Por Hugo Luna –
La cultura es la sonrisa /con fuerzas milenarias – León Gieco.
Aparentemente esto de que la nieve contiene mucha cultura es una zoncera intrascendente, pero si la articuláis con todas las zonceras paralelas que llevan a la subestimación de lo propio habréis comprendido su significación en conjunto y su resultado que es crear una mentalidad asentada en el supuesto de la propia inferioridad. Arturo Jauretche.
El tema que abordaré es apasionante. Al menos para aquellos que andamos en estas actividades desde muy jóvenes. No pretende ser más que un apunte. Un disparador para pensar y repensarnos como ciudad con un riquísimo pasado cultural y en un clima “caliente”.
Hace unos años, alguien que estudiaba periodismo me formuló una pregunta que debí responder por escrito. Nunca supe si aquello se publicó en algún lado. Su interés estaba puesto en cómo veía la cultura, su quehacer en nuestra ciudad. En verdad la cosa se ajustaba a lo que entendemos por arte y cuánto de esa expresión “casi sacra” del hombre se atendía aquí. Si, por caso quienes hacen música, escriben, pintan, cuentan con espacios para mostrar lo que producen, y así.
Todos sabemos, estimo, que la respuesta final a esta pregunta debería darse desde la perspectiva de si se tienen políticas que contemplen estas demandas o necesidades. Y si hablamos de política hablamos también de ideología. No se puede pensar por dónde ir sin tener en claro que es toda una elección y ello se define desde un lugar. Un lugar ético, un lugar histórico, un lugar ideológico.
En esta ciudad en la que tenemos muchos convecinos adoradores de lo que ocurre afuera les decimos (creo somos unos cuántos quienes pensamos de esta manera), que si se trata de copiar lo que brilla en otros escaparates, se podrían tener en cuenta algunas experiencias con políticas que apostaron a la cultura y la posibilidad vital de ésta para recuperar la calle y sus implicancias festivas, populares, de convergencia y convivencia de discursos. Tanto en Europa como en América Latina. (No doy ejemplos porque no soy especialista en el tema y basta ir a un buscador para encontrar información que podría profundizar esto que planteo)
La importancia ideológica de la cultura es innegable, el papel que juega en el tramado social, tal vez por ello el estado en cualquiera de sus estamentos, se mantiene siempre como al margen, propiciando más el espectáculo en su sentido pasatista, que apoyando a quienes trabajan en silencio, con esfuerzo, en diversas disciplinas artísticas.
En nuestra ciudad y desde hace muchas administraciones, escuchamos decir que el área de cultura no tiene ni para cinta scotch, y es verdad a medias.
Esta última fiesta de la playa, por caso, servirá para demostrar que la plata se pone donde se quiere y elije. Y también para demostrar que la plata se esfuma por dónde se quiere y elije. Se está ante una nueva pérdida de dinero importante que pagará la comunidad toda. (Esto nada más que para señalar un aspecto porque en verdad el paño da para cortar y mucho: el día de los jóvenes, por ejemplo, el despliegue policial que se llevó a cabo no deja de ser llamativo y acaso innecesario).
La pregunta que me surge es por qué nos va como nos va. Y la respuesta deberíamos darla en debate abierto y escuchando sin mezquinas intenciones. A mí se ocurre pensar que uno de los motivos podría ser el hecho que cada vez se intenta desde la evocación. En Concepción del Uruguay lo que abunda es lo perdido, y lo perdido, ya sabemos, no vuelve. No al menos de la misma manera.
Felizmente también hay cosas y hechos esperanzadores como lo que se señaló aquí en este medio sobre nuestro carnaval 2018 o la cantidad y calidad de jóvenes haciendo música en serio aún sin tener muchos lugares para mostrar su arte (hablo de música porque se ve… pequeñas bandas que producen sus discos con canciones propias, músicos de jazz, y otros). Y felizmente también está el futuro, que si se piensa como algo inaugural, que despierte el asombro, que azuce el deseo, será seguro luminoso, tanto como lo fue alguna vez en ese ayer perdido que brillaba con luz propia y al que tanto pareciera se busca volver.
Finales de enero de 2018, Concepción del Uruguay