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Economía Peronista era la de antes

Por Carlos Alberto Negri (1) –

Estimado Compañero y Amigo

Dr. Don Hugo Alberto …….. …….., Cacha:

Bueno Cacha querido, sobre la base de algunas definiciones del debate que me mandaste de Guillermo Moreno y otro aparato que no me acuerdo como se llama, paso a intentar despejar la pregunta de que es, fue, o sería, la “economía peronista”.

Desde ya te digo que no estoy en condiciones intelectuales de abordar semejante materia ni, mucho menos, de llegar a alguna conclusión medianamente aceptable.

Uno, traqueteados los últimos 75 años sobre estas pampas, puede solo intentar algunas aproximaciones desde lo que ha vivido, visto, leído y entendido, que es lo que voy a intentar, pero que, desde ya te digo, es poco.

Comenzaré por señalar las primeras dificultades, si este fuera un trabajo académico, habría que definir que queremos decir con “economía”, hay centenas de definiciones, dentro de ese primer problema avanzar y definir el alcance del marco teórico que uno elija, avanzar para definir sus alternativas posibles, y de allí deducir, digamos, las “políticas económicas” que le corresponden al modelo según los sabios, eso sería lo que cualquier aspirante a doctor define en su segundo capítulo de la tesis como “estado del arte”.

Supongamos que uno consiguiera llegar por allí a algún puerto medianamente comprensible, después habría que definir “peronismo”, y allí compañero es donde se acaban los guapos.

Nosotros, siguiendo las confusiones epistemológicas por las que optamos hace años, siempre invertimos el método, marchando del relevamiento de la experiencia histórica concreta a las definiciones, porque si no reiteramos una vez mas la morisqueta refleja de la inteligencia colonizada, repitiendo como válidas las definiciones que otros construyeron sobre la base de otras experiencias, lo que es mas fácil porque no hay que hacer el esfuerzo de estudiar la realidad, sistematizarla, buscar como podría ser el marco teórico y definirlo, es decir pensar y construir la propia ciencia, sino de repetir lo ya pensado por otros sin verificar si es verdad lo que se concluye, ni a quien le sirven esas conclusiones que, en estas disciplinas histórico sociales, es el motor primario y el objeto final de todo el esfuerzo.

Nao sei si voce me entiende.

Partiremos entonces de suponer que existió una política económica peronista, verificaremos esto a partir de medidas generales de incidencia económica y social, y trataremos de definir métodos y objetivos, si es que los encontramos y, siempre sintéticamente porque esto es solo una epístola, larga porque hay mucho que contar, pero solo una epístola, verificar si se alcanzaron los objetivos o se fracasó, y en qué medida.

Al peronismo lo dividiremos en seis grandes etapas: 1943/1955 y 1973/1976, tiempo al que llamaremos sin pretensión de originalidad “peronismo de Perón”, ya que Perón personal y directamente determinó su curso, para bien y para mal; 1989/1999, la época de Menem, a la que llamaremos “peronismo contra natura”; 2001/2007, época que cargaremos también como propia, tiempos de Duhalde-Lavagna-Néstor Kirchner, tiempo de defecciones y ambigüedades, avances y retrocesos, “peronismo de m…oco”; 2007/2015, las dos presidencias de Cristina a quien sus dificultades llevaron a recuperar parcialmente políticas de la primera época abandonadas y denostadas, las dificultades y su coraje (que no hay porqué andar amarreteando elogios), la podemos llamar “peronismo en la necesidad, vergonzante, errático y residual, pero bueno, viste…”, y desde 2019 hasta aquí, tiempo que no calificaremos porque está aún abierto, pero que bien podríamos arriesgar como “del espanto al retorno al moco”.

Recuérdese la regla: al gobierno en curso se lo analiza y juzga contra el poder hacer/deber ser, al que pasó solo se lo puede juzgar contra lo anterior y lo posterior.

Hoy trato solo de la primera etapa, después volveremos sobre el resto.

El 4 de junio de 1943 el Ejercito destituyó al presidente Castillo y disolvió el parlamento, aquí empieza la materia de este discurso.

El segundo presidente de ese proceso[1], el Gral. Ramírez, creó el Banco de Crédito Industrial, intervino las compañías eléctricas, la Corporación de Transportes, expropió la Compañía de Gas, impulsó Fabricaciones Militares[2].

Designado el Coronel Perón en el Departamento de Trabajo inició una definida política dirigida al fortalecimiento del mercado interno, y a la justicia social, que son dos formas de definir el mismo objeto, comenzando por la extensión a todos los trabajadores de los beneficios de la ley 11.729 de empleados de comercio, de allí salen la indemnización por despido sin causa, aumentos salariales por decreto, negociación colectiva, y el establecimiento de estatutos profesionales, destaca por su valor social y alcances el Estatuto del Peón Rural, pero hay para periodistas hasta peluqueros, y etc., salarios mínimos, aguinaldo y vacaciones pagas, aumento y extensión de jubilaciones, etc., no solo se creaban nuevas políticas, sino que se hacían efectivas algunas que existían solo en el papel como, por ejemplo, la duración de la jornada laboral y las indemnizaciones por accidentes de trabajo, esencial en este sentido fue la creación, posterior, de la justicia del trabajo. También es por entonces que se reglamenta el funcionamiento de los sindicatos, a los que se autoriza intervenir en política, y crean los fueros sindicales.

Fueron estatizadas las juntas reguladoras de producción (Carnes, granos, vinos, yerba mate, etc.), en 1944, el Presidente es el Gral. Farrel, Perón pasa a ser ministro de guerra, trabajo y vicepresidente, se decreta una rebaja de los arrendamientos rurales, la prórroga de los contratos y la suspensión de desalojos (Coetáneo con el Estatuto del Peón Rural), esto mas una política sostenida de creación de colonias, compras, expropiaciones y créditos blandos y a largo plazo, permitió a cientos de miles de productores de la pampa húmeda hacerse propietarios, y se ejecuta la política de priorizar el abastecimiento interno por sobre la exportación con establecimiento de precios regulados: reitero y aclaro, se exporta lo que excede de las necesidades propias satisfechas.

