por Pablo Stein –
¿Qué fue de aquellos miles de gauchos que al galope raudo de sus caballos desparramaron sus ansias de libertad, cruzando las cuchillas entrerrianas, vadeando arroyos y ríos y derramando generosamente su sangre?
Don Gregorio Troncoso Roselli en su “Evocaciones a la distancia”, nos acerca imágenes que quedaron grabadas en él, cuando acompañaba a Fermín, un viejo veterano de mil batallas, cuando solían recorrer los barrios más alejados de la vieja Concepción. Son sus palabras las que siguen a continuación: “Los arrabales de mi ciudad estaban formados por ranchos o casitas humildes, provistos de algunos paraísos, pocas veces frutales, pero si, casi siempre con plantas de jardín…Don Fermín las conocía una a una y me daba de ellas menudas referencias”
– “Este viejito como yo, estuvo en Caseros y en la campaña del Paraguay.
– Aquel negro viejo fue trompa del batallón 1º de mayo…
Y prosigue con sus recuerdos Pereyra Roselli: “Yo miraba atentamente a aquellos ancianos que eran héroes, pero yo solo concebía a tales con galones y larga espada, vistiendo lujosos uniformes, paseando gallardamente a caballo. Así aprendí a mirar con respeto a los héroes anónimos que vivían como he dicho en la miseria alargando sombrero en mano, la diestra en demanda de una limosna…”
“Recuerdo que al pasar por la casa del general Galarza, Don Fermín me dijo una vez, -Aquí vivió mi pariente, es claro yo fui soldado y el general”.
Quienes habían dado todo por la patria y esto que sigue ya es nuestro pensamiento, no habían recibido ningún reconocimiento.
Urquiza dueño de una inmensa fortuna; Presidente de la Confederación y Gobernador varias veces de su provincia, dejó en la miseria a quienes le sirvieron con lealtad.
La vanidad de los “grandes” hombres asentada en el sufrimiento de un pueblo que fue heroico y no recibió nada a cambio.
Para ellos no existía ni siquiera un aviso fúnebre en los periódicos y los escribas falsificadores de la historia, siempre han estado muy ocupados escondiendo las miserias morales de los dueños del poder.
Lo repetimos una y otra vez: El pasado muchas veces explica el presente y sino recordemos el regreso de los soldados de Malvinas, en silencio, ocultos del pueblo, y después su larga lucha por obtener reconocimientos que muchas veces llegaron demasiado tarde.
O nuestro presente tan lleno de arribistas políticos, de pseudo-periodismo y cipayos que entregan el patrimonio argentino por un puñado de monedas.
Que este articulo sea un pequeño reconocimiento a los grandes olvidados de la historia.
Bibliografía consultada:
Gregorio Troncoso Roselli; “Evocaciones a la distancia”; Talleres gráficos Arismar; Bs. Aires; 1957.
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 10/8/2022
