Estela de Carlotto lleva una vida repleta de luchas. En el día de su cumpleaños 93, El Destape repasa algunas de las situaciones más fuertes que debió afrontar en su búsqueda por lograr la Memoria, Verdad y Justicia tras la sangrienta y oscura dictadura cívico-militar que provocó la desaparición de su esposo, el secuestro y asesinato de su hija, y la incesantes búsqueda por hallar a su nieto desaparecido, Ignacio Montoya Carlotto, a quien encontró en 2014.
Si hay una persona que sabe cómo afrontar una lucha es Enriqueta Estela Barnes, más conocida como Estela de Carlotto. Muchos y muchas la identifican como la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Sin embargo, la palabra que quizás mejor la describe es de ser una «luchadora» por la Memoria, Verdad y Justicia, tres palabras que representan la búsqueda incesante por saber qué pasó y dónde están los 30.000 desaparecidos durante la dictadura cívico-militar que tuvo lugar en la Argentina entre el 24 de marzo de 1976 y diciembre de 1983.
Estela, que este 22 de octubre cumple 92 años, continúa buscando justicia y también respuestas a la infinidad de secretos e incógnitas que dejaron los militares, parte de la sociedad civil y diversos empresarios en aquellos años en los que se cometieron delitos de lesa humanidad.
Desde 1977, Estela debió afrontar un calvario: la desaparición de su marido, Guido Carlotto; la desaparición y asesinato de su hija (Laura Carlotto) y también una búsqueda incansable por tratar de encontrar a su nieto, Ignacio Montoya Carlotto, a quien pudo recuperar recién en 2014 tras más de 36 años de espera. En definitiva, debió colgar el delantal de maestra en la escuela de Coronel Brandsen (a 40 kilómetros de La Plata), para cargar con una cruz eterna: ponerse el pañuelo blanco en la cabeza y convertirse en una integrante clave de las Abuelas de Plaza de Mayo, organización creada en 1977 con el objetivo de localizar y restituir a todos los niños desaparecidos, y en una referente de Derechos Humanos que es ponderada y reconocida en todo el mundo.
Mientras del lado de la dictadura cívico-militar se utilizaba el odio como bandera para perseguir, torturar, asesinar y desaparecer a todo aquel que se opusiera, a Estela de Carlotto la movilizó el amor por su familia y seres queridos. Puso el cuerpo y el alma para conocer la verdad, incluso consciente de que su vida también corría peligro, y porque aún hoy sabe que todavía quedan 400 nietos y nietas por encontrar…
Cómo secuestraron al esposo de Estela de Carlotto
El 1º de agosto de 1977, Laura se mudó de la casa en la que estaba y le pidió a su padre una camioneta para transportar los muebles. Sin embargo, y como no volvió, Guido Carlotto la fue a buscar . Laura se enteró del secuestro y se dio cuenta de que la estaban buscando debido a su militancia en la Juventud Universitaria Peronista y también en Montoneros.
Estela de Carlotto debió salir a buscar a su esposo y llevó adelante una intensa búsqueda en la que tuvo que pagar un monto millonario para lograr el rescate. «Dentro de mi búsqueda conseguí a alguien que dijo poder acercarse a un miembro de la universidad, que era profesor, que después supe que su apellido era Pueyrredón y que me pedía entregar 40 millones de pesos para conseguir la liberación de mi marido», señaló. Tras varias semanas de angustia, el 25 de agosto de 1977, Guido fue liberado por sus secuestradores.
De acuerdo a lo que recuerda la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, los cambios físicos en su esposo fueron impactantes. «Pesaba 8 kilos menos. Mi esposo habló ocho horas seguidas las torturas y las vejaciones que sufrió», señaló, en el documental que realizó la TV Pública. De acuerdo al mismo relato, su esposo le manifestó que muchas personas eras llevadas como prisioneras, luego eran torturadas y finalmente les aplicaban una inyección letal.
Cómo secuestraron a Laura Carlotto
Laura fue secuestrada el 26 de noviembre de 1977 en su domicilio de la Ciudad de Buenos Aires. Lo mismo ocurrió con su pareja Walmir Oscar Montoya, padre de «Guido», pocos días después. Ella fue trasladada al centro clandestino de detención «La Cacha» (La Plata, provincia de Buenos Aires); mientras que es muy probable que a él también lo hayan trasladado a dicho lugar.
