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Levantamiento del 5 y 6 de abril de 1811. Los orilleros, Saavedra y la Revolución de Mayo

Hay, sobre estos acontecimientos, diferentes versiones. Desde aquellos que lo ubican entre una revuelta popular en defensa de los valores revolucionarios a los que adjudican al hecho el ser una contrarevolución conservadora.

Hemos querido encontrar a alguien de prestigio que nos ilustre como se sucedieron los hechos y los elegimos a Norberto Galasso. Galasso, en un trabajo sobre Manuel Belgrano titulado «Belgrano en la Revolución», nos cuenta los hechos de esta manera, en una parte que elegimos  del mismo y que compartimos con los lectores de La Ciudad:

«Desplazamiento del morenismo

A poco tiempo de su regreso a Buenos Aires (NR. se refiere a Belgrano), se produjo el golpe del 5 y 6 de abril de 1811, proveniente del saavedrismo, liderado por el general Martín Rodríguez y enmascarado, para darle carácter popular, por una movilización organizada por Joaquín Campana y el alcalde Tomás Grigera.

En esa época a Belgrano se le había dado como destino la Banda Oriental para unirse a las fuerzas gauchas de los orientales,
que se habían insubordinado contra los absolutistas. Él se situó en el pueblo de Mercedes y nombró como segundo jefe a Manuel
Artigas, dispuesto a dar pelea contra las fuerzas de Elío. Pero, producido el golpe saavedrista del 5 y 6 de abril de 1811, se le
ordenó volver a Buenos Aires para ser sometido a un consejo de guerra por sus derrotas en el Paraguay.

De regreso a Buenos Aires, a Belgrano se le inició juicio, usando como excusa que no había alcanzado los objetivos de su campaña al litoral, pero la verdadera causa residía en su adhesión a Moreno, quien había renunciado el 18 de diciembre y luego había muerto, presumiblemente envenenado, durante un su viaje por mar, el 4 de marzo de 1811. Tanto Belgrano, como Castelli, así como casi todo el resto de los revolucionarios de Mayo cayeron en desgracia. La mayor parte, fue desterrada al interior del país.

El mejor testimonio de la contrarrevolución del 5 y 6 de abril lo dio Guadalupe Cuenca, la esposa de Moreno, en una carta dirigida a Mariano, sin saber que ya había muerto en alta mar, donde le relató los episodios ocurridos Belgrano (Guadalupe Cuenca,
cartas a Mariano Moreno, citadas por Álzaga, 1967: 40):

… Los han desterrado a Mendoza, a Azcuénaga y a Posadas, a Larrea a San Juan, a Rodríguez Peña a la punta de San Luis, a French, Beruti, Donado, el doctor Vieytes y Cardoso, a Patagones… Del pobre Castelli hablan incendios, que ha robado, que es borracho, hasta han dicho que no lo dejó confesarse a Nieto y los demás que pasaron por las armas en Potosí; ya está visto que los que se han sacrificado son los que salen peor que todos, el ejemplo lo tenés en vos mismo y otros pobres que están padeciendo después que han trabajado tanto… En el día, el que es tu amigo es reo y perseguido como tal, sin más delito que ser tu
amigo… No se cansan tus enemigos de sembrar odio contra vos…aquí salen con que se precisa que se le haga consejo de guerra a Belgrano… Así se están portando estos sectores con el pobre.

Algunos historiadores, basándose en que el alcalde Grigera había logrado juntar a algunos quinteros para dar el golpe contra el morenismo de la Junta, le otorgan erróneamente a este movimiento un carácter popular y progresista. Pero es evidente
el propósito de liquidar políticamente a la tendencia morenista, apartándose del camino de Mayo. Belgrano asistió a la represión
de la mayor parte de los revolucionarios y él mismo fue sancionado por quienes ignoraron el valor y la coherencia con que se
había improvisado al mando de su ejército, con escasos recursos e incluso su triunfo moral, que había producido cambios en Paraguay.

Por eso, definió con toda certeza al golpe del 5 y 6 abril como expresión del conservadorismo saavedrista opuesto a su
programa revolucionario: “…bribones del 5 y 6 de abril me perjudicaron y perjudicaron a la patria” (11/5/1812, Belgrano, 1970:
160). En otra carta, del 19 de agosto de 1812, le solicitó al gobierno que, entre los oficiales que irían al norte “no venga Martin
Rodríguez porque estoy convencido de que no hay uno bueno de los del 5 y 6 de abril” (19/8/1812, Belgrano, 1970: 174).

Hasta aqui la referencia al trabajo de Galasso. Que nuestro lector tome sus propias conclusiones.