Nacionalizado, estatizado, el Banco Central, en su ámbito se creó el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) que centralizó la compra, venta, distribución y comercialización de la producción agropecuaria y, una vez que determinaba el saldo exportable lo negociaba, sin intermediarios cartelizados[3], directamente con Estados o entidades extranjeras, administrando directamente la disposición de divisas, que fue con lo que se financió la política de nacionalizaciones, ampliación de servicios públicos, fomento a la  industrialización, mediante un esquema de tipo de cambios múltiple y cuotas de disposición según objetivos y conveniencias generales de la economía nacional.

El IAPI será una de las herramientas principales de todo el primer periodo peronista, no solo centralizó el comercio exterior sino que, al ser el comprador de la casi totalidad de la producción agropecuaria estableció precios sostén cuando la coyuntura internacional lo hizo conveniente (1951/1953), subsidió precios para evitar desequilibrios en la canasta alimentaria (azúcar, aceite, harina, papas), otorgó créditos a naciones (España e Italia entre muchas) para que compraran productos argentinos, financió directamente la compra de naves de transporte de ultramar creando la flota mercante del Estado, con lo que se ganó autonomía, trabajo propio y ahorro en fletes y seguros.

La nacionalización y estatización del Banco Central[4] implicó también la nacionalización de la totalidad de los depósitos bancarios, poniendo a disposición de la política general del Estado el ahorro de los argentinos, aclaro porque quizás no se entienda bien: hasta entonces el directorio del Banco Central estaba integrado por representantes minoritarios del Estado Nacional, y de los bancos nacionales y extranjeros (que se prestaban a sí mismos los ahorros de los argentinos, para invertir con nuestro ahorro), y se designó uno de carácter enteramente estatal que presidió Miguel Miranda, todos los depósitos bancarios del sector público y privado quedaron bajo el control estatal, todos los depósitos estaban garantizados por el Estado, y las tasas de interés se establecieron según el objeto de los préstamos, todo ordenado según el principio del bienestar general, visto desde el hoy parece una fantasía, pero así fue, aquella “realidad efectiva”.

Creado, con fondos públicos, el Banco Industrial su misión se orientó al fomento de la industria y la minería, el Banco de la Nación mantuvo y potenció su tradicional orientación al sostenimiento de la actividad agropecuaria, el Banco Hipotecario impulsó la construcción, y la Caja Nacional de Ahorro Postal se orientó a la financiación del consumo.

Claro es que, en la Historia, los criterios de orden de valores y prioridades no siempre son compartidos por todos, y los intereses afectados llevaron a la destitución de Perón y su prisión en Martin García, a la movilización del 17 de octubre de 1945, su liberación, a la convocatoria de elecciones, y al triunfo de Perón en febrero de 1946 con el 52,8% de los votos contra el 42,8% de la Unión Democrática, donde estaban aliados todos los partidos políticos existentes hasta ese momento, operando bajo el manto protectorio y público de la Embajada de los Estados Unidos.

Esto es relevante por la mitología de que hay que, primero, acumular fuerza, y después producir los cambios, cuando lo que ocurrió, empírica y lógicamente, es que primero se produjeron los cambios lo que produjo el realineamiento de fuerzas … giles!!!

Bien, 1946, Perón presidente, se lanza el Plan Quinquenal de Gobierno 1947/1951 dentro de la filosofía de aumento de la producción en general, fortalecimiento del mercado interno, industrialización, fuerte intervención estatal en los procesos de fomento e intervención en la producción y distribución de bienes y servicios, reducir la vulnerabilidad externa a través del rescate de la deuda, financiamiento a través del control del comercio exterior, política internacional independiente frente al área del dólar y sus nacientes organismos financieros (Banco Mundial, FMI, BIRF, etc.), pero aquí debe destacarse que, en la salida de la Guerra (1939/1945) que modificó las relaciones de fuerza y equilibrios en todo el mundo, se planificó como y que se haría para utilizar y potenciar los recursos existentes y administrar las carencias, en función de objetivos de interés nacional, digámoslo como corresponde: el Estado Nacional asumió y ejecutó la tarea y la responsabilidad de manejar el conjunto de los “agregados macroeconómicos”, comenzando por ese gran desaparecido de los textos de economía que es la distribución de la riqueza.

Justicia social y fortalecimiento del mercado interno son, en términos de aquella filosofía, un mismo concepto,  la política general de distribución no estuvo basada solamente en aumentos salariales, sino que se apoyó principalmente en políticas de salud, educación, vivienda, jubilaciones, turismo, etc.[5], que modificaron radicalmente la vida de los sectores sociales mayoritarios hasta entonces excluidos del sistema económico y político, se estableció el voto femenino en 1947[6]. Así entonces la participación de los asalariados en el producto que se estabilizó en más del 50%, y es solo una parte de las políticas de distribución.

Entre 1945 y 1949 se nacionalizaron y estatizaron el gas, los teléfonos, la electricidad,  los ferrocarriles[7], los transportes en general, pasándose a invertir y desarrollarlos[8]. Pero además el Estado se hizo cargo de la creación y expansión de nuevas actividades como el transporte aéreo[9], el transporte fluvial[10] y de ultramar[11], en materia de energía se construyeron varios diques y centrales eléctricas[12], se exploró, encontró y extrajo carbón y construyeron centrales térmicas, YPF renovó totalmente la flota de buques tanque con, incluso, buques aquí construidos, se estimuló la exploración encontrándose nuevos yacimientos de petróleo y gas y se aumentó su producción y su refinación en el país.

