Por Pablo Alberto Stein –
ESTAMOS EN CONDICIONES DE ASEGURAR QUE FUE EN LA HISTÓRICA C. DEL URUGUAY DONDE SE LLEVARON A CABO LAS PRIMERAS HUELGAS OBRERAS
En página 298 de “Historia del Movimiento Obrero” volumen II, del Centro Editor de América Latina, año 1984 se afirma que el 2 de septiembre de 1878 “ante el escándalo de la sociedad burguesa, los tipógrafos de Buenos Aires protagonizaron la primer huelga en el país”.
Sin embargo, ante este error, por otra parte muy frecuente en casi todos los libros que hacen referencia al movimiento obrero, estamos en condiciones de asegurar que fue en la histórica C. del Uruguay donde se llevaron a cabo las primeras huelgas obreras y bastante antes de esa fecha.
En lo que hoy conocemos como el Saladero Santa Cándida y del cual queda la vivienda de estilo Palladino diseñada por Fosatti, con una compacta planta cuadrada a tres niveles, que permitía contemplar desde los pisos superiores él paisaje ribereño y las actividades del saladero ocurrieron los hechos que comenzamos a relatar.
Urquiza inicia las actividades del saladero hacia 1847.Poseedor de grandes estancias, pobladas todas ellas, se dará en él el caso del gran terrateniente que se transforma en saladerista, hecho este muy común por entonces.
Al contrario de lo que muchos imaginan, no fueron vacas los primeros animales faenados pues se trató de equinos que sumaron a diciembre de ese año unas 451 cabezas.
Los principales productos que salían del saladero eran cueros, carnes, grasas, cebo y aceite, jabón, velas, huesos, cenizas y cerdas.
Con una población en la ciudad de no más de 2500 personas, el saladero ocupaba alrededor de 300 trabajadores distribuidos de la siguiente manera:
10 empleados entre dependientes, mayordomos y capataces.
16 empleados del ferrocarril
30 empleados para las tareas de la casa.
65 empleados de la playa
46 entre velería, caballería, grasería, etc.
28 para los trabajos diarios
90 peones por día
Y 24 especialistas conocidos como “La pandilla de los vascos” y que van a ser los protagonistas principales de esta historia.
Los oficios que desempeñaban son una prueba de que se trataba de una empresa de carácter capitalista moderno: Desolladores, despostadores, descarnadores, hachador de osamenta, echador de carne, zorrero, cuartero, mantero, lavador, herrero, carpintero, refinador fogonero, maestro jabonero, tonelero, etc.
Como vemos, el saladero era una empresa moderna y como tal va a tener los conflictos naturales que se producen en las relaciones de producción.
Cosa e`Mandinga
Que se produjera una rebelión entre los asalariados, y siendo el general Urquiza además el Presidente de la Confederación no estaba en los papeles de nadie.
Pero el conflicto estalla y son los vascos que a nadie han enseñado los conocimientos que traen de su país, los que reclaman por falta de pago en término e incumplimiento de al menos la palabra empeñada y como no creen que tanta osadía sea producto de sus mente, Teruel que se encontraba administrando el saladero, envía esta misiva a Don Vicente Mantero “Esta mañana me vino a declarar el capataz de la pandilla, que sus compañeros no querían esperar plazo de ninguna clase para saldar la cuenta, que él y los compañeros estaban decididos a plantar el trabajo, siendo ahora que tenemos mayor urgencia de ellos. Me parece imposible que no ande alguna misteriosa maléfica persona influyendo para el descontento de esos hombres que nunca fueron tan imprudentemente exigentes” (1)
Corría el año 1858 y si ha habido antes conflictos en los saladeros, pero por las características de Santa Cándida, un establecimiento moderno que incluso llegó a exportar carne enlatada antes que un frigorífico se instale en el país, si bien es en esta ocasión una huelga protagonizada tan solo por los vascos, se constituye en la primera y como se ve es muy anterior a la de los tipógrafos.
Como al parar los vascos se paralizaban muchas de las tareas del saladero y estos no tenía reemplazo por los conocimientos que poseían, se trató además de una huelga exitosa.
Pero los problemas volvieron a aparecer y los siguientes son extractos de cartas de José Balestrini a J.J Urquiza del 4 de agosto de 1862: “Creo mi deber manifestar a Su Señoría que la pandilla de los vascos, peones, graseros, jaboneros y demás gente empleada en este establecimiento no seguirán su trabajo ordinario si llegara a no pagársele siquiera la mitad de sus sueldos en dos o tres días. Digo esto, seguro como estoy, de que todos ellos se han convenido unánimente, especialmente la pandilla” (2)
Y esta otra del 19 de agosto del mismo año: “Ayer hablé mucho con ellos y pude disuadirlos…paréceme que anda el diablo entre ellos” (3)
Ante la falta de respuesta de la patronal la huelga finalmente comienza pocos días después.
Es esta también la primera huelga total en un establecimiento. Es el año 1862 y también es exitosa porque se da lugar al reclamo de los trabajadores.
Para entonces el capital del saladero era de 207000 pesos y la venta por ejemplo de la faena 1858-59 fue por 547.000 pesos, cifra de magnitud si se compara esta cifra con el presupuesto de la Confederación del año 1857 en la que los ingresos fueron fijados en 2.200.000 pesos, o sea que Santa Cándida producía una suma equivalente a la cuarta parte de los ingresos totales de toda la Confederación.
(1), (2) (3) Manuel Machi “Urquiza el saladerista; Págs. 156, 157, 158
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 4/9/2016