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Joaquin

por Pablo Stein   –

Los espinillos florecidos teñían de oro las cuchillas entrerrianas.
Joaquín observaba por primera vez la montaraz geografía de lo sería hasta el final de sus días su residencia de castigo.
Nacido en el corazón de África había ignorado la existencia de esos seres de color blanco que lo tomaron prisionero después de asesinar a los guerreros de su tribu que resistieron con sus pobres armas el ataque nocturno.
Sus pocos años no conocían de la ambición, la codicia, la explotación del hombre por el hombre y menos aún que existiese una raza superior que protegida por un extraño Dios permitía esclavizar a otros haciéndolos trabajar de sol a sol.
Por entonces Joaquín no se llamaba Joaquín, sino Zuri (hermoso) y le llevó un tiempo y cientos de azotes comprender que ya no era un hombre libre y que debía obedecer cada orden dictada por uno de esos raros individuos vestidos con ropas estrafalarias.
En esa nueva condición lo condujeron junto a otros jóvenes de su comunidad a un puerto marítimo que luego supo llamaban Luanda y los subieron a un barco cargados de grilletes que de inmediato se puso rumbo a la mar.
Su destino final sería el puerto de Buenos Aires donde sería desembarcado y puesto a la venta junto cientos de otros “bozales” (1)
Los compradores de esclavos
Desde que al primer adelantado don Pedro de Mendoza (2) se le autorizó a introducir 200 esclavos negros, el negocio de la venta de esclavos fue el origen de muchas de las fortunas de los habitantes que poblaron el virreinato del Rio de la Plata después de la segunda fundación de Bs. Aires por Juan de Garay en 1580.
Se puede asegurar que incluso muchos de los considerados patriotas por nuestra historia oficial estuvieron ligados a este funesto comercio.
Para muestra basta un botón y veamos la trayectoria de Manuel de Sarratea, el mismo que convenció a Pancho Ramírez para la firma del Tratado del Pilar abandonando las filas de Artigas y presidente del primer triunvirato luego de la revolución de mayo.
Sarratea tuvo naves propias que recogían esclavos en las costas de África para ser luego vendidos en América y además sentía orgullo y se jactaba públicamente de ello. (3)
La esclavitud en Entre Ríos
Los primeros esclavos en territorio entrerriano fueron los pueblos originarios.
La resistencia que comenzó con la invasión española a Entre Ríos en 1574, fue muy fuerte al menos hasta el año 1778 cuando el teniente-gobernador de Santa Fe Melchor de Echague rechazo un gran intento de rebelión de los nativos y desde entonces Entre Ríos fue sometido a un genocidio que trajo como resultado que los colonizadores se quedaran sin mano de obra y desde 1791 y ya autorizados por orden real se autorizaba la compra de esclavos negros que en realidad había existido desde el comienzo de la colonización.
Joseph de Urquiza compra esclavos en Bs. Aires
A la temprana edad de 12 años Joseph de Urquiza había llegado al Virreinato del Rio de la Plata y tomado bajo la protección de su tío Martin de Alzaga (4) se inició con éxito en los negocios y ya casado con Doña María Cándida García y con sus 3 primeros hijos nacidos en Buenos Aires se radicó en Entre Ríos, provincia en la que haría fortuna.
Fue en un principio administrador de campos y estando al servicio de don Pedro Duval se dirigió al mercado de esclavos que hasta 1795 funciono en la zona del actual parque Lezama.
Como hábil comerciante que era, compro a buenos precios numerosas “piezas de indias” (5) que incluso le rindieron buenos ingresos cuando finalmente adquirió la estancia a Pedro Duval en 1795.
Entre ellos se encontraba Zuri, que, aunque aún muleque (6) estaba lo suficientemente desarrollado para realizar tareas pesadas y como no sabía una palabra de español fue destinado a un grupito de “ladinos” (7) que también fueron comprados por Joseph, así que cuando llegaron a Entre Ríos, ya Zuri había recibido el nombre de Joaquín impuesto por el mismo Joseph y chapuceaba sus primeras palabras , a la vez que se esforzaba  por pensar lo más claramente posible en como sobrellevar el estado de indefensión en que se encontraba.
Sobreviviendo
Joaquín pronto comprendió que era muy difícil poder lograr nuevamente su libertad, pero nunca dejo de buscar el modo de obtenerla.
En muy poco tiempo y guiado por los concejos de Babongo, un negro que hablaba su lengua y llevaba toda una vida pasando de un amo a otro entendió que lo importante era sobrevivir y para ello no bastaba interpretar que hablaban los blancos, sino también aprender el oficio de agricultor eludiendo los castigos que eran frecuentemente aplicados por los amos.
Criado en medio de la selva tardo en dominar a esas bestias gigantescas e inteligentes que eran los caballos y finalmente se hizo un consumado jinete.
Guidai, una joven charrúa, bautizada como Anita por María Cándida le fue destinada como esposa, pero se dio la comprensión de caracteres y a su modo y con las privaciones propias de su condicion tuvieron una relación que tenía ciertos privilegios.
Anita era llamada con frecuencia al servicio de su ama que se encontraba embarazada.
La pareja vivía en un ranchito de adobe, techo de paja y piso de tierra, pero esto no incomodaba demasiado a quienes se habían criado en medio de la naturaleza. Si, les resultaban malos los inviernos crudos, ya que al igual que el resto de los esclavos carecían de abrigos Joseph no solo ahorraba en jornales y ropa, sino también en velas y la escasa iluminación se destinaba solo a la casa del amo.
1801
Anita hacia 3 días que había sido requerida en casa del amo y picado por la curiosidad Joaquín se acercó en puntas de píes para observar por una ventana que permanecía abierta el interior de la vivienda.
Estaba intrigado porque Anita una vez realizadas las tareas siempre regresaba al ranchito por las noches.
Con sigilo no carente de temor corrió un poco las cortinas y en la semipenumbra pudo distinguir una cuna y un bulto dentro de ella.
Al costado estaba Anita vigilando el sueño del niño y en la cama aparentemente dormida, doña Cándida.
De pronto el niño comenzó a mover sus piernitas, pataleando en el aire, tal vez molesto porque se acostumbraba fajar a los bebes y los berridos despertaron a las dos mujeres, ya que Anita agotada también había cerrado los ojos.
Era el día 18 de octubre de 1801. El recién nacido era el decimoprimer hijo del matrimonio y recibió un nombre que paso a la historia. En el Talar del Arroyo Largo (hoy arroyo Urquiza) había nacido Justo José de Urquiza.

