La vivienda como lugar de trabajo es una consecuencia de la pandemia que llegó para quedarse. Las grandes ciudades tendrán cada vez más torres altas y complejas. Los containers ofrecen oportunidades habitacionales. Las posibilidades de la construcción con impresoras 3 D. Estos fueron algunos de los temas abordados por el arquitecto Diego Petriella, un argentino que triunfa en Estados Unidos por el desarrollo de maquetas.
En el 2021 me trasladé, pero fue un proceso de muchos trámites y de tomas de decisiones. No fue una decisión fácil, sobre todo cuando lo que forjaste en tu país funciona y sos reconocido por tu trabajo.
P.: ¿Qué dificultades tuvo para establecerse en Estados Unidos?
D.P: Establecerse en Estados Unidos no fue muy complejo. En mi caso todo se fue acomodando, fui realizando muchos trámites desde Argentina y todo fue progresivo. Lo más importante era que contaba con propuestas de trabajo. Además, estoy bastante familiarizado con el sistema americano en muchos aspectos. Sinceramente la verdadera dificultad y más importante tiene que ver con el desarraigo, con el aspecto emocional, con la familia y los amigos.
P.: Qué consejos o recomendaciones le daría a los jóvenes que deciden irse a vivir al exterior?
D.P: Recomiendo prepararse y generar los vínculos necesarios, cada uno en su ámbito, para encontrar su lugar. Vivimos en un mundo hiperconectado, los vínculos están en la palma de la mano. Pero otras veces las posibilidades se presentan en nuestro país de origen, en una expo, en una empresa multinacional, etcétera.
Los argentinos contamos algo que es muy bien recibido en el exterior y tenemos fama de esto y tiene que ver con el aspecto “multifunción” como le digo yo. Estamos acostumbrados a resolver como sea, sin requerir del especialista en tal. Esto es un valor agregado.
P.: ¿Cómo fue hacerse camino y triunfar en New York, un lugar en el que hay mucha competencia profesional?
D.P: En mi caso tuve la oportunidad de trabajar con uno de los arquitectos más importantes del mundo, como es el arquitecto Rafael Viñoly. Realicé muchos trabajos para él y eso me abrió muchas puertas en Argentina y en el mundo, pero sinceramente fue todo acompañado de mucho trabajo y dedicación. Luego vinieron las recomendaciones o llamados del estilo “vimos tu trabajo para tal y queremos convocarte”.
P.: Desde que se instaló en Estados Unidos ¿Con qué proyectos estuvo trabajando?
D.P: Desde que me trasladé estuve trabajando en varios proyectos, incluso para Argentina. Desarrollé maquetas para diferentes tipos de proyectos y clientes, como el complejo Hotelero en Al Raha Beach – Abu Dhabi para la reconocida cadena hotelera Crowne Plaza y la maqueta de la nueva sede de la empresa internacional Corporación América, un edificio icónico de oficinas que integra arquitectura y tecnología, ubicado en Vicente López, Buenos Aires. También desarrollé varias propuestas para un concurso de mobiliario urbano para la ciudad de New York y una maqueta muy interesante para una casa inteligente situada en Hibiscus Island, Miami Beach. Además, estuve trabajando en el diseño y modelado de distintos prototipos para mi estudio en Buenos Aires. Últimamente tuvimos varios encargos de este estilo y el diseño de prototipos es algo que me divierte mucho, porque puedo estudiar, experimentar y plantear distintos enfoques. Estos proyectos los modelé en la computadora y fueron impresos 3D en Buenos Aires.
P.: ¿Qué proyectos encara en Dubai?
D.P: Actualmente estoy terminando la primera etapa de una serie de maquetas de estudio de un proyecto icónico en Dubai, un complejo de usos mixtos de hotel, residencias, oficinas y locales comerciales, y próximamente estoy por comenzar con una nueva maqueta, de gran escala, del edificio One River Point, dos torres residenciales de lujo ubicadas a lo largo de la costa del río de Miami, en el Downtown Miami, un complejo magnífico que sin duda cambiará el frente costero.
También continúo trabajando en prototipos y justamente con la fabricación digital 3D y con el diseño paramétrico. Tengo una trayectoria como diseñador y maquetista, así como generador de instalaciones que se nutren de estas nuevas tecnologías y eso me motiva. Estoy constantemente en la búsqueda, tratando de innovar y proponer nuevas formas y usos de las maquetas, estudiando, perfeccionando técnicas, etc.
Además, viajar me abre mucho la cabeza, me permite atravesar nuevas experiencias, reconocer distintos espacios, sonidos, colores, sin duda me amplifica en todos los sentidos y me permite trabajar mí costado más innovador.
P.: Usted dice que lo contrataron por el tema de las maquetas, ¿cuál es la importancia de las maquetas en la arquitectura moderna?
D.P: Las maquetas son un aspecto fundamental en el proceso de diseño y “visualización”. Desde las civilizaciones antiguas hasta acá, se siguen utilizando. Por supuesto que todo ha evolucionado y hoy contamos con nuevas técnicas, nuevos materiales y nuevas tecnologías. Hoy las maquetas pueden ser físicas o digitales, pero definitivamente son para visualizar un proyecto en su proceso de diseño o para la venta del mismo. Pero entonces, son las ideas, la mirada del maquetista diseñador, cómo muestra un proyecto, cómo lo representa.