La hija de Estela de Carlotto estaba embarazada de tres meses. Tras ocho meses de estar detenida de manera ilegal por la dictadura cívico-militar, Laura fue trasladada al Hospital Militar para dar a luz a un niño al que llamó «Guido». Aun así, y por testimonios que se recopilaron, apenas pudo pasar «cinco horas» junto al niño, que fue robado y luego dado en adopción. En tanto, ella volvió a «La Cacha» y finalmente fue asesinada el 25 de agosto de 1978. Por otro lado, en mayo de 2009, la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas determinó que Walmir fue asesinado y enterrado como NN en el cementerio de Berazategui, el 27 de diciembre de 1977.
El día que enfrentó a un jefe de la dictadura cívico-militar
Según comentó Estela de Carlotto hace unos años, en su incansable búsqueda por la aparición de su hija Laura llegó a enfrentar a un Comando en Jefe del Ejército. Se trata de Reynaldo Bignone, que años después se convertiría en presidente de facto (entre el 1° de julio de 1982 y el 10 de diciembre de 1983). Al mismo lo pudo contactar debido a que era el hermano de una amiga suya del ámbito de la educación.
En una charla que tuvo con Página 12 en 2014, Estela recordó: «Fui a verlo a (Reynaldo) Bignone al Comando en Jefe del Ejército para pedirle por mi hija y el hombre entró en crisis». Y detalló cuál fue el pedido que le hizo: «Le pedí que si ellos consideraban que había cometido algún delito la juzgaran y la condenaran, que nosotros ‘su familia’ la íbamos a esperar, pero que no la mataran. Me respondió que había que hacerlo».
Cómo se enteró Estela de Carlotto que Laura había dado a luz a un hijo
En abril de 1978, una mujer que logró salir con vida de un centro clandestino de detención se acercó a la fábrica en la que trabajaba Guido Carlotto y explicó que Laura le pidió que le contara que su embarazo de 6 meses marchaba bien y que su bebé iba a nacer en junio de 1978. Incluso, le resaltó que si la criatura era varón lo iba a llamar «Guido», tal y como su padre.
En tanto, la mujer explicó que los secuestradores le dijeron a Laura que cuando el bebé naciera lo iban a dejar libre para que la familia lo buscara. Sin embargo, esto no ocurrió y la pesadilla para la familia se extendió para siempre, ya que la joven de tan sólo 23 años terminó siendo asesinada.
Cómo fue que Estela de Carlotto se enteró de que su hija Laura fue asesinada
A modo de testimonio, y en el marco del histórico Juicio a las Juntas Militares que tuvo lugar en 1985, Estela declaró ante los jueces y manifestó cómo fue que le notificaron sobre el asesinato de su hija Laura: «El 25 de agosto de 1978 recibimos en mi domicilio de la ciudad de La Plata, de la comisaría 9 de la zona, una cédula de notificación de la subcomisaría de Isidro Casanova y un texto que decía ‘a los progenitores de Laura Estela Carlotto presentarse inmediatamente a la subcomisaría de Isidro Casanova a efectos que se le comunicarán'», recordó.
Aquella triste jornada de agosto, Estela recibió el documento de Laura por parte del subcomisario, quien le indicó: «Lamento que haya fallecido». Como respuesta, ella reaccionó: «Ustedes son unos asesinos. La tenían secuestrada. Ustedes la mataron. ¿Dónde está mi nieto?». Luego, los oficiales le indicaron que si no se llevaba el cuerpo antes de las 12 de la noche, la enterrarían como NN.
El cadáver de Laura, de 23 años, estaba irreconocible. Por lo tanto, la tuvieron que velar a cajón cerrado. Tiempo después, el Equipo de Antropología Forense la exhumó para analizar cómo la habían matado. Y el estudio determinó que fue asesinada a balazos, con una distancia «no superior a los 30 centímetros» y mientras estaba «tirada en el suelo». Incluso, se pudo determinar que dio a luz dos meses antes de morir.
El día que Estela de Carlotto encontró a su nieto Ignacio Montoya Carlotto
A raíz de las buenas campañas de Abuelas de Plaza de Mayo para recuperar a los nietos desaparecidos durante la dictadura cívico-militar, Estela de Carlotto logró recuperar a su nieto, a quien primero conoció como «Ignacio Hurban», nombre que le puso la familia que lo adoptó en Villa Alfredo Fortabat (Provincia de Buenos Aires).
Todo sucedió luego de que Ignacio, quien pasó a llamarse «Ignacio Montoya Carlotto» por los apellidos de su padre y su madre, le enviara un mail a Abuelas de Plaza de Mayo porque tenía dudas sobre su identidad. Posteriormente, se dirigió a la sede de la organización y se hizo los análisis inmunogenéticos. Desde aquel entonces conoció su verdadera identidad a los 36 años: era el hijo de Laura Carlotto y Walmir Montoya, y nieto de Estela.
Fuente: El Destape
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 23/10/2022