El ministro de Economía, Luis Caputo, sabe que el reloj le corre en contra. El puente de tiempo que había obtenido con el último desembolso del FMI se agotó. De ahí su nerviosismo por conseguir otro préstamo del organismo multilateral de créditos para proseguir en la ejecución del programa de miseria planificada, que buscará la unificación del tipo de cambio para junio. Hasta concretar dicha “reforma estructural”, reclamada tanto por el embajador norteamericano en el país, Marc Stanley, como por el titular de la CIA, Williams Burns, Caputo reza para que los grandes grupos agroexportadores comiencen a liquidar la cosecha de soja y otros granos.
Pero las cerealeras ya le avisaron al ministro que los sojeros empezaron con el despliegue masivo de los silos bolsas. Las exportadoras y grandes productores, camuflados en los reclamos de las patronales agrarias, presionan por una devaluación. Desde el portal InfoCampo, propiedad de la agencia Digital Media, advirtieron que se podría almacenar hasta el 40% de la cosecha.
Tras la devaluación del pasado 12 de diciembre, el tipo de cambio para los sojeros se ubicaba entorno a los 1300 pesos; en la actualidad, apenas supera los 906 pesos. ¿Las agroexportadoras nucleadas en la Ciara CEC exigen una devaluación del 40%?
Los silo bolsas están de fiesta
Un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario señaló que las exportaciones estimadas para este año se ubicarían en los 29.324 millones de dólares; este resultado equivale a una producción cercana a las 131 millones de toneladas, un 60% más que la campaña anterior. Sin embargo, las ventas al exterior aumentarían apenas un 23%, como resultado de la disminución del precio internacional de la soja y otros granos.
Caputo necesita que ingresen todos los dólares posibles de la cosecha antes de junio; pero los productores sojeros, tanto los que son representados por la Federación Agraria o CRA; sumado a los grandes grupos cerealeros con fuerte presencia accionaria del pulpo BlackRock, quieren que les mejoren su rentabilidad. Su mantra es una nueva devaluación y la eliminación de todas las retenciones.
El ministro de Economía les aviso a los exportadores que no habrá ningún tipo de cambio diferencial. “Este gobierno no abre consultas, siempre indican que irán por la unificación del tipo de cambio y que no habrá ningún tipo de cambio diferencial. Esa es la línea que tenemos para seguir exportando”, sostuvo Gustavo Idígoras, titular de la cámara que nuclea a las cerealeras.
Con la posibilidad de almacenar hasta el 40% de la soja en silos bolsas –una suerte de amenaza del sector velada como noticia informativa-, los dueños de los granos, la tierra, y los dólares juegan sus cartas.
Advertencias
Las señales de que no van a vender los granos de la actual cosecha hasta tanto les mejoren sus esquemas de rentabilidad quedan expuestas en el informe oficial sobre las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior acumuladas durante este año.
Entre enero y el 19 de abril de este año, fueron registradas 20,5 millones de toneladas para venderse al exterior. Las comparaciones contra los mismos períodos de años anteriores indican que se frenaron las ventas. Para el período de 2022, las declaraciones llegaban a los 24 millones de toneladas, mientras que en 2021 fueron de 35,3 millones.
Este freno en las ventas–que cobra el tono de un mensaje directo por parte de un sector del poder económico hacia los funcionarios del Palacio de Hacienda- también puede corroborarse en la liquidación de divisas ante el Banco Central. En diciembre, se vendieron en el Mercado Único y Libre de Cambios 1245 millones de dólares, cuando el promedio para el período 2019 – 2023 fue de 2309 millones. En marzo, la liquidación fue de 1500 millones, 400 millones menos que el promedio para el período analizado.
¿Cuánto pedirán las agroexportadoras? Para la consultora Vectorial, el actual tipo de cambio exportador se ubica por debajo de los valores registrados previo a la devaluación de Caputo; incluso, perdería contra el valor del último dólar soja implementado por Sergio Massa.
Tras la movida devaluatoria que pulverizó ingresos y marcó el inicio del plan de miseria planificada en diciembre del año pasado, el dólar exportador llegó a ubicarse en torno a los 1374 pesos; actualmente, ronda los 906 pesos. ¿Los sojeros esperarán hasta la unificación cambiaria prometida por Caputo para diciembre o lanzarán sus armas para que se les convalide una devaluación del 40%?
Los devaluadores no entienden de pobreza
Con nuevos dólares vía deuda externa o los aportados por el complejo agroexportador, Milei seguirá con su programa de exclusión, que también incluye el posible hundimiento de los sectores industriales. Las proyecciones privadas indican que habrá una caída del PBI en torno al 3%. El desempleo ya emerge en todas las provincias.
La eliminación de la obra pública impactó de lleno en el rubro construcción. En enero, la pérdida de puestos laborales llegó al 12% en la comparación interanual. Todo indica que los despidos continuarán, teniendo en cuenta que la actividad registra números rojos desde el inicio del año.
Tanto la pobreza como el desempleo y la precarización laboral forman parte de los “drivers (jerga que utilizan en macroeconomía) de La Libertad Avanza como parte de su plan de miseria planificada.