Científicos de la Universidad de Colorado Boulder, en Estados Unidos, y del Centro Nacional de Investigación Atmosférica, evaluaron el rol de estos siniestros en occidente y las nubes que se concentran en el Polo Norte. Qué estiman los investigadores
El cambio climático ya ha evidenciado un aumento de los fenómenos climáticos extremos. Con lo cual, las olas de calor junto a las sequías se han hecho más extensas y los incendios forestales se han incrementado, mientras que los Polos han sufrido un constante derretimiento en sus hielos. Científicos de la Universidad de Colorado Boulder, en Estados Unidos, y del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) advirtieron la relación que existe entre estos siniestros en occidente, las nubes que se concentran en el Polo Norte y el derretimiento del hielo marino del Ártico.
“Mostramos que la variabilidad en las emisiones de quema de biomasa boreal (BB) influye fuertemente en el hielo marino ártico, simulado en escalas de tiempo de varias décadas”, destacaron los científicos en el trabajo publicado en la revista Science Advances. Al tiempo que destacaron “una fuerte aceleración en la disminución del hielo marino a principios del siglo XXI en el Modelo del Sistema Terrestre Comunitario versión 2 (CESM2)” y lo relacionaron con “una mayor variabilidad en las emisiones de la biomasa boreal” gracias a las “interacciones aerosol-nube de verano”.
Patricia DeRepentigny, autora principal del artículo y becaria postdoctoral en NCAR, aseguró que la investigación “encontró que las partículas emitidas por los incendios forestales donde vive la gente realmente pueden afectar lo que sucede en el Ártico, a miles de millas de distancia”. Según explicaron, investigaron las diferencias entre los modelos climáticos y “descubrieron que el hollín y otra biomasa quemada en los incendios forestales del hemisferio norte pueden, eventualmente, llegar al Ártico” y afectar el hielo marino.
Asimismo, destacaron que esta situación puede provocar “efectos dominó en los patrones climáticos del resto del mundo, reforzando un circuito de retroalimentación entre los dos sistemas de una manera que no se había visto antes”.
“A veces, el Ártico puede verse como una región que no debería importarnos porque está muy lejos de donde vivimos. Pero el hecho de que lo que sucede aquí, con los incendios forestales, puede afectar el hielo marino, y que una disminución del hielo marino puede provocar más incendios forestales aquí, nos conecta un poco más con el Ártico”, aseguró la experta.
En ese sentido, tras analizar distintos modelos climáticos, que son simulaciones de cómo interactúan las diferentes partes del clima, y comparar los forzamientos (es decir, las distintas formas en que se puede influir en un modelo climático, como son las emisiones de dióxido de carbono o metano o la radiación solar) detectaron que las emisiones de la quema de biomasa tuvieron el mayor efecto en el mar Ártico, con pérdida de hielo.
Con este dato como impulsor, los científicos hallaron que “la principal diferencia se debe a los efectos no lineales de las nubes, que pueden surgir cuando los aerosoles, las partículas pequeñas o las gotas de líquido liberadas por los incendios, interactúan con las nubes del Ártico”, según afirman en un comunicado. En ese sentido, destacaron que, “cuando se liberan muchos aerosoles durante un año de incendios intensos, puede generar más nubes y más espesas. Mientras que esas nubes son más delgadas en años de incendios más ligeros, lo que permite que pase más radiación solar y se derrita más hielo”.
“Cuando pensamos en el clima, todo está realmente interconectado, y este es realmente un gran ejemplo de eso”, afirmó Alexandra Jahn, autora del artículo y profesora asociada en ciencias atmosféricas y oceánicas en en CU Boulder y miembro del Instituto de Investigación Ártica y Alpina (INSTAAR). Asimismo, en el comunicado resaltó que, en investigaciones anteriores, había quedado en evidencia que “cuando el hielo marino se derrite, los grandes incendios forestales se propagan más por el oeste”.
Además, la investigadora destacó: “Cuando pensamos en los procesos climáticos, es realmente un problema global y no podemos estudiarlo de manera aislada. Siempre tenemos que mirar la imagen completa para comprender todas estas interacciones diferentes”. Mientras que DeRepentigny agregó: “El objetivo que estamos tratando de lograr aquí es que estas simulaciones climáticas sean más confiables y nos brinden proyecciones que luego puedan informar a los formadores de políticas y las elecciones sociales”, por lo cual destacó que esta investigación les permite acercarse “a algo que realmente puede ayudarnos a tomar las mejores decisiones como sociedad”.
Fuente: Infobae