Sobre la base de 140 empresas confiscadas, propiedad enemiga de los países del Eje, se creó la Dirección Nacional de Industrias del Estado (DINIE), se crearon empresas mixtas (SOMISA, Atanor), en astilleros nacionales, privados y estatales se armaron buques para las mas diversas funciones y actividades, incluso militares, y potenció con particular vigor a la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba[13] que, además de fabricar aviones, comenzó la fabricación de vehículos nacionales.

A todo esto se le dio en 1949 un marco institucional con la reforma de la Constitución[14], pero la nueva Constitución Nacional solo regló la transformación que estaba hecha y la que estaba en marcha, otra vez, primero se hacen las cosas, luego se escribe, una reforma constitucional, por sí, no cambia nada… nabos!!!

Las políticas sociales y económicas se articulaban con la CGT y la CGE[15], la Sociedad Rural y Carbap hacían sonar sus discordancias, no así la Federación Agraria.

Ese proceso de crecimiento vigoroso, basado en la sustitución de importaciones de industria liviana (la producción siderúrgica iniciada en 1945 llegaría recién a su despegue en 1958), financiado en lo principal por la transferencia provocada y administrada por el Estado de parte de la renta del comercio exterior del sector agropecuario, ese proceso genera nuevas necesidades, en particular insuficiencia de divisas y déficit energético[16] e inflación, no falta incluso quien habla de “retraso cambiario”, existe además una marcada declinación en los términos del intercambio, se está ante una crisis de crecimiento con componentes propios de la condición de productor  agropastoril exportador de la economía argentina y algunos factores externos.

En 1952 se lanza el Segundo Plan Quinquenal y Perón renueva el equipo económico[17] y se definen nuevas políticas para hacer frente a los problemas generados en el proceso de crecimiento en curso. En la búsqueda de un aumento de la producción agropecuaria, y obtener mas divisas a partir de las exportaciones, además de las políticas dirigidas a la reducción de la renta parasitaria y del acceso a la propiedad de la tierra a productores[18], el Estado invierte a través de la red Nacional de Centros Regionales y Estaciones Experimentales en producción y distribución de semillas, abonos y fertilizantes a precios subsidiados, investigación y producción local de estos, control de plagas[19], se construyen 26 elevadores y 31 plantas de almacenaje, se fomenta con créditos blandos, blandísimos, del IAPI y el Banco de la Nación, la construcción privada de silos de chacra, se estimula por los mismos medios la mecanización del agro primero importando tractores y luego promoviendo e iniciando su fabricación local[20], además se utilizaron incentivos fiscales para premiar la eficiencia en la producción, precios mínimos de referencia, etc., en buena medida todo ese esfuerzo tuvo efectos luego de 1955.

Ese Segundo Plan Quinquenal se plantea, exponiéndolo sintéticamente, aumentar la producción en general, seguir con la política de sustitución de importaciones, aumentar las exportaciones del agro, como lo vimos, para sostener la industrialización, hay allí un programa de inversiones estatales y privadas dirigido a atender las necesidades en lo referente a energía, bienes de capital y materias primas, promover y comprometer la participación de empresarios y trabajadores en la ejecución de los planes, reducir costos innecesarios en la intermediación en la distribución tanto de materias primas como de productos terminados, estimular el cooperativismo tanto en la producción como en la comercialización[21], financiación del plan mediante los mecanismos ya indicados (ingresos del IAPI), emisión de deuda pública e intervención del sector privado tanto interno como externo[22].

Del mismo tiempo es el Plan de Estabilidad dirigido a enfrentar la inflación, que incluyó, además de control en el gasto estatal, fomento del ahorro y aumento de la productividad y, a través de una intersectorial Comisión Nacional de Precios y Salarios el congelamiento temporario de precios y salarios, además del seguimiento de actividades de acaparamiento, agio y especulación, el plan funcionó y permitió revertir el deterioro de salarios efecto de la inflación.

La inflación minorista anual que en 1945 era de un 19,9%, entre 1946/50 con altibajos es de un 18% promedio, en el 51/52 sube al 36 y 38 %, y en 53/54 baja a menos del 4%, así fue que, macroeconómicamente, no afectó el substancial avance logrado del sector del trabajo.

Nadie, que yo conozca, seriamente, atribuye a factores económicos la caída del peronismo en 1955, los informes de la CEPAL indican un crecimiento promedio del PBI del 3,6 % anual, solo en 1949 y 1952 cae, en el primer caso por la forma de contabilizar la compra de los ferrocarriles, y en el segundo, que sí es serio, de un -6,6%, por una sequía de 2 años consecutivos.

En otros trabajos demostramos que Perón era, personalmente, quien orientaba en sustancia los procesos ocurridos, con citas de su pensamiento y enseñanzas, esto ya es demasiado largo como para agregarlas aquí, solo quiero recordar su definido y expreso criterio anticapitalista, y la clara conciencia de la cuestión de la mecánica de descapitalización de la economía argentina, en cierto pasaje de “Conducción Política” hace números de las fuentes de evasión de divisas y define la política del justicialismo, la mitad de la producción nacional, dice, se evadía al exterior “en formas visibles e invisibles”, teléfonos, ferrocarriles, gas, servicios financieros, marina mercante, fletes, seguros y reaseguros, etc., entonces “la manguera que echaba un chorro para afuera la dimos vuelta y echó el chorro para adentro”.

Además, son innumerables las referencias relativas a la importancia de la participación del Estado en la economía en los discursos de Perón, en sus tres presidencias, que demuestran que cree y practica que resulta necesario que el Estado intervenga para forzar la mecánica del mercado y reglar la participación del sector privado en la economía argentina, Perón, expresa y explícitamente, sin disimulos, habló y actuó para organizar un sistema diferente del capitalismo.

Era otro mundo, ¡chocolate por la noticia!, ya volveremos sobre esto mas adelante.

