En una jornada desconcertante para el mercado, el dólar registró la mayor suba desde la salida del cepo: saltó este jueves $ 1,5 (ó 6,9%) a $ 23, su nuevo récord histórico, en agencias y bancos de la city porteña, según el promedio de ámbito.com.
De esta manera, el billete no llegó a acompañar al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), donde la divisa escaló 70 centavos en los minutos finales de la rueda para terminar también a $ 23. Con respecto a la jornada previa, avanzó $ 1,80 (ó 8,5%).
Durante la rueda, el cambio de estrategia del Banco Central desconcertó a los operadores de la plaza cambiaria: en la primera parte de la rueda intervino con ventas por unos u$s 400 millones (en total sacrificó en la rueda u$s 451 millones) y anunció una suba de la tasa de interés de referencia en 300 puntos básicos al 33,25%. Al mediodía, inesperadamente, abandonó el control del tipo de cambio.
«En la última hora, el spread entre comprador y vendedor era de más de 70 centavos y de esa forma los operadores no tenían una referencia de cuál era el valor real y sensato de la cotización de la divisa norteamericana», indicó el analista Fernando Izzo, de ABC Mercado de Cambios. Agregó que «por esa razón, se frenó el volumen operado del sistema Siopel, cuando llegó a u$s 969 millones, con lo que retrocedió un 14% con respecto al cierre previo».
Una combinación «explosiva» de factores externos y, sobre todo, locales provoca desde la semana pasada una inusitada demanda de dólares, que dio lugar a una disparada de la cotización del billete. Entre los más importantes, se destacan la entrada en vigor del impuesto a la renta financiera; los tironeos políticos y económicos sobre tarifas; la suba de tasas en EEUU y una mayor apreciación global de dólar.
En las últimas siete ruedas, la autoridad monetaria vendió unos u$s 5.300 millones, con lo que desde principios de marzo sacrificó unos u$s 7.700 millones en su intento por contener al tipo de cambio.
Martín Alfie, jefe de la consultora Radar, señaló que «estamos lejos de una crisis terminal porque el Banco Central tiene reservas de sobra. Se alcanzará un nuevo equilibrio, con mayor dólar y mayor tasa que el anterior pero la señal de una autoridad monetaria que puede ser doblegado genera preocupación para el futuro».
En el mercado de dinero entre bancos el «call money» operó al alza a un promedio del 36% TNA. En «swaps» cambiarios se pactaron u$s 133 millones para tomar y/o colocar fondos en pesos mediante el uso de compra-venta de dólares para el viernes y el lunes próximo. Las tasas de Lebac en el mercado secundario se operaban al plazo de 13 días a 40% TNA y la de 104 días al 36% TNA.
En el Rofex, donde se negociaron u$s 570 millones, más del 60 % se operó en mayo a $ 23,81 con una tasa de 45,9% TNA y junio a $ 24,65 con una tasa de 45,15%. Los plazos subieron en promedio más de dos pesos.
En la plaza paralela local, por su parte, el blue se disparó dos pesos a $ 23,50, según el relevamiento de este medio en cuevas del microcentro porteño. El «contado con liqui», en tanto, saltó $ 1,46 a $ 22,75.
Por último, las reservas del BCRA disminuyeron este jueves u$s 146 millones hasta los u$s 56.144 millones.
Las 10 causas de la abrupta suba del dólar
Una combinación «explosiva» de factores externos y, sobre todo, locales provocó desde la semana pasada una inusitada demanda de dólares, que dio lugar a una disparada de la cotización del billete, que este jueves superó ampliamente los $ 23, pese a los esfuerzos del Banco Central, a través de la venta de divisas y fuerte suba de tasas, de contenerlo, o por lo menos de detener su acelerada dinámica alcista.
Entre las causas domésticas que impulsaron la corrida contra el peso podemos enumerar:
– Atraso cambiario: el dólar estuvo prácticamente planchado durante marzo y casi todo abril, ante las constantes ventas del BCRA para aquietarlo en busca de limitar su impacto en la inflación.
