El Gobierno tomó nota de que la transición hacia las energías limpias no es una proyección, es una realidad concreta que la pandemia acelerará. Con este diagnóstico, las distintas áreas trabajan en programas para posicionar a la Argentina como un país que no solo cuenta con los recursos naturales, sino con un esquema capaz de integrar a los distintos eslabones productivos.
El plan se dará en paralelo al envío de un proyecto de ley para atraer inversiones en la movilidad sustentable. La iniciativa que llegará al Congreso en los próximos días tendrá beneficios impositivos para fabricantes y consumidores de vehículos eléctricos. También incluirá un capítulo de impulso a la producción de baterías de litio.
En Desarrollo Productivo piensan que en los próximos años se definirá hacia dónde irán las inversiones necesarias para fabricar estos vehículos. “Si no empezamos a desarrollar nuestra industria para este proceso, en diez años necesitaremos los dólares para importar los autos eléctricos. Y no los vamos a tener”, remarcó un importante funcionario del área.
Los sindicatos y las empresas están alineadas en la idea de acelerar la transición. Existe entre la convicción de que se puede desarrollar un entramado nacional que incluya a terminales y autopartistas. Según lo que pudo relevar Ámbito, el diagnóstico optimista surge en parte de que Brasil, que es el principal competidor para atraer inversiones, atraviesa presiones del sector de la alconafta que demorarán la convergencia.
Otro de los datos alentadores es que Argentina cuenta con una de las mayores reservas del mineral. Las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca comparten con Bolivia y Chile el triángulo del litio que es observado por las multinacionales como una importante fuente de insumos.
Fuente: Ámbito