por Pablo Stein –
Entre Ríos fue durante años un territorio aislado e ignorado por la corona española.
Hoy sabemos que fue cuna del federalismo y suele ser reconocido por la rebeldía de sus habitantes ya que supieron enfrentar en todo el siglo XIX las invasiones y las luchas contra tres enemigos a la vez: Esto era contra los realistas españoles, el imperio del Brasil y la misma Bs. Aires que siempre pretendió anular su soberanía.
¿Quiénes eran esos guerreros?
Veamos la opinión de dos historiadores entrerrianos de reconocida trayectoria que nos dejaron un legado digno de ser estudiado y enseñado en nuestra provincia.
“La conquista definitiva del territorio entrerriano costo al gobierno colonial una constante lucha de más de dos siglos, al cabo de los cuales, mediante el total exterminio de la población aborigen que defendió su independencia y su suelo con indomable valor, prefiriendo el sacrificio total a la servidumbre dura y denigrante aun cuando se procure en nombre de los más altos principios de moral y progreso. De estos “indios” abnegados en la defensa del suelo de su patria nativa, heredo el pueblo entrerriano sus más altas virtudes cívicas” (1)
Los sobrevivientes de este genocidio que, pese a lo afirmado por el historiador sobre su exterminio, fueron quienes apoyaron a Artigas cuando los convoco a pelear contra la opresión española.
La opinión de Martiniano Leguizamón
Martiniano Leguizamón nos describe a los primeros gauchos afirmando que “estos eran verdaderos pastores alzados, mestizos de indios con los más diversos tipos europeos, hijos casi siempre de padres desconocidos, sin hogar, verdaderos “huachos” o “gauchos” como los calificara más tarde la voz de origen quechua”! (2)
De estos hombres se nutrieron las fuerzas entrerrianas que pelearon por nuestra autonomía con Bartolomé Zapata, los que formaron los “Dragones de la muerte” con Ramírez y fueron parte del ejercito grande que triunfo en Caseros.
Como integro su ejército Urquiza
Bessone, un apologista del general Urquiza, nos ilustra sobre los recursos empleados por el caudillo para formar su ejército, recurriendo a la leva forzosa ya que “Convoco a filas a todos los hombres que estando en edad militar no se habían presentado anteriormente y les fijo un plazo breve con especial prevención de que los remisos serán castigados como desertores; al mismo tiempo les hacía saber a los jefes departamentales que deben ser degollados en el acto y en el mismo lugar en donde sean hallados los varones que no lleven la papeleta de resguardo firmada por el gobernador (3)
Además, los soldados de Urquiza debían presentarse a filas con su propio uniforme, la ropa necesaria para la campaña y dos caballos, por lo que no era una gran erogación monetaria la formación del ejército ya que todo esto era pagado por los gauchos de su propio bolsillo.
El alimento de la tropa se procuraba carneando animales por los lugares en los que se transitaba, pero estaban prohibidos bajo pena capital, el saqueo y la destrucción innecesaria de bienes. Se comía solo una vez al día, al anochecer y después de haber acampado. Una res bastaba para 50 hombres y una vez carneada se dejaba al dueño de la hacienda el cuero, el sebo y la grasa. Robar una gallina o una oveja equivalía a una condena a muerte para el o los infractores.
Los contratos de colonización
En 1857 Urquiza comienza a traer colonos de Europa para poblar la provincia, sin embargo, los contratos firmados con ellos nos explican por qué no hay nombres de extranjeros entre los soldados que pelearon Cepeda (23 de octubre de 1859) Pavón (17 de septiembre de 1861) y la campaña funesta contra el hermano pueblo del Paraguay en la llamada guerra de la triple alianza (1864-1870)
Los inmigrantes firmaron un contrato por el cual y de acuerdo a su artículo 15º “Quedan eximidos de todo servicio militar, no pudiendo bajo ningún pretexto formar parte en movimiento político alguno” (4)
Los gobernadores porteños
desde 1811 a 1820 no existió la anarquía en la provincia de Entre Ríos ya que estaba asegurada su autonomía por el protector de los pueblos libres; José Gervasio de Artigas.
Derrotadas las fuerzas porteñas en el combate librado en “El Espinillo” (22 de febrero de 1814) el Director Supremo Posadas decide elevar a la categoría de provincia a Entre Ríos, pero pretendiendo nombrar desde el poder central al gobernador que en forma interina asumió o pretendió hacerlo Blas Pico y luego Juan José Viamonte, pero nunca fueron reconocidos ni obedecidos por un pueblo que estaba decidido a ser protagonista de su destino y jamás instrumento del poder centralista porteño. Luego del asesinato de Francisco Ramírez otro porteño quedo a cargo de la gobernación: Lucio Norberto Mansilla, el hombre en quien confiara el caudillo entrerriano y cuyo propósito fue el de evitar siempre la autonomía de la provincia.
Los últimos guerreros
Muerto Urquiza y designado López Jordán como gobernador, el presidente Domingo Faustino Sarmiento invade la provincia con un ejército moderno que opone rifles de última generación, ametralladoras y cañones contra las tacuaras provinciales.
Los que dieron su sangre por esta tierra
Fermín Chávez nos deja un relato formidable que prueba el valor de quienes si se identificaban con los valores de los entrerrianos: “El 20 de mayo de 1870 a las cinco de la madrugada, el conocido gaucho “El Chumbiao” y 300 hombres dan un golpe de audacia en Paraná, despertando a los gritos a la infantería nacional dormida en la plaza, y retirándose sin tomarla”
“El Chumbiao” era el capitán Gerónimo Romero, nacido en Gualeguay e incondicional de López Jordán.
No era un capricho, ni una ambición la fuerza que movía a estos gauchos en la defensa de sus ideales federales, era la defensa de su gente, del futuro y del progreso, no de unos pocos, sino de un pueblo.
Tampoco existe ningún otro interés en este artículo que no sea el de recordarles a quienes lo lean que “El pasado, explica siempre el presente” y en Entre Ríos, también el futuro.
(1) Cesar Pérez Colman “Historia de Entre Ríos 1520-1810; Editorial de la Provincia; Paraná 1936; Pag 110.
(2) E. M. S. Danero; “Antología Gaucha” Tercera edición; Ed. Castellvi; Santa Fe; 1965; Pag 9.
(3) Riéffolo Bessone; “Urquiza padre de la Constitución” Primera edición; Editor R.A; Rosario; 1951; pag 37
(4) Héctor Norberto Guionet; “Inmigrantes: La Colonia San Jose”; Artes gráficas Yusty, C. del Uruguay, año 2.000; Págs 23 y 24.
Los dibujos son de Juan Arancio que ilustro una historieta creada por Fermín Chávez sobre la figura de Gerónimo Romero
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Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 21/9/2021