Perón expone entonces, y ejecuta, como criterios esenciales de la doctrina justicialista lo que en distintos tiempos se denomina la “ley” del rendimiento decreciente (Malthus, David Ricardo, Turgot), y la posterior “teoría” de la dependencia, de lo que se trata, dice, es de forzar la producción mas allá de la rentabilidad de la unidad microeconómica, y de capitalizar el producto dentro de la economía argentina, y ese esfuerzo solo lo puede hacer, lo debe hacer, y lo hace, el Estado.

Repito para que no se pierda: forzar la producción mas allá de la rentabilidad de la unidad microeconómica, y de capitalizar el producto dentro de la economía argentina, usando como palanca las ventajas comparativas de una semi colonia agropastoril para transformarla en una nación industrial integrada.

Para Perón el objeto de la actividad económica de los hombres es satisfacer las necesidades del conjunto, no establecer “puntos de equilibrio” que coexistan con la pobreza innecesaria de los argentinos, o peor, dedicarnos a una “gestión cualificada” de la misma.

Aquí, a los precarios fines de este discurso, pegaremos un salto histórico que va desde 1955 a 1973, y vamos a omitir la casi totalidad de los elementos históricos, políticos y sociales porque lo que estamos intentando es relevar instrumentos de política y sus resultados, el ejercicio eliminará de la exposición la crítica situación de la superestructura política.

En esos 18 años que transcurren desde 1955 a 1973, que transcurren con la proscripción política del peronismo, la Argentina pasará de tener 15/16 a 24/25 millones de habitantes, desarrollará en ese periodo las simientes plantadas en el periodo anterior de la industria automotriz, la siderurgia[23], se autoabastecerá de hidrocarburos, generará las de aluminio, la petroquímica, celulosa, papel, el sector privado de la economía se desnacionalizará, se potenciará el empleo de energía hidroeléctrica, en 1972 la desocupación rondaba el 7/8 %.

Pero es necesario recordar, a los fines de establecer magnitudes de la gravitación y liderazgo de Perón en ese proceso que el Frente Justicialista de Liberación, con Cámpora como candidato por la proscripción de Perón, ganó las elecciones de marzo de 1973 por 49,5% contra el 21,1% del radicalismo, y en las elecciones de setiembre de ese mismo año, con Perón candidato, obtuvo 62% contra el 24% de Ricardo Balbin.

El proyecto partió de lo que se denominó Coincidencias Programáticas de partidos políticos y organizaciones sociales firmado en diciembre de 1972, documento que firmaron todos[24], donde se fijan los que serán los lineamientos básicos del Acta del Compromiso Nacional (30/05/1973)[25] y del Plan Trienal (1974/1977), consecuencia del frente político instrumento de la recuperación del Estado[26] como herramienta de política económica y social.

Ese Pacto Social estableció, como objetivos: justa distribución del ingreso y política salarial progresiva; eliminar la marginalidad mediante políticas de salud, vivienda, educación y asistencia social; absorber en forma “absoluta y total” la desocupación y la subocupación; mejorar la asignación regional de recursos; y terminar con la inflación y la fuga de capitales.

Se definieron los instrumentos: congelamiento de precios y revisión de las alzas del último año, establecer una canasta familiar con precios regulados y su seguimiento[27]; congelamiento de tarifas, suspensión de paritarias por 2 años y establecimiento de tarifas reducidas con “sentido social”[28]; aumento general de salarios ($ 200), elevación del salario mínimo vital y móvil (a $ 1.000), asignaciones familiares, jubilaciones y pensiones[29]; un programa de vivienda social; reformulación del sistema tributario; abaratamiento del crédito; rígido control de cambios con tipos múltiples; prohibición de importación de productos suntuarios o que se produzcan en el país en cantidad y calidad suficientes; racionalización de los sistemas de comercialización, creación de la Empresa Nacional de Abastecimiento Alimentario que “actuará en todos los rubros donde se evidencien maniobras especulativas” en defensa de productores y consumidores; y se enumeran 19 proyectos de leyes que serán remitidos al Congreso.

Se estableció en materia agropecuaria el impuesto a la renta normal y potencial de la tierra (ley 20.538), suspensión de desalojos rurales (Ley 20.518), transformación agraria y tierras ociosas o deficientemente explotadas (que no llegó a ser sancionada pero se suplió con algunas leyes provinciales), se estableció el control monopólico del Estado de la comercialización agropecuaria interior y exterior bajo control de las juntas nacionales de granos y carnes (20.535), se volvieron a nacionalizar los depósitos bancarios y expropiaron algunos bancos (20.520 y 20.522), se reguló el funcionamiento de las entidades financieras (20.523)  y la intermediación financiera (20.574), se estableció el impuesto al valor agregado (20.631), reformulación de impuesto a las ganancias (20.628), se regularon las inversiones extranjeras (20.577), precios y productividad (20.680), capital y riqueza (20.629), se regló las sociedades del  Estado como tipo societario (20.705), se formó la Corporación de Empresas del Estado (20.558), Corporación de la Pequeña y Mediana Empresa (20.568), se estableció el régimen de promoción industrial (20.560), y la persecución penal de la subversión económica (20.840), se promulgó ese verdadero monumento a la justicia social que es la ley de contrato de trabajo (20.744) y a fines de 1973 se lanzó en plan trienal 1974/1977.

Los objetivos centrales para el periodo de 4 años que duraba el mandato presidencial fueron, vía explícito, efectivo y público acuerdo social y político guiado por el Estado: el aumento de la producción agropecuaria[30] e industrial, aumentar la participación del trabajo en el producto del 40 al 50%, reducir la inflación congelando precios y salarios por 2 años, utilizando nuevamente el control del comercio exterior, la regulación de las inversiones extranjeras y del flujo de capitales para evitar la fuga, una profunda reforma fiscal apuntando tanto a la eficiencia y la justicia distributiva como a la producción y retención de la renta en la economía nacional, control del ahorro interno volviéndose a la nacionalización de los depósitos bancarios, apertura comercial a la Comunidad Económica Europea y al bloque soviético[31], todo fundado en el eje central del acuerdo político al que todos los sectores sociales concurrían y, esto resultaba esencial, la conducción política de Perón.

