Una mala elección de las opciones financieras para la reserva de parte de los fondos que debían aplicarse al pago de un bono en dólares que vence mañana produjo una pérdida de la mitad de esos recursos. Aunque la reserva hecha por la gestión de Bordet no era suficiente para pagar el compromiso asumido por su administración, la decisión incorrecta obligó a salir a buscar más fondos, que fueron prestados por el agente financiero de la provincia, el Nuevo Bersa.
“Si la reserva se hubiese hecho con los instrumentos correctos, anclados en dólares, hubiésemos estado mucho más cerca del importe que hacía falta”, resumió el Secretario de Finanzas del gobierno de Entre Ríos, Uriel Brupbacher. Aclaró que legal y operativamente era perfectamente posible. Aunque pueda sonar a un razonamiento contrafáctico, es el origen de la pérdida de unos 20 millones de dólares que el actual gobierno provincial tuvo que salir a pedir prestados para pagar deuda. En cualquier actividad económica, la menos recomendable de las situaciones.
El Secretario de Finanzas de la provincia, detalló que el gobierno de Entre Ríos transfirió el lunes los fondos necesarios para cubrir el vencimiento de un bono en dólares que tomó la gestión de Gustavo Bordet en 2017 (ERF25) con vencimiento original en 2025 y que salvó del default en 2021 gracias a un acuerdo de reestructuración con la mayoría de los tenedores que ya habían presentado una demanda en los tribunales de Nueva York. La reestructuración pospuso el vencimiento para 2028 y pateó la mayor parte de los pagos para la gestión siguiente a la de Bordet.
Brupbacher recordó que el vencimiento del cupón, del orden de los 65 millones de dólares, opera mañana jueves 8 de febrero, y precisó que el lunes se hizo la transferencia hacia el banco de Nueva York para que hoy efectivice el pago del compromiso.
Respecto de dónde salieron los recursos para pagar, dijo que se utilizó la reserva que había dejado la gestión de Gustavo Bordet, que producto de la devaluación se redujo a la mitad debido a que no fue salvaguardada en dólares, sino en inversiones en pesos, que daban en su momento mejores rendimientos. Se tomó la opción más rentable en lugar de la más segura, admitió.
Precisó que “la gestión de Gustavo Bordet supuestamente había hecho una reserva a través de inversiones, de manera tal que teóricamente iba a quedar calzada con el pago que había que hacer. Esa es la información que teníamos hasta el día 10 de diciembre”, recordó.
“Cuando asumimos, nos encontramos con que las inversiones que se habían hecho eran en una serie de bonos y fondos comunes, pero todas en pesos”, reveló y advirtió que “después de la devaluación obviamente todo lo que vos tenías de reserva pasó a ser exactamente la mitad”. Remarcó que era posible y estaban disponibles las herramientas para hacer la reserva en dólares.
Dijo que “se eligió otro paquete con una rentabilidad más alta pero en pesos”. Terminaron quedando 22.000 millones porque tuvo que desarmarse antes de la fecha para hacer frente a este pago.
“Para cubrir la diferencia –continuó- nosotros tomamos un préstamo con el Bersa a 150 días que devenga intereses a tasa Badlar, más 6 puntos. Ese préstamo venga intereses mensuales y en junio es la amortización de capital”, precisó.
Recordó que la reserva que se constituyó en su momento no alcanzaba para cubrir el pago. “Se juntaban alrededor de 47 millones de dólares”, al tipo de cambio de ese momento.
“Si la reserva se hubiese hecho con los instrumentos correctos anclados en dólares hubiésemos estado mucho más cerca del importe que hacía falta”, lamentó. “En esto la devaluación nos pegó de lleno”, expresó.
Los 47 millones previstos de reserva en su momento se convirtieron algo más de 20 millones después de la devaluación y para cubrir el pago de los 65 millones se debieron pedir 43,5 millones de dólares al agente financiero, el Nuevo Bersa, que cobrará casi 4 millones de dólares mensuales de intereses durante cinco meses hasta la cancelación del capital, en junio.