10 años después
Desde 1770 se ha ido formando un núcleo de ciudadanos es las proximidades de los campos de Joseph de Urquiza dando finalmente origen a la villa de C. del Uruguay y Joaquín fue uno de los testigos que incluso estuvo presente cuando Tomas de Rocamora fundo oficialmente la población el 25 de junio de 1783. No escapan a su inteligencia los sucesos y las tensiones que dividen en dos bandos a los blancos y advierte a Guidai de que hay que guardar silencio y estar atentos a los acontecimientos porque sus deseos de libertad jamás se han aplacado y es por ello que no han engendrado hijos. Sus espíritus rebeldes se niegan a traer niños para ser esclavos del blanco.
Cuando el Cabildo de C. del Uruguay adhiere a la revolución de mayo es notorio el disgusto de Joseph, un monárquico convencido al que desde lejos vigila Joaquín.
En 1811, y en el mes de octubre, 10 años después del nacimiento de Justo José, Joseph se va con las fuerzas invasoras que han sido vencidas por Bartolomé Zapata, Joaquín toma dos caballos y en uno sube a su mujer.
Esa misma tarde cruzan el rio Uruguay en el lugar exacto donde se encuentra el puente internacional ahora.
Su paciencia tuvo recompensa y el temple guerrero de su mujer charrúa le terminó de dar el valor suficiente y allí van ellos, ya son parte de las fuerzas de Artigas y vaya si vale luchar por la creación de la “Liga de los pueblos libres”. ¡Que mayor estímulo para quienes han perdido la libertad!
(1)  (1)Bozal; negro recién llegado
(2)  (2)Pedro de Mendoza en 1536 fundo por primera vez Bs. Aires. Murió de sífilis contraída en las acciones de violaciones y saqueo a Roma con anterioridad a su viaje al Rio de la Plata y su cadáver arrojado al mar
(3)  (3)Edmundo Heredia; “Cuando Sarratea se hizo revolucionario” Ed. Plus Ultra; Bs. Aires; 1986
(4) (4) Martin de Alzaga, fusilado en 1812 por conspirar contra la revolución
(5)  (5)Hombre y mujer de 15 a 25 o 30 años, sin vicios y con todos los dientes.
(6)  (6)Así se denominaban a los que no llegaban a una edad adulta
(7) (7) Eran negros que ya habían sido esclavos en América y conocían la lengua de sus amos
Bibliografía consultada:
Alberto González Arzac; “Abolición de la esclavitud en el Rio de la Plata”; edición del autor; Bs. Aires; 1974
“El negro en la Argentina. Presencia y negación” Editores de América Latina; Bs. Aires; 2001