Acordate que estamos haciendo una exposición esquemática.

Salvo la frase “eso terminó en el rodrigazo”, pelotudez que repiten periodistas y sabihondos de radio y televisión, otra vez no se puede encontrar una crítica fundada y contundente a la evolución económica de la política del pacto social diseñada e instrumentada por Perón con una eficiente ejecución, me parece que hay que señalarlo, de parte del Ministro Gelbardt.

La producción agropecuaria fue record en 1973 y 1974, las exportaciones crecieron un 86% y con buenos precios internacionales.

La producción industrial llegó en ese periodo a la utilización máxima de la capacidad instalada, y los máximos registros de producción y productividad, la industria automotriz, por ejemplo, produjo mas de 400 mil vehículos en 1974, en un país de 24 millones de habitantes, registro que se recuperó 35 años después, con 40  millones de habitantes, y con menor valor nacional incorporado en el proceso de producción, en este sentido el Estado apoyó mas que generosamente a los grupos económicos que intervinieron, y se avanzó en el desarrollo de actividades de alta escala, el Banco Nacional de Desarrollo asumió las inversiones iniciales en proyectos mixtos que, durante la Dictadura Militar posterior, terminaron en manos privadas y monopólicas, en sectores como aluminio, aceros, celulosa, papel para diarios, petroquímica, energías de todo tipo, etc..

La desocupación descendió del 7/8% en 1972 al 3,1% en julio de 1975, esto es, técnicamente, ocupación plena.

Las reservas se triplicaron pasando de 529 millones de dólares en 1972 a 1.412 en 1974.

La Argentina no volvió hasta hoy a recuperar los niveles de producción, productividad y justicia distributiva de entonces.

Obsérvese la paradoja aparentemente imposible según la “ciencia” económica: en tanto la inflación bajaba del 61% en 1972 al 17% durante la aplicación de las políticas del pacto social,  los salarios reales crecieron mas del 13%, en julio de 1975 la participación de los trabajadores en el producto se elevó al 47%, a lo que hay que agregar el salario indirecto, es decir la inversión pública en salud, educación, transporte y vivienda (que se multiplicó por 10), tarifas (todas en manos del Estado), subsidios, jubilaciones y pensiones, que habían sido abandonadas desde 1955 y que recuperaron entonces los niveles de 1958 con un rotundo, rápido y eficiente efecto redistributivo a favor de los sectores de menores recursos y en general sobre el mercado interno.

En ese país el E.R.P. y Montoneros inician acciones militares insurgentes para imponer el socialismo mediante la guerra revolucionaria, popular y prolongada, y aparecen bandas armadas (Triple A, Comando Libertadores de América, y otros) prohijadas por un siniestro arco que va desde ciertos sindicatos hasta la CIA, esto, la acción armada y el terrorismo, no fue relevante frente a ese proceso de extraordinaria legitimidad histórica, política, económica y social, marginal, pero no puede omitirse en el relato.

Siguiendo con el relato esquemático en abril o mayo de 1974 se comenzaron a verificar tensiones sobre los precios internos, es notable, no había problemas de producción ni abastecimiento, pero despuntaban maniobras de especulación y mercado negro, al mismo tiempo que aparecen reclamos sindicales, en ese tiempo de 1974 la CGT y la CGE mediante acuerdo promovido por el gobierno ajustaron prudentemente subiendo salarios.

Frente a esas tensiones, propias y previsibles del proceso en marcha, con excelente marcha, se trataba de convocar a los participantes del Pacto Social y trabajar los ajustes necesarios para mantener el curso del plan y sus objetivos, provocando las inversiones adicionales para pegar el salto de producción y diversificación que se intentaba explícitamente, con ahorro propio, no estoy inventando nada que no se pensara y anunciara entonces.

Se estaba en los límites de producción de la capacidad instalada, entonces el sector empresario buscaba aumentar su rentabilidad sin inversión adicional, vía agio y especulación, tomaban los créditos pero no invertían, solo el Estado lo hacía.

Algunos factores internacionales de relevancia aparecen en escena: la caída de Allende en Chile, la crisis del petróleo que desde 1973 marcará el fin de una etapa de la historia del capitalismo, y la prohibición de la Comunidad Económica Europea de comprar carne argentina, por ejemplo.

El 12 de junio de 1974 Perón dice, por cadena nacional, a las 11 de la mañana, que él volvió para llevar a cabo la liberación nacional y social, denuncia los desvíos y sus responsables, convoca al pueblo a controlar y vigilar el curso de la política, e insinúa que si los factores de presión no se subordinan a los acuerdos él renunciará[32], el pueblo se vuelca a las calles en su apoyo[33], se pone en curso un ajuste del plan que incluye un substancial refuerzo de los aguinaldos, pero Perón muere días después, el 1° de julio, y nada ni nadie, ni individual ni institucionalmente, conseguirá substituirlo en su condición de conductor y árbitro.

Tampoco le vamos a ahorrar al General juzgarlo por sus propias reglas, el primer responsable de un proceso político, él nos lo enseñó, es el conductor, y en la conducción política los hechos se valoran por sus resultados, y a Isabel la puso él de vice, y muerto Perón todo se fue al carajo … sin necesidad.

Vamos al Rodrigazo, que no se trata de sacarle el traste a la jeringa.

Isabelita  presidente, López Rega controlando la cúpula del Estado, la dirigencia sindical complicada por aumentos de precios, profundización del mercado negro y especulación, la dirigencia política impotente, la dirigencia empresarial en acelerado cruce a la oposición, cada cual atiende sus intereses, Isabelita destituye a Gelbardt en octubre y asume Alfredo Gómez Morales, el del plan de estabilización de 1952, eso fue lo que intentó repetir con manejos monetarios y cambiarios de resultado incierto.

