El Presidente puso en la lista de temas para tratar en extraordinarias la creación de la casa de altos estudios. La política entrerriana y sus vaivenes sobre este tema.
En la nómina que Alberto Fernández diseñó para el período de sesiones extraordinarias se inscribe el que crea universidades nacionales, una de ellas la Facultad de Humanidades Juan L. Ortiz, dependiente de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader). El proceso parlamentario propuesto se da en el medio de una profunda tensión a raíz del pedido de juicio político a integrantes de la Corte Suprema de Justicia, hecho que llevó a la oposición tomar la decisión de obturar cualquier actividad legislativa.
La iniciativa ya había tenido un primer tratamiento en la Cámara de Diputados de la Nación que se frustró cuando la oposición dejó caer la sesión el 21 de diciembre no dando el quórum al Frente de Todos. Lo mismo había ocurrido el 1º de diciembre en una escandalosa sesión.
El oficialismo provincial impulsa lo que sería la nacionalización de Humanidades. El proyecto fue presentado por la diputada nacional, Blanca Osuna. La oposición, primero, se llamó a silencio. Seguramente porque como se ha dicho desde Juntos por el Cambio, es una certeza que serán gobierno en la provincia a partir del 10 de diciembre de 2023, y la promulgación de esa ley aliviaría las arcas del Estado provincial. La Uader depende presupuestariamente de la provincia.
Gabriela Lena planteó, públicamente, algunas dudas. La diputada nacional dijo que “hay muchos puntos que todavía no han sido aclarados” y enumeró el devenir de los inmuebles históricos de la provincia, como la Escuela Normal de Paraná o la Escuela Alberdi, que dependen de la Facultad de Humanidades. También reclamó precisiones sobre el personal docente y su estabilidad.
El radicalismo, como partido fundador de la Uader, no ha dicho mucho más que lo expresado por Lena. El Comité Provincial de la UCR encomendó a sus legisladores provinciales y nacionales “aunar criterios” y “buscar consensos” de cara al tratamiento del proyecto de ley, pero los radicales se sumaron a la estrategia de Juntos por el Cambio en su conjunto de dejar sin quórum al Gobierno. En resumen: imposible aunar criterios y buscar consensos.
En el ámbito universitario hubo apoyos en general. La Asamblea Universitaria de la Uader y sectores estudiantiles vinculados al oficialismo sostienen que se está ante una oportunidad que debería aprovecharse. La decana de Humanidades, María Gracia Benedetti, lo puso en palabras. Sostuvo que con esta transformación se está ante una oportunidad para apuntalar, con mayor financiamiento, el crecimiento logrado en los 22 años de vida.
Cuando el proyecto de nacionalización tomó estado público ocurrió un hecho político novedoso: el rector Luciano Filipuzzi dio a conocer que trabajaría para la precandidatura de Rogelio Frigerio al sumarse a su equipo.
La nacionalización de la Uader, pero no una facultad sino en su conjunto, tuvo un primer intento conflictivo. Quizás el más importante que sufrió Sergio Urribarri al frente del Poder Ejecutivo. La iniciativa tuvo una fuerte resistencia, pero esa vez en el seno de la universidad que no se había normalizado. El resultado de esas multitudinarias manifestaciones dejaron como saldo, precisamente, el proceso de normalización de la Uader con la elección del primer rector: Aníbal Sattler.
Humanidades tiene unos 15.000 estudiantes, 13.000 del nivel superior en 44 carreras.
Fuente: Página Política