Por Juan Martín Garay (*)   –     

Dice un viejo proverbio que sólo sabe de lealtades quien ha sido traicionado. También existe una expresión dada por Perón cuando explica que “hay dos clases de lealtades: la que nace del corazón que es la que más vale y la de los que son leales cuando no les conviene ser desleales”. Interesante para pensar cada uno al momento de la introspección.

Mañana lunes 17 de octubre se conmemorará nuevamente una fecha importante para el Movimiento Nacional Justicialista, un nuevo Día de la Lealtad. Serán 77 años de una fecha significativa que dio origen a lo que la Verdad Peronista N°14 aclara como “una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista.”
¿Qué es ser leal? ¿Hay una sola verdad? En Grecia, Aristóteles distinguía entre la sofística y la retórica, la primera como el arte de hacer verosímil lo falso y la segunda como el arte de hacer verosímil lo verdadero, demostrando que las verdades no siempre son evidentes por sí mismas sino por quienes y como las planteen. Ahora bien, si de verdades se trata entonces, a las “astillas del mismo palo” me permito comentar y recordarles que además de la Verdad Peronista N°14, hay otras 19 que bien valen la pena tener presente si en función de lealtad hablamos y que fueron dadas a conocer por Juan Perón un 17 de octubre de 1950: “Estas son las Veinte Verdades del Justicialismo. He querido reunirlas así para que cada uno de ustedes las grabe en sus mentes y sus corazones”.

Encuentro generacional y político
Un gran cuadro y formador del pensamiento nacional, Alejandro “el Gallego” Álvarez, además de crear una organización política de relevancia en su tiempo y con amplio despliegue que perdura hasta hoy día en las acciones de sus discípulos, inventó el término de “juntidad” para marcar diferencia respecto a lo que unidad significa en términos políticos. Esta acepción bien sirve para intentar explicar el tiempo de inflexión y transición en que nos encontramos viviendo actualmente quienes estamos dentro del espectro que llamamos desde el sentir del corazón como Peronistas, pero que desde la razón, formación y convicción nos denominamos Justicialistas. El encuentro generacional y político actual representado en esta “juntidad” no está mal, por el contrario, pero la misma deberá empezar a serlo desde el reflejo de la Verdad Peronista N°8 (“Primero la Patria, después el Movimiento y luego los Hombres”) si quiere ser una válida opción que despierte esperanza en la gente.
Naturalmente todo está dado así en función de haber alcanzado resultados electorales oportunamente y de pretender otros nuevos que permitan seguir siendo gestión en los diferentes ámbitos estaduales, pero no menos importante también es que habría que bregar -además- por el surgimiento de nuevos dirigentes de distinto género que puedan sintetizar el gran desafío de pensar en un proyecto político que contenga a todos y que se base fundamentalmente en la lealtad. Por cierto, de esos dirigentes ya hay algunos que vienen demostrando con sus gestiones la gran capacidad que tienen para administrar, gestionar y también liderar; porque como afirma Peter Drucker: “gestionar es hacer correctamente las cosas, mientras que liderar es hacer las cosas correctas”.
En el tiempo que viene por delante necesitaremos a la comunidad más organizada que nunca, con un Estado y organizaciones libres del pueblo activamente fortaleciendo los lazos de pertenencia solidaria, donde lo social y el bien común dejen de lado a la primacía de lo económico como algo determinante y exclusivo para el Desarrollo Humano.

Lealtad y corazón
Para quienes decimos ser parte de un Movimiento Nacional que arriba a sus primeros 77 años de vida, debemos comprender que no se trata de tener códigos y vociferar o alardear un “ismo”, se trata de estar formados como cuadros políticos consustanciados intelectualmente con una doctrina “aggiornada” al Siglo XXI sobre la base de los mismos principios rectores. Ser leales a ellos basados en la ética como algo de índole meramente personal, de conciencia propia (el yo) que siempre tiene sus consecuencias sobre los demás con cada acción u omisión que hacemos. Por eso invito a quienes tenemos una misma cosmovisión política, que mañana en el Día de la Lealtad reflexionemos en ser siempre leales desde el corazón a esos principios que nos rigen y que hemos adoptado como filosofía de vida, porque ese tipo de Lealtad es la que más valor tiene.

(*) Secretario de Gobierno de la Municipalidad de Concepción del Uruguay desde el 2019. Presidente de Bloque Concejales del PJ 2017-2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.

Fuente: La Calle

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