El 25 de junio de 1912 se realizó una asamblea en la Sociedad Italiana de Alcorta, de la que participaron cientos de agricultores y entre manifestaciones combativas se declaró la huelga por tiempo indeterminado, hasta conseguir, entre otras reivindicaciones, la rebaja general de los arrendamientos y aparcerías.
El mito y la realidad
Conceptualmente el mito es un relato que apela a un hecho del pasado, el cual es tomado como fundacional de un imaginario de sentido. El mito es recreado por rituales que son las prácticas materiales que lo sostienen. Por ello, todo mito se asienta en una realidad concreta.
En el Lockaut patronal que asestaron las cuatro entidades agrarias en 2008 contra el gobierno de Cristina Fernandez, ese mito se diluyó.
La mente pudo mas que el bolsillo y la colonización cultural y los medios hegemónicos en las manos de los grupos de poder, son muchos mas poderosos que los propios intereses.
Antecedentes
Concretamente, lo que se conoce como «el grito de Alcorta» tuvo como protagonistas a dos sectores del propio campo hacia principios del siglo XX. La Sociedad Rural Argentina (asociación que reúne a los propietarios de las grandes extensiones de tierra) y a la Federación Agraria Argentina (que se fundó para esa época como resultado de la rebelión chacarera contra los terratenientes).
El “grito” fue una rebelión agraria que sacudió el sur de la provincia de Santa Fe y se extendió por toda la región pampeana, con centro en la ciudad de Alcorta, y que marcó la irrupción de los chacareros en la política nacional del siglo XX, dando origen además a su organización gremial, la Federación Agraria Argentina.
El proceso que desembocó en el Grito de Alcorta fue muy complejo. La mayoría de los arrendatarios y medieros eran extranjeros (en algunas zonas llegaban al 80%). El régimen de propiedad de la tierra concentrado impedía a los pequeños productores no sólo adquirir tierras sino obtener rentabilidad tras su arriendo, con cláusulas por demás desfavorables.
A principios de 1912 los chacareros organizaron sus primeras reuniones, ayudados por los sindicatos de estibadores y oficios varios, los Centros de Estudios Sociales dirigidos por los anarquistas y los braceros (“linyeras”), que tenían una gran tradición de lucha.
El detonante del Grito de Alcorta fue la formidable cosecha de 1912, al comprobar los chacareros que luego de pagar las deudas nada quedaba para ellos. Fue una lucha de una fracción de la clase media del campo contra la oligarquía pampeana.
La Asamblea emblemática
El 25 de junio de 1912 se realizó una asamblea en la Sociedad Italiana de Alcorta, de la que participaron cientos de agricultores y entre manifestaciones combativas se declaró la huelga por tiempo indeterminado, hasta conseguir, entre otras reivindicaciones, la rebaja general de los arrendamientos y aparcerías.
Durante la asamblea de pequeños y medianos arrendatarios rurales realizada en la Sociedad Italiana de Alcorta, unos 300 Agricultores encabezados por Francisco Bulzani comienzan una rebelión agraria que se extendió por toda la región pampeana.
El llamado Grito de Alcorta reclamaba la rebaja general de los arrendamientos y aparcerías, la entrega en las aparcerías del producto en parva o troje, como salga y contratos por un plazo mínimo de 3 años.
En la asamblea, el abogado Francisco Netri enfatizó que los chacareros debían «constituir su organización gremial autónoma», proceso que culminó el 15 de agosto, cuando en la Sociedad Italiana de Rosario se fundó las Federación Agraria Argentina.
Más de dos mil agricultores de Alcorta, Bigand, Bombal, Carreras, Firmat y San Urbano (Melincué) asistieron a la asamblea en el local de la Sociedad Italia de Socorro Mutuo e Instrucción el 25 de junio de 1912. Además de los colonos presentes, las delegaciones de las localidades vecinas acercaron petitorios firmados por dos mil colonos más.
«El aspecto era imponente, pues aquella gran masa de hombres acostumbrados a empuñar el arado, convertida en asamblea deliberante, causaba una impresión casi exótica y semejante en algo a la que producen en el ánimo del observador los grandes concursos populares en que se debaten cuestiones ideológicas, de índole política o doctrinaria, en pro del resurgimiento de las colectividades concientes de sus derechos»
“La Capital”, 26 de junio de 1912.
Se inicia la asamblea en el edificio de la Sociedad Italia de Socorro Mutuo e Instrucción bajo la presidencia de Francisco Bulzani. Toma la palabra el joven de Bigand, Luis Fontana, y a continuación el Dr. Francisco Netri. Se discute el modelo de contrato que él había confeccionado:
* Se pagará por arrendamiento el 25% del bruto de la cosecha, en parva y troja.