A fines de febrero de 1975 se habilitan las negociaciones paritarias y con ellas arranca una carrera de los gremios por aumentos salariales, con escasa o nula resistencia empresarial que descargó esos aumentos a precios, los aumentos en negociación se comienzan a conocer sobre abril y mayo, todos superan el 60%, algunos llegan al 100%, ni textiles ni metalúrgicos cierran, esperan el número mayor, el 2 de junio renuncia Gómez Morales y asume Celestino Rodrigo, prohijado por López Rega, acompañado por algunos monjes liberales, y este genio descerrajó el shock: devaluó el dólar comercial en un 160%, el financiero el 100%, se fue sobre las tarifas: aumentó las naftas mas del 180%, el transporte el 80%, liberó las tasas de interés, los precios empezaron a modificarse por día, apareció entonces, porque antes no existía, el mercado de dólares paralelos para ahorro personal minorista, el país se pone en pie de guerra, a la cabeza la CGT y los metalúrgicos que piden en la calle la renuncia de Rodrigo y López Rega, a partir del 27 de junio comienzan las movilizaciones y la CGT declara paro general para el 7 y 8 de julio, el gobierno primero anula los aumentos salariales que fija en un tope del 50%, entre el 11 y el 17 de julio López Rega huye del país y Rodrigo renuncia, el gobierno deja sin efecto los topes y ese proceso dejara, para enero de 1976, índices estimados de 260% de aumento de precios y 290% de aumento de salarios[34], pero esa carrera seguiría.

(No se pueden comparar los momentos, pero ciertas similitudes de los números y actitudes de estos días son escalofriantes)

El sucesor efectivo de Rodrigo fue Antonio Cafiero, el otro estabilizador del 52, intentó lo que pudo estableciendo un mecanismo de indexación decreciente y minidevaluaciones, no funcionó y renunció a principios de febrero de 1976.

Por fin el gobierno tratando de sobrevivir negoció con el FMI un crédito puente (nuestros conocidos stand by), cuyos recursos no llegaron sino después del golpe militar de marzo de 1976.

¿Que se podría haber hecho? Convocar nuevamente al Acuerdo, reglando ajustes de salarios generales en lo monetario, pisando la puja precios/salarios, dejando a las paritarias que negociaran, como se hizo, condiciones de trabajo (que también son salario), y haber echado a andar la economía invirtiendo vigorosamente desde el sector privado y el Estado en el aumento de la producción, desde que la demanda era sostenida, en forma armónica, utilizando las herramientas de coordinación de producción y comercialización que el mismo plan preveía, la empresa nacional de abastecimiento hubiera sido esencial, es decir, repetir con la nueva realidad de pleno empleo y capacidad instalada ocupada el Acuerdo para forzar el salto al desarrollo de los sectores que podían y se necesitaba pero, muerto Perón, no hubo quien siquiera se lo planteara al menos con fuerza suficiente, el gobierno quedó a la deriva y nadie tuvo capacidad para llenar el vacío de conducción y el vacío lo llenó la contra, articulación de empresarios, nacionales y extranjeros, ligados al sector exportador, al imperialismo, y su brazo ejecutor de entonces, las fuerzas armadas, estimulados por la guerrilla que fue el factor más dinámico del antiperonismo, y se fue a parar entonces todo al carajo ante una sociedad que quedó políticamente perpleja y huérfana, y materialmente sin dirigencia que supiera proponer salida alguna, y fue mas o menos así, no lo sé porque lo leí o me lo contaron, yo estaba.

Bien, paremos aquí e intentemos un resumen esquemático sobre políticas y resultados.

El eje central de las políticas económicas fue, en el peronismo de Perón, la intervención del Estado, que concentra el poder de decisión apropiándose en forma consciente y planificada de todos los resortes centrales de la economía, y de los excedentes, tratando de integrar la estructura productiva, y cortando los mecanismos de fuga y descapitalización propia de la periferia del capitalismo, de la dependencia. Así se estatizaron:

  • El comercio exterior y la disposición de sus saldos, que se administran con fines de inversión en el sector industrial;
  • La moneda, la banca, el ahorro el crédito y la inversión en los sectores de base (que no existían), y el mercado de cambios con tipos múltiples;
  • La producción, importación y empleo de la energía, de los productos y servicios básicos: acero, carbón, petróleo, alimentos, inversión intensiva en vivienda, salud, educación, transportes, comunicaciones, fletes, seguros y reaseguros, tarifas y servicios que son instrumentos de distribución no monetarios y reguladores de la macroeconomía.

El Estado fija objetivos y planifica, en lo esencial en forma imperativa, pero indicativamente para el conjunto de la economía porque dispone de los resortes para hacerlo, fijándose como objetivo la solución y superación de los problemas e insuficiencias que sufre la población, toda la población.

El Estado se constituye entonces en el motor, planificador e impulsor de la economía, su objeto es satisfacer las necesidades integrales de la totalidad de la población mas allá de las limitaciones del mercado que, como tantas veces lo señalaba Perón, no tiene ese objeto si no que se limita a la búsqueda de obtener ganancias óptimas, así resulta de una cosecha extraordinaria es una desgracia, porque caen los precios, sin importar que exista demanda insatisfecha, el mercado no puede resolver ese problema, opta por destruir valor y/o por reglar condiciones que impidan el aumento de la producción.

Los resultados fueron en los dos periodos que referimos, 1943/1955 y 1973/1976, instalar al Estado como gestor y ejecutor del aumento y diversificación de la producción, de la productividad, la inclusión económica y social del conjunto de la población, otra vez: de toda la población, que es el único “punto de equilibrio” que debe interesar.

