por Redacción para BBC Mundo.
Micaela García llevaba una semana desaparecida hasta que un sábado su cuerpo fue hallado junto a un árbol en las afueras de la localidad de Gualeguay, a unos 230 kilómetros al norte de Buenos Aires, la capital de Argentina.
El hallazgo del cuerpo de la joven de 21 años fue confirmado por Gustavo Maslein, jefe de la policía de la provincia de Entre Ríos.
«Hemos encontrado del cuerpo de Micaela, desnudo y en un avanzado estado de descomposición», dijo Maslein a los medios locales.
La noticia de la muerte de la joven, cuya desaparición la semana anterior había conmovido al país, de inmediato encendió un masivo rechazo de las organizaciones que protegen los derechos de las mujeres en Argentina, a las cuales Micaela pertenecía activamente.
Centenares de personas salieron a las calles durante la noche de este sábado en las principales ciudades, como su ciudad natal, Concepcion del Uruguay, Buenos Aires, Rosario y Santa Fe, para exigir justicia.
«Micaela quería una sociedad más justa, no vamos a claudicar en esa lucha», señaló a la agencia Telam Sandra Miguez, periodista y vocera de la Red de Periodistas con visión de género.
Y el fuerte rechazo de los activistas tenía un motivo: la muerte de Micaela tuvo todos los ingredientes de un feminicidio que podría haber sido evitado.
El principal sospechoso del crimen es Sebastián José Luis Wagner, quien -de acuerdo a la justicia argentina- había violado a dos mujeres en 2010 y por ese hecho fue condenado a nueve años de cárcel en 2012.
Sin embargo, Wagner fue puesto en libertad condicional menos de un año antes del crimen, por un juez de provincia, Carlos Alfredo Rossi.
Aunque el sospechoso Wagner ya fue capturado por la policía de la provincia de Buenos Aires este sábado, muchas de las protestas se dirigieron hacia Rossi y su decisión de dejarlo en libertad antes de que cumpliera su condena.
El presidente de Argentina en ese momento, Mauricio Macri, condenó el hecho y sobre todo a la actuación del juez, quien de acuerdo a los medios locales había obviado un informe negativo del centro penitenciario donde estaba recluido el sospechoso en el momento de dar la orden de libertad condicional de Wagner.
«Este tipo de jueces no lo podemos tener», le dijo Macri a la cadena radial Mitre.
Micaela, ni una menos
El drama de Micaela comenzó el domingo 2 de abril anterior cuando los familiares reportaron la desaparición de la joven, quien estudiaba una licenciatura de Educación Física en dicha ciudad entrerriana
De acuerdo al reporte de la policía, se logró determinar que Micaela había salido a las 5:30 de la madrugada de ese domingo de la discoteca King.
Y ése es el último registro que tenían de ella.
De inmediato las autoridades comenzaron una intensa búsqueda. La revisión de las cámaras de seguridad de la zona mostraron un vehículo, un Renault 18 gris, merodeando el bar donde Micaela había sido vista por última vez.
Con esos datos, los medios locales señalaron a mitad de esta semana y con base en informaciones judiciales, que el principal sospechoso de la desaparición de la joven era Sebastián Wagner, de 29 años de edad.
El jueves las autoridades fueron más contundentes: «Para nosotros es el autor de la desaparición de Micaela», dijo el vocero de la policía de Entre Ríos, Fabio Jurajuría.
Y se conocieron más datos: Wagner había sido condenado a nueve años de prisión en 2012 por el abusar sexualmente de dos mujeres en 2010, pero estaba libre desde julio de 2016.
Sin embargo, la policía aclaró durante sus intervenciones la semana anterior que en el registro de las cámaras de seguridad nunca se había visto a Micaela dentro del Renault 18 que conducía Wagner.
El viernes por la noche, en un operativo policial en la casa de uno de sus familiares en el barrio Las Catonas, en la localidad de Moreno, provincia de Buenos Aires, Wagner fue capturado después de intentar enfrentarse a la policía.
El sábado en la mañana fue hallado el cuerpo de Micaela a ocho kilómetros del centro de Gualeguay.