por Pablo Stein –
Evaristo Carriego es un poeta muy conocido, pero de quien haremos referencia no es Evaristo Estanislao Carriego Ramírez, el autor de: “El alma del suburbio”, “La canción del barrio”, “Misas herejes” o de poemas tan conocidos y que seguro recitamos en nuestra juventud:
¡De todo te olvidas! Anoche dejaste aquí, sobre el piano que ya jamás tocas, un poco de tu alma de muchacha enferma: un libro, vedado, de tiernas memorias. Íntimas memorias. Yo lo abrí, al descuido, y supe, sonriendo, tu pena más honda, el dulce secreto que no diré a nadie: a nadie interesa saber que me nombras. …Ven, llévate el libro, distraída, llena de luz y de ensueño. Romántica loca… ¡Dejar tus amores ahí, sobre el piano!… De todo te olvidas, ¡cabeza de novia!
No es este Carriego el olvidado de la historia, pese a su corta vida (Murió a los 29 años) pero si su abuelo.
José Evaristo Carriego de la Torre
Nacido en 1828 fue Doctor en leyes, abogado y periodista.
Para diferenciarlo de su nieto, los historiadores lo llaman “El Viejo” pero tuvo una importante participación política en la provincia de Entre Ríos.
Escribió su propia autobiografía y en ella afirma que: “De niño fui turbulento, camorrero, malcriado. Mi educación fue enteramente descuidada. Desde que me falto mi padre, no tuve quien me sujetase, ni me dirigiese. Mi madre, demasiado complaciente conmigo, me dejo gozar de una libertad extremada”
El apellido original en realidad perdió la “s” final ya que era Carriegos cuando Don José Carriegos Godoy llegó de España.
En “Dos siglos de vida entrerriana” Aníbal S, Vázquez describe a quien fuera legislador y periodista y afirma que era un “polemista político que posee una vigorosa dialéctica y una lógica excelente, capaz de desorientar al adversario más temible, la ironía, el sarcasmo, el apostrofe, la burla, así como la historia, la filosofía, la anécdota y la crítica, son sus armas favoritas y sabe esgrimirlas con igual desembarazo y habilidad”.
Nunca ejerció como Doctor en leyes, título que obtuvo en la Universidad de Córdoba y se dedicó al periodismo fundando periódicos en Rosario, Entre Ríos y Córdoba, pero sin dudas el episodio que vamos a relatar es una prueba irrefutable de que desempeñó su cargo de legislador con total responsabilidad, coraje y propia iniciativa.
Sin medias palabras
Siendo gobernador José M. Domínguez (1864-1868), un acolito de Urquiza, ingresó a la Cámara de Diputados de Entre Ríos un proyecto de homenaje a Urquiza nombrándolo “Primer Gobernador Constitucional de la Provincia” y en el mismo se le daba el trato de excelencia mientras viviera y a la vez mandaba denominar a la Plaza Nueva de C. del Uruguay con el nombre de Urquiza y levantar en la misma una columna y sobre ella una estatua del prócer que contuviera una dedicatoria y el texto de la ley promulgada.
Oponerse a la figura del caudillo de Entre Ríos no era precisamente lo que harían el resto de los diputados, sin embargo, Evaristo Carriego lo hizo y con argumentos irrefutables:” Nosotros vivimos en la misma época y en el mismo país que vive el hombre a favor del quien se ha presentado el proyecto que está en discusión. Esto puede dar lugar a que se dude de nuestra imparcialidad. Esto puede dar motivo para que se suponga que el miedo o la lisonja nos ha inducido a decretar esos honores. Cuando tributaba honores casi divinos la Sala de Representantes de Buenos Aires, al “primer Hombre de América”, como se le llamaba a Rosas, cuando no era otra cosa que el primer tirano del universo.
Enfrentado a Urquiza
En 1867, Carriego da a publicidad un folleto que alcanzó gran difusión en la provincia: “Antecedentes para el proceso del tirano de Entre Ríos Justo José de Urquiza”
Urquiza procesa legalmente a Carriego. Como se ve, nada nuevo en eso de judializar la política.
Un año más tarde y luego de ver frustrado por el Colegio Electoral de la Nación que finalmente eligió a Sarmiento, su deseo de ser electo Presidente de la Republica, Urquiza es designado gobernador Constitucional de Entre Ríos por el voto unánime de los representantes y se dio por finalizado el proceso.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA:
Aníbal S. Vázquez; “Dos siglos de vida entrerriana”; Edición del Ministerio de Educación; Paraná; 1950.
Juan María Gianello; “Hombres de Entre Ríos”; Ediciones Colmegna S.A; Santa Fe; 1884.
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 12/9/2022
