anterior llevado a cabo por el mismo equipo de investigación cuantificó los efectos de la contaminación del aire en la mortalidad temprana, concluyendo que contribuyó a la muerte de 500.000 recién nacidos en 2019, según destaca la Ucsf en una nota divulgativa publicada en su página en internet.

“Con esta evidencia nueva, global y generada de manera más rigurosa, la contaminación del aire debería considerarse ahora un factor importante de morbilidad y mortalidad infantil, no solo de enfermedades crónicas de los adultos”, concreta el profesor Ghosh. “Nuestro estudio sugiere que tomar medidas para mitigar el cambio climático y reducir los niveles de contaminación del aire tendrá un beneficio colateral significativo para la salud de los recién nacidos”, concluye.

Fuente: La Vanguardia (España)

 

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