P.: ¿En qué consiste la maqueta de gran escala del One River Point?
D.P: One River Point es un proyecto del arquitecto Rafael Viñoly. Se trata de un proyecto de dos torres residenciales de lujo, a lo largo de la ribera del río Miami, que están conectadas en la base por una huella mínima que maximiza el espacio público y contiene estacionamiento y servicios, y en la parte superior conectadas por las lujosas “villas” y un club privado. La maqueta consiste en el desarrollo del complejo en su totalidad. Es un maquetado de venta y debe transmitir los conceptos que el proyecto promueve como la sofisticación y lujo, tratando de cautivar la atención de los futuros compradores. Además, debe mostrar la difícil propuesta de brindar a cada unidad vistas privilegiadas. En relación con esto último, estoy pensando en una solución novedosa, que incluye el uso de proyectores. Estoy muy entusiasmado con esta idea.
P.: La construcción en 3D ¿cuál es límite que tiene? ¿Cuáles son los pros y los contras de la utilización de 3D para la construcción?
D.P: El uso de la impresión 3D se instaló en muchos rubros, es una herramienta fenomenal. Es utilizada por la industria alimentaria, automotriz, medicinal y más. En mi trabajo, como maquetista, la impresión 3D me abrió un mundo de oportunidades, ampliando incluso el tipo de clientes que me convoca (de distintas industrias). El caso de la construcción de casas o edificios comerciales impresos en 3D, está comenzando a convertirse en una posibilidad real, aunque en mi opinión, si bien los beneficios son prometedores, todavía hay bastantes obstáculos que frenan esta tecnología. Por ejemplo, uno de los beneficios más importantes que brinda la impresión 3D, es la posibilidad de crear diseño y personalizaciones que no serían posibles o serían muy costosas bajo los sistemas que se utilizan actualmente, incluso acortando los tiempos. Pero una de las limitaciones quizás más significativas es, por ahora, la disponibilidad de materiales con los que se pueden imprimir en 3D. Es decir, para pensar en un proyecto íntegramente impreso en 3D. Además, aún no contamos con códigos que regulen esta práctica. Creo que, en el caso de la construcción, hay un largo camino por transitar para que este sistema se instale como una verdadera opción.
P.: ¿Qué enseñanzas le dejó a la arquitectura la pandemia? ¿Cómo se imagina que serán las viviendas en el futuro?
D.P: Creo que la pandemia nos mostró la capacidad de adaptación que tenemos. Absolutamente todos tuvimos que ordenar nuestra forma de vivir y trabajar. Y esto se ve reflejado en la arquitectura como en tantos otros ámbitos. Seguramente los nuevos proyectos deban contemplar espacios y tecnología que permitan ser flexibles con estos conceptos. La vivienda de trabajo llegó para quedarse evidentemente. Hay muchos trabajos que incluso supieron beneficiarse en este sentido. Como es el caso de mi trabajo, que logramos adaptarnos, con mi equipo de trabajo en Buenos Aires, de manera tal que, aunque yo no esté presente físicamente, podemos seguir trabajando gracias a la tecnología y la optimización de los recursos. Hoy día, gran parte de mi trabajo transcurre frente a una computadora, diseñando piezas, probando materiales, resolviendo detalles, etc., que luego se imprimen en 3D al otro lado del mundo.
P-: ¿Se continuará con las construcciones elevadas, tiene sentido? ¿Cómo se imagina que serán las ciudades del futuro?
D.P: A juzgar por mis clientes, que me encomiendan maquetados de súper torres cada vez más altas y complejas, diría que sí. Las construcciones elevadas claramente optimizan el espacio y esto es un gran negocio para muchos. Además, fomentan el concepto urbano que promueve un regreso a un modo de vida local, proponiendo que en 15 minutos a pie o en bicicleta de su casa, los habitantes de una ciudad puedan tener acceso a la mayoría de sus necesidades esenciales. En este sentido, indefectiblemente el perfil de las grandes ciudades se incrementará en edificios en altura.
P.: En Argentina hay bastante resistencia a la utilización de los containers para viviendas, escuelas y oficinas. ¿Cuál es su opinión al respecto?
D.P: En el mundo son tendencia, se utilizan muchísimo. En Argentina recién ahora se están comenzando a considerar. Creo que hay un poco de prejuicio cultural, de adaptación. Pero sin duda son una gran oportunidad y seguramente veamos como también se instala en Argentina.
P.: En materia arquitectónica ¿cómo ha evolucionado Buenos Aires en los últimos 20 años?
D.P: Buenos Aires ha evolucionado, pero claramente no al ritmo de las grandes urbes del mundo. Se necesita mucha inversión en infraestructura y un trabajo conjunto entre el sector público y privado para avanzar en este camino. Al mismo tiempo, las grandes crisis económicas del país no han colaborado y postergan las necesidades reales del desarrollo de la ciudad. Además, te puedo decir que, hace más de 20 que me dedico al diseño y maquetado para Argentina y para el mundo y la diferencia en los encargos es abismal.
Por Liliana Franco
(fuente: ambito.com)