Entre Ríos se ubica en el lote de siete provincias que durante 2020 lograron revertir el déficit fiscal de 2019 y pasaron a cerrar el año con superávit. El dato surge de una comparación de la situación de las provincias argentinas de la que surge a pesar del aumento del gasto que implicó la crisis sanitaria por la pandemia durante casi todo el año pasado, los gobiernos provinciales –tomados en su totalidad para el cálculo– lograron mantener sus cuentas públicas equilibradas gracias a las transferencias que hizo el gobierno nacional en ese contexto.
Las jurisdicciones con estos resultados fueron Santiago del Estero (23%), Córdoba (6%), y Santa Fe (5%), La Rioja (3,6%), Entre Ríos (2,3%), Misiones (0,5%) y Salta (0,4%%).
Con los datos para el cierre anual 2020, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) analizó que las cuentas provinciales consideradas de manera agregada mostraron una mejora respecto a 2019. “Los ingresos públicos provinciales ascendieron a 4.752.532 millones de pesos en el año 2020 (17,5% del Producto Interno Bruto), exhibiendo una variación nominal interanual de 34,5%, que equivale a una caída real del 5,3%. Por su parte, los gastos totales del consolidado provincial alcanzaron los 4.830.122 millones de pesos en el mismo periodo (17,8% del PIB), resultando 31,5% superiores a los de 2019 en moneda corriente, es decir que sufrieron una caída real de 7,4 puntos porcentuales.
De este modo, el 2020 cerró con un déficit fiscal de 77.590 millones de pesos (0,3% del PIB) para el consolidado de provincias. Al excluir los intereses de la deuda (0,5% del PIB) del total de gastos, surge que el resultado primario fue de 62.843 millones, es decir un superávit equivalente al 0,2% del PIB. En la comparación con 2019, hubo una leve mejora en el resultado primario consolidado, y a su vez, debido a un menor peso de los intereses en 2020, el déficit fiscal (es decir el que incluye los intereses) se redujo a menos de la mitad del observado en 2019.
La merma de los recursos de las provincias se dio en el marco de la crisis sanitaria del Covid-19 y las medidas adoptadas por los distintos niveles de gobierno para intentar controlarla, lo cual impuso un freno a la economía. El 98,7% de los recursos correspondieron a ingresos corrientes. Este tipo de ingresos sufrió una caída del 5% en términos reales. Dentro de este rubro las cuentas más importantes fueron los recursos tributarios de origen nacional, es decir la coparticipación de impuestos y leyes especiales (representó el 48% de los ingresos corrientes), que cayó un 3,2%; y la recaudación propia de recursos tributarios provinciales (con una participación del 29%) que mostró una caída mayor, del 7,6% real.
En este escenario, las transferencias corrientes fueron las únicas que mostraron una variación real positiva, del orden del 82% respecto a lo ingresado en este rubro en 2019. Por esta cuenta se canalizaron gran parte de los envíos de nación a provincias con el fin de atenuar los efectos de la crisis sanitaria.
Los ingresos de capital cayeron 24,4%, pero su peso es mínimo, ya que representan solo 1,3% de los recursos de las provincias.
Lo que sí fue relevante es el volumen de las Transferencias del nivel nacional de gobierno hacia las provincias. Si bien no surge de la fuente de datos cuánto de estas transferencias correspondieron a los envíos extraordinarios por la pandemia, puede realizarse una aproximación a través del cálculo del nivel de esta partida en el hipotético caso en que la misma se hubiese mantenido constante en valores reales respecto a lo observado en 2019. Con este parámetro se puede afirmar que las Transferencias corrientes aumentaron 150.000 millones de pesos respecto al valor que hubieran tenido de haberse mantenido constantes en términos reales. En esa escenario, las provincias hubiesen totalizado un déficit primario de 87.500 millones (0,3% del PIB) en lugar del superávit que efectivamente se verificó. Es decir que la contribución de las Transferencias por Covid-19 a las provincias para 2020 puede estimarse en alrededor del 0,5% del PIB.
Erogaciones
El consolidado provincial tuvo una caída real del 7,4% en sus erogaciones totales y del 5,6% en el gasto primario (gasto que excluye los intereses de la deuda). La mayor parte de los gastos provinciales corresponde a gastos corrientes, que sufrieron una merma real del 5,6%. El único componente de este rubro que creció en términos reales fue el integrado por las transferencias corrientes (2%). Los gastos de capital cayeron en términos reales un 23,3% respecto al 2019, por lo que perdieron participación en el gasto primario, pasando de representar un 11% del mismo en 2019 a un 9% en 2020.
Al comparar los resultados primario y fiscal de cada provincia con las erogaciones se observa un comportamiento dispar entre jurisdicciones. Mientras Santiago del Estero, Córdoba y La Rioja presentaron superávits primarios del 23,8%, 8,7% y 6,7% de sus gastos totales, respectivamente; Chubut y Río Negro presentaron déficits primarios del -10% y -6,6%, respectivamente.
Si se evalúa el resultado fiscal, es decir considerando los intereses de la deuda, aparece un lote de siete que revirtieron el déficit fiscal del 2019, donde se ubica Entre Ríos. Por su parte Chubut (-15%) y Río Negro (-10%) fueron las más comprometidas. En CABA, Neuquén, Corrientes, Buenos Aires y San Juan se evidenció, al igual que en Chubut, además de un resultado fiscal deficitario, un crecimiento del déficit respecto a 2019.
Fuente: unoentrerios.com.ar