por Rodolfo Oscar Negri –
El marco de la modernidad está sumando, día a día, novedades que la racionalidad no alcanza a encuadrar y a comprender en sus diversos significados porque la rapidez con que el cambio se produce es tan vertiginosa que no le da tiempo al hombre a conceptualizar y sistematizar lo que está ocurriendo.
En ese marco, Alateia -Una red virtual católica mundial para compartir recursos sobre la fe con quienes buscan la verdad (así se presenta en su página web)- con la firma de Daniel R. Esparza, publica una nota donde replica el pensamiento de Zygmunt Bauman, un filósofo y sociólogo polaco que reflexiona sobre el tema.
El artículo, que aparece bajo el título: “El diálogo real no es hablar con gente que piensa lo mismo que tú”, creemos que es muy interesante, por lo que suma este pensador de nuestro tiempo.
El sociólogo y filósofo polaco denuncia que las redes sociales no son una comunidad sino apenas un sustituto.
El artículo dice:
«Bauman, nacido en Poznam en 1925, tuvo que emigrar con su familia a la entonces Unión Soviética cuando apenas era un niño, huyendo de la persecución nazi. Nuevamente, en 1968, tuvo que huir del que entonces era su país, escapando de la purga antisemita que siguió al conflicto árabe-israelí. Se radicó temporalmente en Tel Aviv, para luego terminar en Inglaterra, donde hizo carrera en la Universidad de Leeds. En una entrevista relativamente reciente (de enero de este año) con Ricardo De Querol para Babelia, en El País, explica cómo las redes sociales, si bien han cambiado en buena medida la manera las formas tradicionales del activismo social, no son sino un sustituto de la formación de auténticas comunidades.
Ricardo De Querol inicia su pregunta a propósito de las redes sociales citando al propio Bauman, quien señala que el activismo online es “activismo de sofá”, y que la Internet las más de las veces sólo nos “adormece con entretenimiento barato”. De Querol pregunta, así, si las redes sociales no son, parafraseando a Marx, el nuevo “opio del pueblo”. Bauman no duda en responder que la identidad, como las comunidades, no son algo que se deba crear, sino algo que “se tiene o no se tiene”.
“Lo que las redes sociales pueden crear” –señala el sociólogo- “es un sustituto. La diferencia entre la comunidad y la red es que tú perteneces a la comunidad pero la red te pertenece a ti. Puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionas. La gente se siente un poco mejor porque la soledad es la gran amenaza en estos tiempos de individualización. Pero en las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales”.
Estas habilidades, señala Bauman en su entrevista con De Querol, se desarrollan en el contacto cotidiano humano directo, en espacios compartidos, sean públicos o privados: en la calle, en los espacios de trabajo, en los que es necesaria una interacción “razonable” con la gente; esto es, en interacciones que exigen de diálogo, negociación y de apertura.
A propósito de ello, Bauman no duda en evocar el hecho de que el Papa Francisco concedió su primera entrevista después de haber sido electo como Sumo Pontífice a un periodista abierta y militantemente ateo, Eugenio Scalfari. “Fue una señal”, señala Bauman: “el diálogo real no es hablar con gente que piensa lo mismo que tú”.»
Evidentemente se puede coincidir a no con Bauman, pero es un aporte a un debate que todavía ni siquiera está planteado seriamente y cuyas respuestas están pendientes, como parte de una reflexión necesaria que contextualice los vertiginosos fenómenos que se están desarrollando, de una manera sistemática y comprensible.
Se puede estar de acuerdo con él o no; pero está bueno escuchar este tipo de voces y de pensamientos porque son un paso para comenzar a llenar ese vacío.
Está bueno, aunque mas no sea para disentir con ellos.