El Gobierno avanzó en la implementación de los cambios en el Impuesto a las Ganancias de los empleados con salarios brutos de hasta $150.000, al poner en vigencia el decreto reglamentario de la ley recientemente aprobada por el Congreso. De ahora en más es necesario que la AFIP emita la resolución correspondiente, que tornará operativas las modificaciones que benefician a 1,2 millones de trabajadores.
Para que los empleados que ahora dejan de tributar no vuelvan a hacerlo, el gobierno debería acompañar en el futuro los incrementos salariales con subas en las deducciones en la misma proporción.
“El decreto precisa algunos alcances que tiene que ver con aspectos que no hacen a la esencia del bolsillo de los asalariados en este momento”, explicó a Ámbito el tributarista Cesar Litvin.
La ley, que lleva el número 27.617 y fue aprobada hace un mes, fija además tres categorías de asalariados. Una es para los que perciben hasta $150.000 brutos, después están los que ganan entre esa cifra y $173.000 y los que tienen haberes superiores.
Litvin destacó que en el caso de la segunda categoría, el Congreso facultó al Poder Ejecutivo para que estableciera un nuevo nivel de deducciones, de modo que el salto de un asalariado que gana $151.000 no sea muy fuerte. Esto es porque como no se modificó el Mínimo No Imponible, el empleado que queda alcanzado por el impuesto arranca pagando una alícuota del 27%.
El decreto también determina la situación de los trabajadores que tienen cargos variables en sus salarios, por ejemplo, empleados de comercio que cobran comisiones. En algunos meses esa persona puede superar el techo de $150.000 y en otros no, con el impacto que también tiene sobre el cálculo del aguinaldo. La norma determina que para saber si este tipo de trabajadores tiene que pagar, habrá que hacer un cálculo anualizado de los ingresos.
Fuente: Ámbito