Hay otros resultados digamos extra económicos, independencia, dignidad, igualdad, justicia, felicidad, etc., también conflictos con el pasado y con el futuro, “inconsistencias” dice un peladito de mi barrio…, hay que escuchar cada boludez…

Bueno, ya está, y se podría escribir diez veces mas y siempre faltaría, largo y desordenado, pero nadie está obligado a leer.

En fin, Cacha, Vos sabes, todos sabemos: socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana, algo así sería la economía peronista de Perón y sus principios rectores, y es verdad que pasaron muchísimos años, que el mundo no es el mismo, pero fíjate que muchas de las herramientas de política económica ensayadas entonces con los recursos técnicos de estos tiempos serian un paseo, los modelos de planificación, por ejemplo, que se hacían con calculadoras mecánicas, se trabajan hoy con inteligencia artificial, ni que hablar sobre las técnicas de producción que se dispararon, todo tiene que ser mas fácil.

Por eso, y por la torpeza anti histórica de sus enemigos, el peronismo existe todavía, a pesar de sí mismo.

Vuelvo luego con el tema del Estado emprendedor, y lo punteo para no olvidarme: la política agrícola común europea, China, Giuseppe Petrilli y el I.R.I., la tercera vía, cadenas de valor/producción y clusters, paraísos fiscales y capitalismo al pedo, Mariana Mazzucato y las formas contemporáneas de ese debate en el centro del sistema, decenas de años después de la experiencia del peronismo, cuando lo mas barato que te dijeron es que eras un burro irrecuperable, y siguen pontificando sobre la falsa ciencia liberal dieciochesca que ignora, o esconde, la dependencia, porque la ciencia del centro del sistema solo se ocupa de lo que le conviene, lo destruyeron todo y siguen sosteniendo que la suma de las codicias individuales resultaría en la felicidad universal.

Andaaaa …

En fin,

Que se yo…

Un abrazo y saludos a la Patrona.

 

Carlos Negri

Buenos Aires, 11 de mayo de 2022


(1)   Carlos Alberto Negri es abogado, cofundador de FURN (Federación Universitaria de la Revolución Nacional, rama universitaria de la Juventud Peronista de La Plata entre 1966 y 1973)-, secretario de prensa del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires, diputado por el Frente Justicialista de Liberación (1973-1976)- estuvo exiliado entre 1977 y 1982. 


[1] El primero fue el Gral. Rawson que duró pocos días.

[2] Que estaba ya a cargo del Gral. Savio.

[3] Los precios de los productos, una vez recorrida la cadena de acopiadores, comisionistas, etc., eran arbitrariamente decididos por las cuatro empresas exportadoras que, organizadas oligopólicamente, acaparaban casi el 90% de la producción: Bunge y Born Ltda., Luis Dreyfus y Cía., La Plata Cereal Co. y Louis De Ridder Ltda..

[4] Decreto 11554 de marzo de 1946.

[5] Según el censo de 1947 la Argentina tenía 16 millones de habitantes y un déficit habitacional de 800 mil viviendas, el plan de vivienda que incluyó congelamiento de alquileres, suspensión de desalojos, uso del ahorro interno mediante cedulas hipotecarias y otras medidas, se puso como objetivo resolver el faltante para 1958, se construyeron 600/650 mil viviendas nuevas entre 1947/1956 cuando Perón fue derrocado, esta, la de viviendas, fue sin dudas la herramienta principal de política económica de aquel proceso. La política de salud fue otro de los motores, llevada adelante por el Ministro Ramón Carrillo, derivó en un aumento de 22.000 camas en 21 nuevos hospitales, además de la modernización del resto del sistema asistencial público estatal, la erradicación de enfermedades endémicas (paludismo, tuberculosis, etc.), en materia de educación la matricula primaria aumentó el 34%, la secundaria el 134%, la universitaria el 300%, desde 1949 se eliminaron los aranceles con lo que la universidad quedó abierta a todos los sectores de la sociedad, la Constitución del 49 establecía además la asistencia mediante becas a los estudiantes y a sus familias para garantizar el acceso a la educación La cobertura de las jubilaciones pasó de 300.000 en 1944 a 3.500.000 en 1951, estableciéndose pensiones para los mayores de 60 años sin recursos, se desarrolló una muy importante política de fomento al deporte y al turismo, así como a la asistencia social, en buena medida a partir de la Fundación Eva Perón.

[6] Se establecen además los derechos de la mujer a la igualdad en el matrimonio, de los hijos extramatrimoniales, el divorcio vincular, que se derogó después del 55 y volvió a establecerse después de la Dictadura de 1976.

[7] Que dada su trascendencia en el manejo de la economía global, y los abusos que eran la práctica común de los administradores ingleses, y la historia misma de la nacionalización, merece un libro aparte.

[8] El gasoducto de Comodoro Rivadavia a Buenos Aires, de 1.700 km., obra única en el mundo de ese tiempo es un ejemplo.

[9] Aerolíneas Argentinas.

[10] Flota Argentina de Navegación Fluvial.

[11] Flota Argentina de Navegación de Ultramar, con varias naves construidas en el País y en el extranjero, y con la compra de Dodero S.A. en 1949.

[12] El Nihuil (Mendoza), Los Molinos (Córdoba), Florentino Ameghino (Chubut), Las Pirquitas (Catamarca), La Florida (San Luis), etc..

[13] Que no solo desarrolló y fabricó aviones, sino automóviles, utilitarios y tractores.

