El cónclave partidario será el próximo sábado. El oficialismo dice tener mayoría para aliarse con LLA. ¿Puede definir candidatos sin ir a las urnas? El poroteo.
Calculadora en una mano y teléfono en la otra, la rosca correligionaria saca cuentas y opera congresales. El paisaje será parecido hasta la mañana misma del congreso del sábado que viene en Villaguay, ciudad equidistante de todos los puntos cardinales de la provincia.
En total la UCR tiene 373 congresales. Para aceptar la alianza con LLA alcanza con el voto de la mitad más uno de los presentes. Para aprobar una eventual moción que anule la convocatoria a internas se requerirían dos tercios. En el congreso partidario del 28 de junio pasado, que pateó la decisión para este nuevo encuentro, hubo una votación que bien podría predecir la del sábado 2. Cuando se puso a consideración decidir la ampliación de la alianza, el oficialismo partidario pidió posponer el debate y juntó 178 votos contra 77. Estos últimos están contenidos en la lista de Pagliotto, además de otros sectores.
Por ejemplo, los departamentos La Paz o Federal, donde tiene incidencia la presidenta sorpresa del partido, Alicia Oviedo. Sin embargo, es difícil predecir si esas cosquillas alcanzan para romper en el congreso y votar en contra de los intereses del gobernador. El escenario más probable es que la sangre no llegue al río.
Los cálculos para lograr la suspensión de la interna son más finos, porque la psicología que aplican en el radicalismo sostiene que es más fácil votar la ampliación a otros sectores, aunque se trate del team de Javier Milei, que restringir la participación. Además, la tribu que se opone no está tan lejos de reunir un tercio del total de congresales, el número mágico para obturar la movida.
Resistencia en Entre Ríos
En los pasillos del Comité Capital de la UCR provincial la versión comenzó a correr porque el congreso es el órgano máximo del partido y cuando sesiona es la principal autoridad. Si la jugada oficialista se concretara, la aprobación radical de la incorporación libertaria a la coalición oficialista entrerriana estaría acompañada de la proclamación de las candidaturas boinablanca de Benedetti para el Senado y Darío Schneider para Diputados.
En el sector opositor Militancia Activa se atajaron. Pagliotto dijo que esa decisión no se podía tomar en el congreso, aunque reconoció que todo podía pasar en el universo del partido centenario. Otras fuentes partidarias, cercanas a la conducción, explicaron que el órgano partidario no puede, bajo ninguna circunstancia, eliminar una interna. Como sea, la duda quedó oportunamente sembrada.
Decidir o patearla afuera, el dilema
En medio de la rosca, surge otra alternativa. El congreso también puede aprobar la ampliación de la coalición, pero sin especificar nombres propios y mandatar al Comité Provincial, bajo la jefatura de Oviedo, para que determine qué fuerzas se incorporan. La jugada valdría para no quedar en offside en caso de que el acuerdo con la fuerza violeta naufrague.
Según la lectura de la oposición interna, el radicalismo definió adrede este calendario imposible para facilitar las cosas según las necesidades de la Casa Gris.
Un histórico que no confía en nadie
Alejandro Carbó, un histórico dirigente que fue durante mucho tiempo apoderado del partido, pegó un grito de alerta flotando en el aire. En un extenso escrito al que accedió Letra P, dejó un mensaje para la lista de Pagliotto. “Deben saber que renunciar al acompañamiento es entregar la lista en su totalidad a quienes debemos enfrentar”, les dijo.
“No puedo aceptar que se condicione participar o no de la elección según lo que el congreso disponga”, expresó en otra parte del escrito y agregó: “Si se baja la lista, todo habrá sido el resultado de una maniobra para proclamar la otra lista sin elecciones”. Carbó no asegura que Militancia Activa vaya a desistir de la competencia si el congreso dispone ampliar la alianza, pero siembra la duda con cizaña. El sector de Pagliotto se desentendió del reclamo.
Carbó fue quien, cuando nadie creía que su posición podía llegar a buen puerto, trajinó expedientes para voltear la candidatura de Francisco Azcué a la presidencia de la UCR. Por eso, aunque hoy hable desde una posición marginal dentro del partido, es una voz que no debe desecharse. “El diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo”, recordó un boinablanca y acotó: “Carbó es viejo, así que algo debe saber”.
(fuente: https://www.letrap.com.ar/)