– Entrada en vigor del impuesto a la renta financiera: la implementación del tributo de 5% sobre tenencias extranjeras de Lebac, generó una masiva salida de capitales financieros desde el 25 de abril pasado. «Para maximizar beneficios los jugadores comenzaron a salir antes de que el hacha cayera sobre sus ganancias vendiendo agresivamente en el mercado secundario y pasándose de pesos a dólares», indicó Balanz Capital.
– Tironeos políticos y económicos sobre tarifas: discusiones sobre los aumentos dispuestos en servicios públicos en el ámbito del Congreso, pero también dentro del seno de Cambiemos generaron malhumor al mercado.
– Pérdida de confianza tras el 28D: el mercado hizo una lectura muy negativa sobre la decisión del oficialismo de cambiar de las metas de inflación para 2018, con el finde bajar las tasas. Lo interpretó como una pérdida de autonomía del BCRA, en manos del poder ejecutivo. «La conferencia de prensa de fin de año quedará en los libros de historia económica mundial como un ejemplo de dilapidación de confianza innecesaria y los tremendos costos que ello genera en un país. No recuerdo haber visto algo así en toda mi vida», afirmó Germán Fermo, director de Macrofinance.
-Menor oferta del complejo agroexportador por efecto de la sequía: en el primer cuatrimestre se liquidaron poco más de u$s 6.000 millones, un 10% por debajo del promedio comprendido entre 2008 y 2017.
A estos factores, se suman: la vulnerabilidad de Argentina al escenario externo y el gradualismo implementado por el gobierno para bajar el déficit fiscal; las dudas sobre efectos en dinámica del déficit fiscal, de cuenta corriente, y comercial (todos elevados); altas necesidades de financiamiento, añadió el economista Gustavo Ber, quien también anticipó que las «elevadas tasas afectarán la actividad y generarán un inoportuno círculo vicioso».
Pero algunos sucesos externos sumaron mayor presión al ya complicado escenario local:
– Suba de tasas en EEUU: el rendimiento del bono a 10 años superó en los últimos días el nivel simbólico del 3%, por primera vez desde enero de 2014. A esto se suma la posibilidad de mayores subas de tasas por parte de la Fed este año. El impacto de esta variable, alcanza a todas las economías del mundo. Tasas de interés más altas, significan entre otras cosas, mayor costo de endeudamiento. Esto impacta directo en la mayoría de los países emergentes, y en especial sobre la Argentina, que necesita aún más financiamiento y necesita mantener el dólar a raya para que no se traduzca en inflación una suba, sostiene el CEO de Carta Financiera, Miguel Bogianno
– Este escenario generó una mayor apreciación global de dólar, (devaluaciones de monedas de emergentes y desarme de carry- trade), con repatriación de capitales a EEUU, lo que termina por fogonear aún más el precio del tipo de cambio en el mercado local.
Recomendación de la revista económica Forbes a inversores: «Puede que sea momento de salir de la Argentina»
La publicación económica estadounidense escribió un duro artículo titulado «Podría ser hora de salir de Argentina» en donde analiza la economía de la Argentina con la suba del dólar la estrategia del Gobierno para contenerlo. «Todos creían en el gobierno de Mauricio Macri. Él estaba haciendo lo correcto. Argentina iba a regresar, y de hecho ya estaba regresando a los mercados de capitales, pero la recepción ahora se está enfriando», explica la nota escrita por Kenneth Rapoza. En la nota entrevista a dos asesores financieros de renombre que lanzan comentarios lapidarios sobre la actualidad local. «El equipo económico de Argentina parece perdido», dice Fernando Pertini, asesor financiero de Millenia Asset Management. En otro tramo, Jorge Compagnucci, analista sénior de la firma de investigación de inversiones con sede en Buenos Aires TMG Target Market Global considera que el gobierno de Macri se está quedando sin tiempo.»Es hora de salir de Argentina y salir corriendo. El carry trade ha mantenido a la Argentina a flote», sentenció y destacó que la economía local ha sido una montaña rusa desde 2009 a la fecha. «El pensamiento es que podríamos ver una repetición de 2001 en Argentina», insiste el analista y sostiene que «La administración Macri necesita reafirmar su compromiso con la gestión de políticas ortodoxas y el ajuste fiscal». La nota finaliza con una lapidaria textual: «La situación es más preocupante de lo que la gente piensa».
(fuente: ámbito.com)