[14] Allí se establece que “la propiedad privada tiene una función social”, que “el capital debe estar al servicio de la economía  nacional y tener como principal objeto el bienestar social”, toda actividad económica se organiza conforme la libre iniciativa privada “siempre que no tenga por fin dominar los mercados, eliminar la competencia o aumentar usurariamente los beneficios”, la importación y la exportación están a cargo del Estado como los recursos naturales y las fuentes de energía, así como los servicios públicos, el Estado puede intervenir en la economía y monopolizar cualquier actividad en salvaguardia de los intereses generales (Artículos 38, 39 y 40),  y “los abusos de derechos que perjudiquen a la comunidad o que lleven a cualquier forma de explotación del hombre por el hombre, configuran delitos que serán castigados por las leyes” (Art. 35), en fin, eso, que es la normatización de lo que ya así funcionaba, estuvo vigente casi 7 años en la Argentina. La reforma estableció, además, la reelección indefinida de presidente y vice. Es de recordar que la Unión Cívica Radical, que se retiró de la Convención Constituyente, dejó expresamente expuesto su apoyo a las reformas económicas introducidas, esa UCR, dirigida por Balbín, Frondizi, Lebenson y Sabatini, en esa época, corría al gobierno peronista “por izquierda”.

[15] Que fue fundada en 1952, producto de alianzas y contra alianzas en el sector empresario, y era presidida ya por entonces por José Ber Gelbardt.

[16] Si bien la producción de YPF creció substancialmente en el periodo (el 51%) y la capacidad de refinación se mas que triplica por la construcción de la refinería de Ensenada, el crecimiento del sector industrial requería energía por encima de esa oferta y, aun cuando los superavitarios saldos del comercio exterior administrados por el IAPI son suficientes para mantener el ritmo de crecimiento ni ingleses ni norteamericanos venden los equipos e insumos necesarios a la Argentina, y las empresas secundarias, fundamentalmente la Shell, estancan su actividad, así el déficit de combustibles hacia 1954 se estimaba en un 53%.

[17] Son designados Antonio Cafiero, Alfredo Gómez Morales y Roberto Ares en los roles centrales.

[18] En la Provincia de Buenos Aires se entregaron más de 800.000 hectáreas, previamente expropiadas o compradas, a productores rurales que las pagaron a precio devaluado y larguísimos plazos.

[19] La plaga de langostas, por ejemplo, fue totalmente erradicada con el uso de recursos humanos y técnicos del Ejército.

[20] De ese tiempo es la instalación de Deutz, Hanomag y Fiat, que en 1954, asociada con el Estado Nacional, comienza a fabricar tractores en la Argentina.

[21] Todos los capítulos del Plan tienen un acápite sobre estímulo a la utilización del cooperativismo.

[22] En agosto de 1953 se dictó la ley 14.222, la primera ley de inversiones extranjeras, que reglaba los sectores habilitados para su intervención,  la remisión de utilidades a razón del 8% del capital invertido desde el segundo año de la radicación y la repatriación del capital a partir de los 10 años, en lo fundamental de los 12,2 millones de dólares radicados (que de ninguna manera era una cantidad trascendente) el 65% provino de la instalación de la Kaiser, y 15% de la Fiat que, como se ha dicho, asociada con la francesa Concord y la estatal IAME se dedicaron a la fabricación de automóviles, utilitarios y tractores.

[23] Desarrollo y ejecución del Estado Nacional que creó SOMISA, Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina S.A., el resto se debe, también a la promoción del Estado Nacional, incluida Papel Prensa que estaba ya en gestación avanzada en 1973.

[24] La CGT, la CGE (Confederación General Económica) – Movimiento Nacional Justicialista – 62 organizaciones – Unión Cívica Radical – MID (Movimiento Integración y Desarrollo) – Partido Demócrata Progresista – Partido Unión Popular – Partido Revolucionario Cristiano – Partido Intransigente – Partido   Popular Cristiano – Partido Conservador Popular – Partido UDELPA (fundado por el finado Aramburu), y cuanto partido provincial existía por entonces.

[25] Al que se denomina comúnmente Pacto Social, que firman el Estado Nacional, la CGE y la CGT.

[26] Frente Justicialista de Liberación.

[27] Esto a través de una Comisión del Consejo Económico y Social que existía.

[28] Recuérdese que la totalidad de los servicios públicos estaban a cargo de empresas estatales.

[29] Luego de que sostiene que el Gobierno Popular tiene como prioridad la reimplantación de la justicia social, el último punto de este capítulo dice que “son inaceptables los aumentos de salarios indiscriminados” porque favorecen la especulación y generan inflación.

[30] Todas las entidades rurales, menos la CARBAP, firmaron el acuerdo en agosto de 1973 comprometiéndose a duplicar la producción y las exportaciones en 4 años, obteniendo a tal fin incentivos crediticios y fiscales.

[31] Política que no era original, salvo la económicamente poco relevante apertura del comercio con Cuba, que ya la había iniciado la dictadura en tiempos de la presidencia de Lanusse, y la continuaría Videla.

[32]  Dice: “los que hayan violado las normas salariales y de precios, como los que exijan más de lo que el proceso permite, tendrán que hacerse cargo de sus actos”.

[33] Este es el único acto masivo generado por Perón en el periodo, sin mas convocatoria que su discurso del mediodía, donde dice: Yo sé que hay muchos que quieren desviarnos en una u otra dirección; pero nosotros conocemos perfectamente bien nuestros objetivos y marcharemos directamente a ellos, sin dejarnos influir por los que tiran desde la derecha ni por los que tiran desde la izquierda” y Si llego a percibir el menor indicio que haga inútil ese sacrificio, no titubearé un instante en dejar este lugar a quienes lo puedan llenar con mejores probabilidades”, eso es lo esencial, la CGT, que ya en el 45 convocó al paro para el 18 de octubre, aquí también llamó a la concentración a las 5 de la tarde cuando el acto en la Plaza de Mayo estaba terminando, no me lo contó nadie, yo estaba.

[34] Estos números son de Mario Rapoport, en su “Historia…” edición 2013, Dios sabrá de donde sacó los números, porque él no lo dice, pero es, mas o menos, lo que yo recuerdo, y si bien yo era un pibe, era vicepresidente de la comisión de Industria y Comercio, y secretario de la de Presupuesto e Impuestos en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires.

 

Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 13/5/2022

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