* Los señores propietarios cederán gratuitamente 6% de la tierra arrendada con destino a potrero o pastoreo.
* El colono pasará aviso a los señores propietarios cinco días antes de trillar o desgranar, quienes tendrán ocho días de plazo para retirar la parte que les corresponde por arrendamiento. Pasados los ocho días, el colono podrá disponer de la parte que le corresponda.
* El colono se obliga a destruir malezas y conservar en buen estado los edificios con alambrado, etc., de que se haga entrega, salvo el deterioro por el uso. En caso de ser invadida por la langosta, se compromete a combatirla.
* La falta de cumplimiento de cualquiera de estas cláusulas por una de las partes, autoriza a la otra a pedir su rescisión, haciéndola responsable de los daños y perjuicios.
* La duración de los contratos no podrá ser menor de tres años.
Este modelo de contrato se aprueba por unanimidad y además se aprueba la declaración de huelga general propuesta por Francisco Bulzani:
“No hemos podido pagar nuestras deudas y el comercio, salvo algunas honrosas excepciones, nos niega la libreta. Seguimos ilusionados con una buena cosecha y ella ha llegado, pero continuamos en la miseria. Apenas si nos alcanza el dinero para pagarle al almacenero que nos viene surtiendo todo el año. Esto no puede continuar así. Debemos ponerle fin a tan triste como temeraria situación, caso contrario se producirá el éxodo campesino que debemos evitar a cualquier precio. Los propietarios se encuentran reacios a considerar nuestras reclamaciones y demandas. (…) Pero si hoy sonríen por nuestra protesta, puede que mañana se pongan serios cuando comprendan que la huelga es una realidad…”.
Como continuó el conflicto y fue aplastado en forma sangrienta
A medida que se avanzó en la huelga, se fue avanzando también en su organización, y tomó fuerza la idea de constituir una organización central de chacareros.
Fue así como el 15 de agosto de 1912, en la Sociedad Italiana de Rosario, se fundó la Federación Agraria Argentina.
La respuesta de los terratenientes y las fuerzas represivas no se hizo esperar, motivo por el cual los huelguistas tuvieron sus primeras víctimas.
En un acto realizado en la localidad de Firmat fueron asesinados los dirigentes agrarios anarquistas Francisco Mena y Eduardo Barros, mientras en la ciudad de Rosario era fusilado Francisco Netri.
A pesar del violento accionar de los terratenientes, los huelguistas, fueron logrando cada vez más adhesiones.
Al apoyo inicial de los anarquistas y socialistas, de los curas y los pequeños comerciantes, fueron sumándose los profesionales y amplios sectores populares. Ante el temor de tener que afrontar grandes pérdidas económicas, los terratenientes fueron cediendo lentamente y hacia mediados de 1913 la inmensa mayoría de los arrendatarios habían logrado una importante rebaja de los arrendamientos. No obstante estas concesiones, el régimen de propiedad y tenencia de la tierra no fue modificado.
En el Irigoyenismo y el Peronismo
Todo esto sucedió bajo la dominancia del “modelo agroexportador” que caracterizó a la economía argentina desde 1880 a 1930. En ese período la estructura social en el país revelaba que un millar de familias concentraban la propiedad de la tierra y cabezas de ganado en la zona más rica del país. Frente a ellos se alzaron los arrendatarios, en su mayoría inmigrantes. Pero también debemos mencionar a quienes vivían en situación de sobreexplotación: los gauchos criollos que fueron sometidos por ley y la fuerza a la condición de peones de haciendas.
Mientras los chacareros serán incluidos como sector social bajo el Irigoyenismo, a los peones de campo se los incluirá bajo el peronismo, varias décadas después, con la implementación del Estatuto del peón, primer medida popular cuando Perón fuera Secretario de Trabajo y Previsión Social, ante de ser elegido presidente en el 46.
Por entonces no existía un movimiento obrero desarrollado, no había industria nacional, y el país estaba “moldeado” por los intereses del capitalismo británico.
Hoy, a diferencia de aquellas jornadas, la lucha del sector agrario se presenta en un bloque claramente contradictorio respecto de aquella jornada fundacional. Sociedad Rural y Federación Agraria tienen pocos intereses en común y muchos desencuentros; no obstante y por ello resulta al menos curioso que, muchas veces, sigan reclamando presuntas «reinvindicaciones» como si lo distinto fuera lo mismo.
(fuentes: Mendoza on Line -Por Marcelo Padilla – y Pensamiento Discepoleano)